Amanda Wingfield
Es la madre de Tom y Laura. Aunque alguna vez fue una bella y codiciada muchacha en un pueblo del sur de Estados Unidos, Amanda es ahora una madre soltera, abandonada por su marido, que habita un pequeño departamento en Saint Louis. A pesar de (o debido a) los hechos que marcaron su vida, es una mujer de invencible vitalidad, capaz de hacer frente a situaciones difíciles. Su método de supervivencia consiste en aferrarse constantemente a otro tiempo y lugar: suele soñar con su pasado y con el futuro que proyecta para su hija Laura, pero se empecina en no reconocer algunos aspectos dolorosos de su presente. Quiere a sus hijos y se preocupa por ellos, pero sus demandas le dificultan la vida a Laura y se vuelven progresivamente intolerables para Tom.
Tom Wingfield
Es hijo de Amanda y hermano de Laura. Tom es un poeta que trabaja en una cadena de zapaterías. Es el narrador y uno de los protagonistas de la obra, cuya acción se enmarca la memoria de este personaje. Es un muchacho que quiere a su madre y a su hermana, pero se siente encarcelado en la casa familiar. Ellas dependen de su salario y, en la medida en que vive con ellas, siente que se está perdiendo de vivir su propia vida. Por las noches escapa al cine, pero esa vía de escape ilusoria, en un momento, deja de satisfacer su sed de aventuras y libertad. A lo largo de la obra, el sentimiento de encierro crece en Tom, y su madre empieza a percibirlo. Por eso le ofrece un trato: cuando consiga un marido para Laura, puede irse. No obstante, como señala Williams en sus notas para la puesta en escena, Tom, “para escapar de una trampa, debe obrar sin compasión” (p.137).
Laura Wingfield
Es hija de Amanda y hermana de Tom. Tullida desde la infancia, Laura camina con la ayuda de un aparato ortopédico. Es profundamente tímida, incapaz de enfrentar el mundo por fuera del pequeño departamento en el que vive con su madre y hermano. Dedica todo su tiempo a pulir y cuidar su colección de pequeños animales de cristal, su “zoo de cristal”. Su carácter es débil, y su incapacidad para establecer contacto con otras personas que no sean de su familia la vuelve completamente dependiente de su madre y su hermano. El apodo que Jim le da, “Blue Roses”, sugiere tanto su extraña belleza como su soledad y aislamiento, en la medida en que las rosas azules no existen en el mundo real.
Jim O'Connor
Es un joven “convencionalmente guapo” (p.137), según lo describe Williams. Jim aparece en el segundo acto de la obra, cuando Tom lo invita a cenar con la intención de que conozca a Laura, es decir, como un candidato. Jim es extrovertido, entusiasta, y cree en la superación personal. Es amable, pero en su entusiasmo puede encontrarse cierto egoísmo o desconsideración. Tom lo describe como un personaje mucho más conectado con el mundo real que cualquiera de los miembros de la familia Wingfield.
