A sangre fría

A sangre fría 'A sangre fría' en la pantalla: Capote y la mirada cinematográfica

Mientras escribe A sangre fría, Capote vista a los acusados con frecuencia y desarrolla un vínculo amistoso con Dick Hickock y Perry Smith. Luego, entabla una conexión particularmente cercana con Perry. Se considera que estas relaciones tienen una gran influencia en su acercamiento al tema de la novela y también un gran impacto en Capote a nivel personal y profesional. Estos vínculos adquieren relevancia en los últimos años por los estrenos de dos películas: Capote (2005), de Bennett Miller, e Infamous (2006), de Douglas McGrath.

La novela de Capote tiene fuertes aspectos cinematográficos: está estructurada en episodios y alterna con rapidez entre distintas tramas. Luego de la publicación del libro por la editorial Random House en 1966, es rápidamente adaptada al cine. La primera versión en formato cinematográfico se estrena en 1967, escrita, dirigida y producida por Richard Brooks. Reproduce fielmente la trama de la novela. Sin embargo, es criticada por su relato lánguido y su enfoque torpe de la cuestión de la pena de muerte. Gerald Clarke, en su biografía sobre Capote, repone que se dice que la película no tiene el impacto que genera el libro, y es menos cinematográfica que la novela (1988).

El último comentario de Clarke es iluminador en tanto denuncia que en la primera adaptación cinematográfica faltan muchos de los registros más sutiles de la narración de Capote que generan el impacto cinematográfico. Lo que el libro tiene en común con el cine es la naturaleza de la relación de la película con sus personajes, que se basa en el concepto de la "mirada”.

La “mirada cinematográfica” se refiere al punto de vista omnipresente de la cámara que permite a la audiencia convertirse en espectadores invisibles de los eventos en pantalla. Esta mirada habilita dos tipos de experiencias para los espectadores de la película. Por un lado, convierte a los personajes en pantalla en objetos de deseo sexual. Por otro lado, los espectadores se identifican con los personajes y proyectan su propia imagen personal sobre ellos, idealizándolos. La audiencia puede alternar entre estas dos sensaciones mirando la película, o experimentar sentimientos de identificación y deseo de forma simultánea.

La “mirada” es también un concepto útil para describir el acercamiento de Truman Capote a los personajes de Perry Smith y Dick Hickock durante la escritura de la novela. En muchos sentidos, Capote funciona como la “cámara” en el mundo del libro: registra los eventos del caso Clutter desde un punto de vista aparentemente omnisciente sin revelar su propio involucramiento. Pero, como sugieren ambas películas mencionadas, Capote también se ve atraído por su propio tema como un espectador fascinado por el espectáculo.

Infamous (2006) describe la relación entre Capote y Perry impulsada por el deseo romántico y sexual, que se consuma durante la película. En contraposición, Capote (2005) no presenta intimidad física entre Capote y Perry, pero sugiere que su relación se basa en un fuerte sentimiento de identificación: cada uno reconoce una imagen de sí mismo en el otro. Como dice Philip Seymour Hoffman interpretando al escritor en la película: “Es como si Perry y yo hubiésemos crecido en la misma casa. Y un día, él se puso de pie y salió por la puerta trasera, mientras yo salía por el frente”. Harper Lee, gran amiga de Capote, comenta sobre la relación entre su amigo y Perry Smith: “Cada uno miraba al otro y veía, o creía ver, al hombre que podría haber sido”.

Estas películas echan luz sobre la naturaleza de la escritura de Capote en el contexto de A sangre fría. En algún sentido, toda narración como la de Capote implica cierto voyeurismo y la conversión del tema del libro en un objeto de deseo. Pero encima de esto, el propio autor se ve implicado como sujeto del libro, en la medida en que las descripciones de sus personajes son también, al mismo tiempo, reflejo de sí mismo.