El libro de la selva

El libro de la selva Resumen y Análisis "De cómo llegó el miedo", "El milagro de Purun Bhagat", "La selva invasora"

Resumen

“De cómo llegó el miedo”

La Ley de la Jungla es la ley más antigua y el código se ha ido perfeccionando a través del tiempo y la costumbre. Mowgli es un aprendiz de esta ley, pero todavía es chico y no retiene todas las lecciones de su maestro Baloo. La Ley de la Jungla intenta tener en cuenta todas las circunstancias que pueden llegar a afectar a los habitantes de la selva.

Cuando las lluvias de invierno faltan, uno de los primeros animales en darse cuenta de la sequía es Ikki, el Puerco Espín. Despreocupado como siempre, Mowgli cree que Ikki está siendo extremadamente exigente e ignora sus comentarios. Ikki le advierte que pronto Mowgli también sentirá los efectos de la sequía. Baloo, por su parte, intenta mantener las esperanzas y le sugiere a Mowgli que espere a ver si el mohwa, un árbol de la zona, florece para saber qué tan grave es la situación.

En la primavera, el mowha no florece, la temperatura sube y la selva se seca casi por completo. Los animales tienen poco que comer y están flacos. Los únicos animales que engordan son los carroñeros, que pueden aprovechar la carne de los animales que mueren de hambre. En Mowgli, quien no tiene pelaje que lo cubra, la desnutrición es más aparente. Más importante aún que la falta de comida es la escasez de agua.

Un día, Bagheera y Mowgli bajan al río. Queda apenas un hilo de agua y en el barro hay muchas huellas de todos los animales que se acercan a beber. Cuando Hathi, el elefante salvaje, ve la gravedad de la situación, decide declarar la Tregua del Agua. En circunstancias normales, los animales que beben deben estar atentos por si alguien los ataca, pero si se declara la Tregua del Agua, nadie tiene permitido cazar a los animales en un abrevadero.

Los animales se ponen a conversar sobre lo que está sucediendo. Al parecer, los humnos también están sufriendo la misma suerte que ellos. Baloo le pregunta a Hathi si alguna vez en su larga vida vio una sequía como esa. Hathi solo contesta que pasará. Mientras los animales conversan, Shere Khan aparece. Los animales no pueden evitar sentir miedo, y el tigre disfruta del efecto que tiene sobre los otros. Comenta con ironía cómo la selva es ahora un “vivero de cachorros desnudos” (p.252), refiriéndose a la presencia de Mowgli. Shere Khan se burla de la condición de Mowgli: “Ese cachorro no es ni cachorro ni hombre, pues, si lo fuera, se habría asustado” (p.252). Además, Shere Khan empieza a jactarse de haber matado a un hombre una hora antes. Ante esa noticia los animales se inquietan y Bagheera le reprocha hacer algo así, y más en una temporada tan difícil para todos.

Shere Khan escandaliza aún más a los animales diciendo que no mató al hombre por necesidad siquiera, y pregunta si alguien está dispuesto a prohibirle hacer lo que él quiera: “El derecho y la noche eran mías” (p.253), agrega. Hathi le pide que se retire, porque ha contaminado el agua con la sangre del hombre al que ha matado. Todos saben que Hathi es el verdadero Amo de la Jungla, por lo que Shere Khan no discute y se escabulle.

Al percibir la perturbación del resto de los animales, Hathi decide contarles la historia de por qué el tigre tiene el derecho de matar a una persona. En este punto, Hathi empieza a relatar algo que sucedió muchos años atrás, cuando todo era nuevo. Según el elefante, la historia que va a contar les puede ayudar a los animales a comprender por qué temen al ser humano por encima de todas las cosas.

Al principio de la jungla, los animales caminaban uno al lado del otro sin temor. Solo se alimentaban de plantas. Fue Tha, el primer elefante, quien creó la selva. La levantó de la profundidad de las aguas y luego hizo surcos con sus colmillos para formar los ríos. Hathi asegura que esta historia se la contaron así y Bagheera piensa que el relato de Hathi es exacto. Esa noción le causa gracia a Mowgli, aunque intenta ocultarlo para no ofender a la pantera.

