El hobbit

El hobbit Preguntas de Ensayo

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    ¿Cómo se manifiesta en El hobbit la dimensión agonista del relato?

    Si bien El hobbit es una novela que se concentra en las aventuras de Bilbo, Gandalf y el grupo de enanos, Tolkien propone un mundo polarizado en dos fuerzas antagónicas: el bien y el mal. Paulatinamente, la batalla entre el bien y el mal cobra mayor importancia, hasta que la novela culmina en la Batalla de los Cinco Ejércitos, un enfrentamiento entre los pueblos libres, elfos humanos y enanos, contra las huestes de los trasgos y los lobos, que representan a las fuerzas del mal.

    A su vez, durante toda la novela, el universo simbólico se organiza en torno a estos dos conceptos polarizados y produce una serie extensa de imágenes relacionadas. Al bien, por un lado, se le asocia la idea de lo puro, lo blanco y lo luminoso: las armas élficas brillan con luz propia en la presencia de trasgos, el concilio de Magos Blancos se reúne para echar al Nigromante del Bosque Negro y las descripciones de los elfos se asocian a lo puro y deslumbrante. En oposición, la oscuridad se carga de valores negativos y se asocia a lo cruel y lo maligno. El Bosque Negro es un lugar peligroso, lleno de encantamientos mortíferos y de criaturas malignas, y los trasgos son la mayor representación del mal.

    Con todas estas imágenes construyendo los significados simbólicos del relato, la dimensión agonista de El hobbit emerge a lo largo de toda la novela y presenta un mundo claramente dividido entre el bien y el mal, en constante enfrentamiento.

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    ¿Cómo se construye la figura del héroe en El hobbit?

    En la primera novela de Tolkien, la figura del héroe no se construye según el arquetipo tradicional del héroe guerrero y el paradigma exitista. Esta construcción sería coherente con la figura de Thorin Escudo de Roble, el líder de los enanos, descendiente de los Reyes bajo la Montaña. Sin embargo, Thorin no se construye como héroe: a lo largo del relato se plantean sus falencias, como individuo y como jefe del grupo. Thorin es apresado y burlado en más de una ocasión, hasta que finalmente sucumbe a su codicia y debe pagar con la vida los actos desmesurados en los que incurre.

    Por el contrario, Bilbo es el protagonista de la novela y quien se construye como héroe: su psicología compleja manifiesta un crecimiento constante que demuestra cómo las pruebas a las que se enfrenta lo marcan y lo edifican. Bilbo se vuelve cada vez más sabio, más noble y más hábil, y termina ocupando no solo el lugar de líder que correspondería a Thorin sino también el de guía y consejero que había ocupado Gandalf.

    Sin embargo, Bilbo no es el héroe guerrero, perteneciente a una estirpe de reyes, sino todo lo contrario, y ello tiene que ver con el proyecto moral de Tolkien: Bilbo es el héroe invisible, aquel que no busca el éxito y no desea los enfrentamientos, sino la paz y la coexistencia pacífica de los pueblos. El hobbit no destaca por sus méritos marciales, sino que es un saqueador que usa su talento para salvar a sus compañeros y sortear peligros durante el viaje. La habilidad de hacerse invisible que le otorga el Anillo es también un símbolo de esta invisibilidad que las acciones de Bilbo parecen tener en los hechos históricos fundamentales de la Tierra Media, aunque sea Bilbo quien los haga posible. Por ejemplo, es Bilbo quien descubre el punto débil del dragón, y gracias a eso Bardo puede darle muerte. Sin embargo, nadie recuerda el papel del hobbit en la caída de Smaug, y las canciones hablarán solo de Bardo, descendiente de los señores de Valle. Así, está claro que el héroe que construye Tolkien en esta primera novela se aleja del héroe guerrero de la tradición anglosajona y propone una mirada atravesada por la moral cristiana, según la cual el linaje no es importante, como sí lo son los valores inherentes a cada ser humano, especialmente la bondad, la mesura y la búsqueda de la paz.

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    ¿Qué influencias de otras literaturas y otras culturas se pueden trazar en la obra de Tolkien?

    En El hobbit se hace evidente la influencia de las mitologías griegas y anglosajonas. Desde el capítulo 2, las referencias a la Odisea, y especialmente al personaje de Ulises, son evidentes: el encuentro con los trolls, por ejemplo, presenta ecos del episodio de Ulises y el cíclope Polifemo, mientras que la astucia de Bilbo y la resolución de conflictos utilizando el intelecto antes que la fuerza también reproduce el esquema propio del héroe griego. A su vez, el río mágico del Bosque Negro se asocia al Leteo, uno de los ríos del inframundo griego que tenía el poder de infundir el olvido a quienes se bañaban en sus aguas.

