A sangre fría

A sangre fría Resumen y Análisis “Personas desconocidas”, parte 2 (167-211)

Resumen

En una habitación de hotel en Ciudad de México, Perry observa sus objetos y papeles personales. Encuentra una carta escrita por su padre, titulada “Historia de la vida de mi hijo” (1979:170). La había enviado al Parole Board del Estado de Kansas para ayudar a Perry a salir en libertad bajo palabra de la cárcel. La carta cuenta sobre varios eventos de su infancia y juventud. Perry es uno de los cuatro hijos de un dúo de rodeo y por eso vive una juventud humilde e itinerante hasta la separación de sus padres, cuando él tiene seis años. Luego de vivir un tiempo con su madre alcohólica, es enviado a un orfanato católico, donde las monjas abusan de él por mojar la cama. Perry relata sobre su época en el asilo de niños: “Lo que solía hacer era meterme en una bañera con agua helada, me metía y me tenía agarrado hasta que me ponía azul, casi ahogado“ (1979:179). Luego de contraer neumonía por varias formas de negligencia del orfanato, su padre se lo lleva a vivir con él a Alaska, donde aprende a cazar, a rastrear animales y a buscar oro en arroyos. No puede continuar con la escuela secundaria.

Como un joven adulto, Perry se enlista como marino mercante y posteriormente en el ejército. Luego de varios períodos de servicio y un accidente de motocicleta que lo deja seis meses en el hospital, vuelve a Alaska a vivir con su padre. Juntos construyen un pabellón de caza que no tiene éxito. Se pelea con su padre, se va de Alaska y es arrestado y encarcelado por un robo.

Entre sus papeles personales encuentra también una carta de su hermana Barbara. Es su única hermana viva, ya que sus otros dos hermanos se suicidaron. Barbara lleva una cómoda vida con su marido y sus tres hijos en San Francisco. En la carta reta a Perry por su estilo de vida irresponsable y por ser irrespetuoso con su padre. La carta está acompañada por un análisis de Willie-Jay sobre lo dicho por su hermana. Willie-Jay propone que Barbara no puede ser empática con él por su convencionalismo y por sus propias frustraciones e inseguridades respecto de su historia familiar.

En Holcomb, el agente Dewey vuelve a visitar la casa de los Clutter y continúa luchando contra los acontecimientos que rodean al caso. Se lo describe más flaco y decaído: “Automáticamente, su cerebro rechazaba todo lo que no estuviera relacionado con el caso Clutter. Marie y muchos de sus amigos empezaban a preocuparse por su total obsesión” (1979:200). Jonathan Adrian es declarado libre de los cargos y Dewey se estresa por no encontrar a los asesinos.

Dick se encuentra insatisfecho por la falta de oportunidades laborales en México, así que decide volver a los Estados Unidos. Perry y Dick viajan nuevamente hacia el norte haciendo auto-stop.


Análisis

En el hotel en México, Dick revela sus verdaderas opiniones sobre los sueños delirantes de Perry. Es sincero por primera vez respecto de la inviabilidad de los deseos de aquel. Por otra parte, la “perversidad clara y franca [de Dick], había fascinado a Perry y aunque también le había dolido y decepcionado consiguió reavivar aquella primitiva confianza suya en Dick, en el duro, en el «absolutamente masculino», en el activo, el pragmático y el decidido Dick por el que estaba dispuesto a dejarse dominar” (1979:168). Se sugiere que la dinámica entre los protagonistas se sostiene entre la tensión y la rivalidad. Perry admira la masculinidad y fuerza de Dick y por eso se deja controlar. Esta parte de la novela brinda información sobre el trasfondo del estado mental de Perry y sus problemas de autoestima.

La segunda mitad de “Personas desconocidas” hace foco en la caracterización de la infancia de Perry. Incluye material testimonial: cartas de su padre y de su hermana. Según Amar Sanchez, el uso de material respetado, como documentos, testimonios o grabaciones es característico del “discurso narrativo no ficcional” (1979:21). Se incluyen registros “reales” que dan cuenta de que los hechos han sucedido, pero estos se disponen en un entramado narrativo. Según la teórica argentina, “la no ficción señala ´todo esto realmente pasó, por lo tanto no me culpen si no parece real´” (1979:23).

El relato de la infancia de Perry pretende conformar una imagen más completa sobre la personalidad del protagonista. Los abusos y humillaciones que sufre en los orfanatos dejan una marca profunda y contribuyen a configurar su sensibilidad, su paranoia y su vulnerable autoestima. Además, Perry cuenta con un padre ausente durante largos períodos de su infancia y con una madre alcohólica. Logra asistir a la escuela hasta tercer grado y vive separado de sus hermanos.

En la carta de Barbara se evidencian sus intentos por diferenciarse de su hermano. De alguna manera, Perry le sirve para sentirse “normal”. La hermana incluso escribe: “creo ser una persona normal” (1979:190). Willie-Jay ayuda a Perry a encontrar, en la carta, las maneras en las que Barbara intenta validarse a sí misma y superar sus propias inseguridades respecto a su familia. Sin embargo, el análisis de Willie-Jay termina alienando aún más a Perry: le hace pensar que está más allá del entendimiento de la mayoría de las personas y lo vuelve más antisocial.

La inclusión de la historia de Perry cumple un rol fundamental en la novela: humanizarlo. Aunque el texto no intenta justificar los crímenes, se vislumbra un interés de Capote por mostrar cómo emociones ordinarias en individuos dañados pueden generar salidas destructivas.