En ese tiempo, la selva no conocía al ser humano. Entre los animales empezaron a surgir conflictos porque muchos de ellos no querían trabajar y se disputaban la comida aún cuando no había ninguna escasez. Tha, el primer elefante, seguía ocupado expandiendo la selva y alargando los surcos para los ríos. Por ese motivo, decidió nombrar al Primer Tigre como Amo y Juez de la Jungla. Su función debía ser resolver los pleitos entre los animales. El Primer Tigre era un animal imponente y muy bello, pero no se veía como los tigres ahora, ya que todavía no tenía rayas.

Una noche, dos gamos empezaron a pelear entre ellos. Se presentaron ante el tigre con su disputa, pero uno de ellos aprovechó y le asestó una cornada al otro. El Primer Tigre saltó sobre el gamo herido y le rompió el cuello. El motivo por el cual actuó de ese modo era que había percibido el olor a sangre y no pudo contenerse. El gamo a quien el tigre atacó fue el primer animal de la selva en morir.

Cuando el tigre tomó conciencia de lo que había hecho, abandonó al Pueblo de la Jungla, que se quedó sin juez, por lo que las peleas se reavivaron. Tha escuchó el barullo de las disputas y regresó. Allí vio al gamo muerto y preguntó quién lo mató, pero los animales no contestaron. Tha les ordenó a las plantas y lianas señalar al culpable, para que cuando él lo viera lo reconociera. A continuación, Tha eligió a un nuevo Amo de la Junga. El único que se postuló fue el Mono Gris. Tha se rio y aprobó al Mono Gris como Amo, pero se fue de allí enojado.

El Mono Gris no era el líder adecuado: se burlaba de todo y decía palabras sin sentido. Tha intervino y regañó a los animales por haber traído a la Muerte con el tigre y luego la Vergüenza con el Mono. Tha consideraba que era hora de que los animales conocieran lo que era el Miedo. Solo los búfalos dijeron que habían visto al Miedo sentado en una cueva, que no tenía pelo y andaba en sus dos patas traseras. Por curiosidad, los animales empezaron a viajar para conocer al Miedo en la cueva, pero cuando el hombre vio a los animales y soltó un grito, su voz llenó a los animales de miedo.

Mientras, el Primer Tigre, que permanecía oculto, tomó la decisión de matar al Miedo, o a lo que llaman "la Cosa" en la cueva. A lo largo del camino que conducía a la cueva, las lianas y los árboles recordaron la orden de Tha: debían señalar a quien había matado al gamo. Las ramas bajaron y tocaron al Primer Tigre, y cada vez que lo hacían, una raya aparecía en su pelaje. Así fue cómo los tigres consiguieron sus rayas.

Una vez en la cueva del hombre, este extendió su mano y dijo: “este Rayado que viene de noche” (p.258). El Primer Tigre huyó de la cueva y acudió a Tha. Le pidió al elefante que le devolviera su título de Amo de la Jungla, pero Tha le dijo que eso no era posible, porque él había matado al gamo y liberado a la Muerte en la jungla. Gracias a eso, el Miedo también se había instalado allí. Ahora todos los animales temían al tigre como él temía al hombre. Para comprobar esto, el tigre recorrió la selva y llamó a los demás animales, pero todos se escondieron. El Primer Tigre se sintió humillado por el temor que inspiraba en otros y el miedo que sentía ante el ser humano, y le rogó a Tha que sus hijos recordaran que en algún momento el tigre había sido Amo de la Jungla. Tha le concedió ese pedido, por lo que una vez al año, durante la noche, todo sería como antes de que el tigre matara al gamo, y el ser humano sería quien temiera al tigre. Tha, no obstante, le recomienda ser misericordioso con las personas, porque el tigre sabe lo que se siente tener miedo.

Si bien el arreglo dejó satisfecho al Primer Tigre en un principio, cuando vio su reflejo en el agua con el pelaje lleno de rayas, recuerdó el sobrenombre que le dio el hombre de la cueva y se llenó de furia contra él. El día que Tha le había concedido llegó y el tigre mató a un hombre. Estaba convencido de que con eso había conseguido matar al Miedo mismo, pero Tha le dijo que no solo no había eliminado el miedo de la selva, sino que ahora más personas irían a su territorio.