    Por otro lado, las referencias a los relatos épicos anglosajones también son fundamentales: el dragón en la cueva, protegiendo el tesoro, es una imagen típica a las sagas anglosajonas, y el robo del copón que realiza Bilbo del tesoro de Smaug refiere directamente a un pasaje de Beowulf, la más famosa épica anglosajona, en el que un ladrón despierta al dragón al robarle una copa de doble asa.

    Finalmente, más allá de estas referencias explícitas a obras particulares, todo El Hobbit se construye en función de arquetipos y motivos de los cuentos tradicionales y los relatos épicos, por lo que es posible asociarlo a diversas mitologías y encontrar similitudes con muchos relatos tradicionales de pueblos a lo largo de todo el mundo.

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    ¿Qué papel se le otorga a la religión en la obra de Tolkien?

    La religión es una dimensión compleja que Tolkien configura a lo largo de toda su obra, y de la que en El hobbit poco se explicita. En esta novela no se mencionan dioses ni se desarrolla un sistema religioso o teológico que complemente la historia de los pueblos que intervienen en la acción: nada se sabe de la religiosidad de los enanos, los humanos o los hombres, aunque sí hay referencias a poderes superiores que rigen el orden del mundo.

    En verdad, en El hobbit convergen dos intenciones particulares: por un lado, Tolkien quería poner en vigencia, en el siglo XX, la tradición literaria y cultural anglosajona, pero ello implicaba tocar temas, ambientes, personajes y esquemas considerados paganos en relación a una mirada social cristiana. Los magos, la magia y la naturaleza animada escapaban de la visión cristiana y podían resultar conflictivos, puesto que Tolkien era un ferviente cristiano. Además, él quería que su obra edificara de alguna manera a la sociedad y contuviera los preceptos fundamentales del cristianismo.

    Por eso, la acción de El hobbit y su construcción simbólica presentan una fusión de los temas paganos con la moral cristiana. Esto se ve con claridad en Bilbo, quien parece ser una buena persona movida por los ideales cristianos, que profesa la misericordia sobre sus enemigos, la humildad y la sencillez. A Bilbo se le opone la figura de Thorin, que vehiculiza algunos ideales anglosajones, como la arrogancia, la nobleza de linaje o estirpe y la fuerza bélica. Finalmente, la novela ilustra cómo el verdadero heroismo está en las criaturas pequeñas e invisibles, como Bilbo, y no en los guerreros arrogantes, soberbios y dispuestos a solucionar todo por la fuerza, como desea hacer Thorin. De esta forma, la fusión del escenario y los temas anglosajones con la moral cristiana producen una nueva construcción simbólica que Tolkien desarrolla a lo largo de toda su obra.

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    ¿Cuál es la relación entre la naturaleza y las criaturas humanoides inteligentes en la obra de Tolkien?

    En la Tierra Media de Tolkien, todas las criaturas sostienen un contacto vital y profundo con la naturaleza. Esta no es solo un decorado, sino que tiene un papel activo y constante en el desarrollo del mundo. Tolkien propone una concepción animista para su obra: la Naturaleza se humaniza, es capaz de sentir y de hablar como las criaturas inteligentes, y también participa de la lucha constante entre el bien y el mal.

    Esto puede comprobarse en los lobos, por ejemplo, que hablan su propia lengua, son malignos y suelen aliarse con los trasgos; o en las águilas y otras aves, que también poseen diversos lenguajes y pueden ayudar a los hombres, los enanos y los elfos. Así, a lo largo de todo El hobbit, la naturaleza está presente y toma un rol activo en el desarrollo de los hechos. En la saga de El Señor de los Anillos, estas características se desarrollarán aún más; por ejemplo, los Ents -criaturas arbóreas que cuidan de los bosques -servirán como representación de la naturaleza en lucha contra los avances de una industria implacable y despiadada.

    De esta forma, la naturaleza se ve siempre vinculada de una forma u otra a los aventureros de El hobbit, ya sea como un peligro que hay que sortear (las Montañas Nubladas, los lobos, el Bosque Negro, las arañas, etc) o como un elemento que salva a los personajes y les otorga refugio y alimento para poder llevar a buen término el objetivo de la aventura (como las águilas, los animales de Beorn, el zorzal y los cuervos).