Hathi concluye diciendo que solo hay una noche en el año en la que los tigres pueden ver directamente a los ojos de las personas, porque son ellas las que le temen. Otras veces en el año, los tigres matan a las personas atacándolas por la espalda. Mowgli dice que no le tiene miedo a los tigres porque él no es un ser humano, sino que es parte del Pueblo Libre, la manada de lobos. Le reclama a Baloo no haber compartido esa historia con él, a lo que Baloo le contesta que la selva está repleta de historias por contar.

"El Milagro de Purun Bhagat"

El cuento trata sobre un hombre llamado Purun Dass. Había llegado a ser primer ministro de uno de los estados semiindependientes de la India. Era un brahmín, es decir que pertenecía a la casta alta y su padre había sido parte de una antigua corte hindú.

Purun Dass se da cuenta que los tiempos están cambiando y que el camino para prosperar es congraciarse con los ingleses. Afortunadamente, Purun había sido educado en la Universidad de Bombay, por lo que no le es difícil ganarse el aprecio de los ingleses.

El rey de la corte a la que pertenecía Purun desconfía de los ingleses, los ferrocarriles y telégrafos. Cuando muere, su sucesor confía tanto en Purun que le permite implementar algunos progresos: escuelas para niñas, rutas, dispensarios. Purun se asegura que el mérito caiga sobre el rey y no sobre él. El Ministerio de Asuntos Exteriores británicos está muy satisfecho con el trabajo que se está haciendo en ese reino semiindependiente. No muchos Estados Nativos comprendían tan bien como ese que “lo que es bueno para un inglés forzosamente lo es en partida doble para un asiático” (p.268). El virrey, los gobernadores generales y provinciales, los médicos y oficiales ingleses consideran a Purun Dass, el Primer Ministro, su amigo.

Tras tanto trabajo arduo para modernizar el reino y mostrar, ante todos, las intenciones de su rey, a Purun Dass le surge la oportunidad de visitar Inglaterra. Dejar la India para hacer ese viaje disminuye su casta considerablemente, por lo que Purun debe pagar una suma importante a los sacerdotes. Una vez en Inglaterra, conoce a personas ilustres. Todos quienes conocen a Purun lo encuentran fascinante, e incluso algunas universidades le conceden títulos honoríficos. La cúspide del aprecio que le tienen los ingleses a este primer ministro se hace patente cuando lo nombran Caballero Comendador de la Orden del Imperio Indio.

Luego de un mes de su condecoración, Purun hace algo que a ningún inglés se le habría ocurrido: renuncia a su cargo, devuelve la insignia de Caballero Comendador, abandona la vida que lleva y se convierte en un sunnyasi, es decir, un hombre santo. En su reino, esto que para los ingleses es inimaginable no llama la atención. Ser un hombre santo implica vestir un atuendo sencillo y dejar la ciudad para vivir la vida de un mendigo errante, sin casa, cuya alimentación depende de la buena voluntad de sus semejantes. Está contento porque su sueño siempre fue vivir en paz y con tranquilidad. Le toma apenas tres días cambiar tanto su vida que ya no es posible distinguir en él al que había sido primer ministro de todos los demás mendigos errantes. Purun Dass cambia su nombre por Purun Bhagat y empieza a viajar con una única posesión: una piel de antílope que extiende en cualquier lugar para descansar.

Un día, Purun Bhagat llega a un lugar al pie de los Himalayas. Su madre, una mujer de sangre montañesa, había pasado su vida añorando las montañas y le había dicho que bastaba con tener un poco de sangre montañesa para sentirse atraído por ellas. Por eso, cuando Purun ve ese lugar al pie de los Himalyas siente que ha llegado a su destino, y que allí es donde debe asentarse para adquirir sabiduría. Decide aproximarse aun más a los picos y camina por varios días hasta llegar a una capilla dedicada a Kali, un dios al que a veces se rinde culto para protegerse contra la viruela. La capilla está cerca de un bosque espeso con cedros, nogales, cerezos, olivos y perales.

Purun limpia el lugar, sonríe a la estatua del dios, también sonriente, e instala un pequeño hogar de barro detrás de la capilla. Extiende su piel de antílope sobre la pinocha y se abraza de su bastón. Allí descansa.

El sacerdote de un pequeño caserío que se encuentra a unos 500 metros del lugar donde Purun se ha instalado sube hasta el lugar para darle la bienvenida al forastero. Cuando el sacerdote cruza miradas con Purun Bhagat, siente el poder de los ojos del que fue primer ministro y supo controlar a millares de personas. El sacerdote hace una reverencia y, sin decir una palabra, levanta el cuenco vacío. Regresa al pueblo y allí anuncia: “tenemos un hombre santo entre nosotros” (p.275). Desde ese momento, a Purun Bhagat no le falta comida ni cuidado.

Purun se asienta allí definitivamente. Nunca baja al pueblo, pero algunos de los pobladores suben a visitarlo cada tanto para pedir que interceda por ellos ante los dioses. Los animales salvajes también lo visitan y se acercan a Purun porque él permanece muy quieto, mostrándose inofensivo. Así empieza a recibir visitas de ciervos, cervatillos, ciervos almizcleros, un oso negro.

Pasan varias estaciones de este modo hasta que un verano Purun no alcanza a ver los techos del caserío a quinientos metros de la capilla porque no para de llover. Durante un largo mes lo único que se puede ver y escuchar es la lluvia continua.

Una noche, uno de los monos que visitan a Purun llega a la capilla, agitado, lo toma del brazo y empieza a tirar con fuerza. Al principio Purun interpreta que el mono tiene hambre, pero este insiste. De repente, el ciervo real, el barasingh, que también solía visitar a Purun, irrumpe en el lugar e intenta empujar a Purun fuera de la capilla, hasta que se escucha un crujido y las baldosas del piso se quiebran. En ese momento, Purun comprende que, por las lluvias, la montaña se está desmoronando y los animales han venido a advertirle.

Los animales lo conducen hacia el poblado. En el camino, Purun se transforma: “ya no era un hombre santo, sino que era sir Purun Dass, K.C.I.E., primer ministro” (p.282). Ahora su propósito era salvar vidas. Cuando llega al pueblo, grita para que los pobladores se despierten y salgan de allí antes de que la montaña se desmorone del todo. Las personas del pueblo empiezan a movilizarse y corren al lugar más alto, del otro lado del valle, en la ladera opuesta. El ciervo ayuda a Purun a subir la ladera; el hombre santo está exhausto y, en cuanto el ciervo se detiene porque su instinto le dice que allí están a salvo, la montaña se viene abajo y no queda nada del pueblo, del bosque ni de la capilla. Los pobladores se acercan a Purun Bhagat para agradecerle, pero el hombre santo está muerto, sentado con las piernas cruzadas y la espalda contra un árbol. Los animales espían a cierta distancia.

El sacerdote dice ante el pueblo que en ese lugar van a construir una capilla para Purun Bhagat, y llamarán a la montaña en honor al hombre santo. Los pobladores no saben que están rindiendo tributo a sir Purun Dass, el primer ministro, porque nunca conocieron su verdadera identidad.

“La selva invasora”

Luego de despellejar a Shere Khan y llevar su piel ante el consejo de la manada de lobos, Mowgli va a la cueva de su familia a descansar. Allí, Mowgli les cuenta a sus padres lobos sus aventuras, y destaca la participación de Hermano Gris y Akela en la emboscada del tigre. Además, Mowgli cuenta lo que le sucedió con los pobladores. Madre Loba, a quien apodan "Raksha", que significa demonio, dice que ella habría cobrado venganza y solo habría perdonado a Messua, la mujer que cuidó de Mowgli en la aldea. Padre Lobo le dice que se calme y que deje en paz a los humanos ahora que su hijo ha vuelto a casa. Akela interviene para decir que hay una posibilidad de que los humanos sean quienes no los dejen en paz a ellos. Hay rumores de que en el pueblo del que fue expulsado Mowgli hay mucho ajetreo, y que los pobladores están preparando sus fusiles.

Bagheera, quien también estaba allí escuchando las anécdotas de Mowgli, empieza a olfatear. Lo mismo hace Hermano Gris. Mowgli puede olfatear mejor que cualquier otro ser humano, pero no tiene la capacidad de sus amigos y les envidia esa habilidad. El olor indica que hay personas en la selva. Mowgli se da cuenta de que no puede ser otro que Buldeo. Los demás quieren ir a atacarlo directamente, pero Mowgli piensa de manera estratégica y sabe que de nada sirve matar a un cazador sin conocer cuáles son sus planes y quiénes son las otras personas involucradas. A Bagheera, quien conoce los usos de los humanos, le parece sensato lo que dice Mowgli. Los lobos, especialmente Hermano Gris, no están de acuerdo. Mowgli se planta ante ellos, los obliga a mirarlo fijamente y les pregunta quién manda. Todos admiten que él es el líder. Por lo bajo, Bagheera le comenta a Baloo que ahora en la selva hay más ley que solo la Ley de la Jungla.

Mowgli y sus amigos se acercan cuanto pueden a Buldeo manteniendo silencio para no alertarlo. Mowgli traduce lo que dice Buldeo para que los otros animales entiendan. Buldeo se encuentra con un grupo de hombres a quienes les cuenta la historia de Mowgli, pero nada de lo que dice coincide con lo que verdaderamente sucedió. Les dice, por ejemplo, que Mowgli era un niño brujo que se transformó en un lobo durante un enfrentamiento. Les dice a los hombres que el pueblo le ha pedido que mate al niño, y que a Messua y su esposo, padres del niño, los tienen presos y piensan quemarlos en la hoguera por brujería. De ser así, todas sus riquezas podrían repartirse entre el resto de los pobladores. Como los ingleses no admiten ese tipo de castigos, les dirían a ellos que Messua y su esposo se murieron a causa de una mordedura de serpiente. Buldeo decide seguir a los hombres con la excusa de protegerlos en caso de que aparezca el Mowgli, el hijo del diablo.

Mowgli traduce todo lo que ha dicho Buldeo a sus hermanos y amigos, pero no logra comprender del todo el asunto sobre brujería, hijos del diablo y el castigo de la hoguera. Sin perder un minuto, idea un plan para el que necesita que Buldeo se quede fuera de la aldea hasta la caída del sol. Para ello, les pide a sus hermanos que canten y aúllen para atemorizar a los hombres.

Mientras, Mowgli va al pueblo para ver a Messua y a su esposo. Los encuentra en la choza en la que lo recibieron, atados y amordazados. Los libera y se siente aliviado, pero también se horroriza del olor y el aspecto de las heridas ensangrentadas de Messua. Mowgli convence a ambos de que huyan del poblado y vayan a otro lugar. Para ello deben cruzar la selva, y Mowgli les garantiza que no les pasará nada allí, y que tendrán un escolta.

Afuera se está formando una multitud alrededor de Buldeo. Mowgli siente que alguien le lame los pies y reconoce a Madre Loba. Ha ido hasta allí porque quiere conocer a la mujer que cuidó de su hijo. Mira por la ventana de la choza y ve a Messua. Madre Loba ofrece darle protección a la pareja, pero Mowgli le dice que lo puede hacer siempre y cuando se mantenga oculta para no asustarlos.

Messua y Buldeo se van, pero Mowgli se queda en la aldea porque todavía tiene mucho por hacer. Bagheera está con él, pero el olor y los sonidos la provocan y se muestra sedienta de sangre, cosa que perturba a Mowgli. Bagheera se calma y sigue las instrucciones de Mowgli, quien le pide que se quede dentro de la choza de Messua, a la que los pobladores se aproximan. Cuando entran en la choza en busca de los dos prisioneros, se encuentran con Bagheera, que bosteza con la intención de que todos vean sus fauces. Los pobladores salen, aterrados. Los pobladores se encierran en sus chozas y es claro que ninguno se va a animar a salir ese día de su casa.

Bagheera cree que con esto el trabajo está terminado, pero Mowgli le dice que todavía hay varias cosas por hacer. La más importante es reunirse con Hathi, el elefante, y sus tres hijos, para lo que le pide a Bagheera que la vaya a llamar. Bagheera sabe que Hathi es el Amo de la Jungla y no va a acudir a Mowgli sin una buena excusa. Mowgli le insiste en que confíe en él, y le indica a Bagheera las palabras que tiene que pronunciar para que Hathi acepte: Saqueo de los Campos de Bhurtpore.

Bagheera vuelve con la noticia de que las Palabras Maestras surtieron efecto en Hathi, y que él y sus hijos están en camino. Cuando llegan, Mowgli le cuenta la historia de un elefante que cayó en una trampa ideada por las personas, aunque logra liberarse. Para vengarse por las heridas ocasionadas por la trampa, el elefante destruye los campos de Bhurtpore. Mowgli quiere saber quién es el elefante que hizo eso, a lo que Hathi responde que fue él con sus hijos. Hathi no entiende por qué Mowgli conoce esa historia. Resulta que Mowgli había escuchado esa historia en boca de Buldeo, lo que quiere decir que no todas las historias de Buldeo son mentiras.

Todo este preámbulo está diseñado para que Hathi acepte hacer lo mismo en los campos del pueblo de Buldeo. Uno de los hijos de Hathi le pregunta si no sería más fácil matar a los pobladores. Mowgli responde que él no es un lobo al que le sirve jugar con los huesos de los humanos. La furia de Mowgli asusta a Bagheera, quien presencia este intercambio. Hathi no considera que este sea un asunto en el que deba intervenir, porque él no tiene ningún problema personal o particular con estos pobladores. Mowgli justifica su pedido diciendo que no desea lastimar a las personas, sino simplemente expulsarlas para que la selva pueda crecer allí y reemplazar la aldea. Dice que lo único que puede llegar a eliminar el olor de la sangre de Messua es el olor de las plantas de la selva creciendo en las puertas de las chozas. Hathi se siente identificado con esta sensación y acepta participar.

Hathi y sus hijos se marchan para preparar el ataque. Se corre el rumor en la selva de que hay un lugar donde comer y beber que es mejor que cualquier otro. Las criaturas de la selva empiezan a marchar hacia la aldea y se reúnen a las afueras. Una vez allí, a la noche, los elefantes rompen algunas estructuras que las personas utilizaban para cuidar sus cultivos. Para ese momento, ya hay un ejército de cerdos, ciervos e incluso Comedores de Carne como los lobos que entran a destruir los cultivos.

A la mañana siguiente, los pobladores ven sus campos destruidos y las reservas de granos, también atacadas. No comprenden lo que está sucediendo. Intentan aferrarse a sus casas y a su pueblo cuanto pueden, pero ante la falta de alimento y la invasión de los animales, tarde o temprano todas las personas abandonan el lugar. Su idea es buscar refugio en la ciudad de Kanhiwara, donde viven los ingleses.

Cuando las últimas familias abandonan el pueblo, miran hacia atrás y ven a los elefantes destruyendo las últimas construcciones que quedan. Toma solamente un mes que la vegetación cubra el poblado y, después de las lluvias, la selva toma también los campos.

Análisis

De los tres cuentos, dos incluyen al personaje de Mowgli. El otro cuento nada tiene que ver con la historia del cachorro de hombre y tampoco con la selva. Los tres cuentos tienen en común que exploran la relación entre los animales y los hombres.

El primer cuento de esta sección, “De cómo llegó el miedo”, tiene la estructura de un relato enmarcado. En el marco del cuento vemos que los animales atraviesan un período de crisis debido a la sequía. Todos los animales sufren por igual, y el Amo de la Jungla, Hathi, declara la Tregua del Agua para proteger el derecho de todos los animales a beber sin la amenaza de ser presa de uno de los cazadores. En ese contexto aparece Shere Khan jactándose de haber matado a un hombre, algo que escandaliza a los otros animales. A diferencia de lo que siempre se dice, en este caso Shere Khan no rompió una ley, sino que se aprovechó de un antiguo pacto. Los únicos que parecen conocer el origen de este pacto son Shere Khan y Hathi, el elefante.

En este punto inicia el relato enmarcado, que es un mito de origen. En primer lugar, Hathi comparte con los animales el origen mismo de la selva. El elefante Tha levanta la selva de la profundidad de las aguas y luego se dedica a hacer surcos con sus colmillos para formar ríos. La vida en esa primera formación de la selva es edénica, es decir, se parece al jardín del Edén, porque allí los animales son libres y no existe el mal. No hay cazadores y presas; todos se alimentan de plantas. A diferencia de lo que sucede en el Edén, no obstante, en la selva los animales empiezan a enfrentarse debido a su ociosidad, sin necesidad de ninguna tentación.

A continuación, el relato de Hathi introduce el origen de la muerte en la vida de la selva. La muerte ingresa en ese lugar idílico gracias a que el Primer Tigre, a quien Tha había nombrado Amo de la Jungla, se entrega a sus instintos cuando huele la sangre de un gamo y lo mata. De allí, la degradación es progresiva. Durante la etapa en la que el Mono Gris es Amo de la Jungla, la selva conoce lo que es la Vergüenza. Finalmente, lo último que se introduce en la selva es el Miedo, que en realidad representa el ingreso del hombre en la vida de los animales de la selva.

En el marco de la historia podemos ver el modo en que Mowgli reacciona ante esta historia. Sin duda, el cachorro de hombre tiene un conflicto de identidad por el modo en que ha sido criado. Dado que en esta parte de la historia todavía no vuelve a vivir entre los humanos, y los lobos todavía no lo han traicionado, Mowgli insiste en que él nada tiene que ver con el hombre que aparece en el relato de Hathi. Sin embargo, hay un detalle del mito de origen que debería resonar con Mowgli. El Primer Tigre siente miedo la primera vez que ve al hombre, pero ese sentimiento viene acompañado de vergüenza y, consecuentemente, de resentimiento. El Primer Tigre se siente avergonzado por sentir miedo, y eso lo lleva a odiar a los seres humanos. Mowgli tiene la experiencia de que los animales no le puedan sostener la mirada, es decir, sin duda le temen. Lo que le va a traer problemas a Mowgli es que los animales resienten esa sumisión.

De todas maneras, la doble identidad de Mowgli es una ventaja, como ha sido a lo largo de todos los cuentos hasta ahora. Shere Khan aprovecha la noche del pacto del Primer Tigre para presentarse en el estanque y provocar miedo en Mowgli. No obstante, Mowgli no reacciona, y exclama: “¡Ahora comprendo por qué Shere Khan quería que lo mirase! No ha servido de nada, pues ha sido incapaz de sostener la mirada y… y yo ciertamente no caí a sus pies. Aunque, claro, yo no soy ningún hombre, sino que pertenezco al Pueblo Libre” (p.262).

El último aspecto para tratar en torno a “De cómo llegó el miedo” es el origen de las rayas del tigre. Acá Kipling también ofrece una explicación mítica para el pelaje del tigre y su aversión por todo lo que no sea carne: “Los árboles y las lianas lo marcaron, Hermanito, y lo transformaron en esa cosa rayada que vemos, por lo que nunca más quiso comer sus frutos” (p.263).

El otro cuento de esta sección, “La selva invasora”, vuelve a tener a Mowgli como protagonista. Hemos mencionado ya que la identidad tan particular de Mowgli, que lo ubica en la frontera de los seres humanos y los animales, es una ventaja para él. Mowgli es una figura dominante en los dos mundos. Su dominio radica en su conocimiento. En el mundo de las personas, Mowgli parece superior porque su acceso a la selva le permite, por ejemplo, descartar supersticiones que son el modo en que estos hombres explican algunos de los misterios con los que se enfrentan. Mowgli no es un chico tímido, por lo que no va a callar cuando observa que los hombres están actuando de manera irracional. En el caso de los animales, Mowgli es capaz de usar una serie de herramientas, como el fuego y el cuchillo. Además, no responde a su primer instinto, sino que idea estrategias. Por ejemplo, cuando los lobos ven a Buldeo, lo primero que desean hacer es cazarlo y jugar con su cráneo. Mowgli, en cambio, entiende que la solución no está en deshacerse de la amenaza inmediata. Es decir, Mowgli puede proyectar lo que los animales no.

Sin embargo, esas mismas ventajas lo aíslan. En mucha mayor medida que en otros cuentos, en “La selva invasora” vemos que Mowgli es temido tanto por los humanos como por las bestias. Tras conocer el plan de Mowgli de destruir por completo la aldea, Bagheera siente miedo ante la sed de venganza de su amigo.

Asimismo, este cuento es distinto a los anteriores del ciclo de Mowgli porque incluye un nivel de violencia considerablemente mayor. Incluso parecería que este cuento desafía la etiqueta de “cuentos para niños”, porque en el fondo es una historia de venganza despiadada. En última instancia, Mowgli parece haberse decantado por la selva. Esa parece ser su elección cuando considera que no hay mejor salida de esta situación que aniquila todo trazo del ser humano y dejar que la selva vuelva a tomar ese espacio.

De todas maneras, debemos recordar que en el ciclo de Mowgli la selva parece representar la civilización. En “De cómo llegó el miedo”, los animales se muestran solidarios y se sujetan a las reglas de la Tregua del Agua porque todos están experimentando un momento de crisis. Mientras, las personas parecen reunir todos los rasgos de la barbarie: son mentirosas, se apropian de las historias de otros, recurren a la violencia, son supersticiosas y actúan muchas veces por ambición. El ataque a Messua y su esposo no solo es violento e injusto y radica en la superstición, sino que parece estar en parte motivado por la ambición cuando Buldeo menciona que, si los matan, podrán repartirse las riquezas de la familia. En definitiva, y paradójicamente, al destruir el poblado, lo que Mowgli quiere es que prevalezca la civilización.

Por último, el cuento “El milagro de Purun Bhagat” sucede en un espacio alejado de la selva. El protagonista del cuento es un hombre, aunque los animales tienen una función importante también, porque son ellos los que alertan a Purun sobre el inminente derrumbe de la montaña.

El motor de de este cuento es el personaje principal más que la acción del relato. Purun es el modelo más claro del buen nativo, según Kipling. Hijo de un brahmín, Purun se educa en la Universidad de Bombay y consigue el cargo de primer ministro de un reino semiindependiente. Gracias a la confianza que le tiene el rey, Purun consigue implementar una serie de reformas que hacen de su reino un ejemplo para los demás: “Poco Estado Nativos adoptan el progreso inglés, pues no acaban de creer que lo que bueno para un inglés forzosamente lo es en partida doble para un asiático” (p.268). El aprecio de los ingleses por Purun Dass lo lleva a recibir los más altos honores: títulos honoríficos de universidades prestigiosas, viaje a Inglaterra para compartir la experiencia de su reino, recibe el nombramiento de Caballero Comendador de la Orden del Imperio Indio. El énfasis en el progreso de Purun le sirve a Kipling para luego contrastar esa vida de reconocimiento por la de un mendigo errante, que es lo que elige hacer Purun de un día a otro.

Para la población local, la decisión de Purun no es extraña. Purun es uno más de los tantos hombres que eligen la vida de un asceta para alcanzar la paz y la sabiduría. Uno de los detalles más significativos del cuento es el cambio de nombre de Purun. Este cambio, que puede parecer trivial en un principio, se vuelve sumamente significativo hacia el final, cuando Purun debe conducir a los pobladores desde la aldea cercana a la capilla donde vive hasta un lugar seguro. En la acción heroica que lleva a cabo el hombre, su identidad se revierte a aquella que tenía en un principio: “Ya no era un hombre santo, sino que era sir Purun Dass, K.C.I.E., primer ministro de un estado que nada tenía de pequeño, un hombre acostumbrado a mandar y ahora se dirigía a salvar vidas” (p.282). La ironía situacional al final es que, si bien Purun Dass es quien los salva, los pobladores no tenían idea de que estaban ante un hombre tan importante según los estándares ingleses, y construyen una capilla en honor a Purun Bhagat.

El cuento insiste desde el principio en la humildad de Purun Dass, quien siempre hace pasar toda reforma como iniciativa del rey al que sirve. Al final de su vida, esa discreción coincide con el nombre falso de la capilla en su nombre.