Veinte poemas para ser leídos en el tranvía

Veinte poemas para ser leídos en el tranvía Resumen y Análisis : "Río de Janeiro"

Resumen:

Este poema en prosa también tiene como centro la presentación de una ciudad en particular, cuyo nombre es el nombre del poema: "Río de Janeiro". Describe la ciudad mencionando varios de sus elementos naturales: el icónico cerro Pan de Azúcar, el sol, las palmeras, los árboles, las frutas. Está fechado en noviembre de 1920, en la ciudad brasileña.

Análisis:

En este poema hay imágenes sensoriales orientadas al olfato y al gusto. La primera se da a través de una personificación, mencionando que el "Pan de Azúcar" (el famoso cerro brasileño) almibara la bahía, utilizando también una aliteración con el sonido b. A lo largo del resto del texto encontramos otras cuatro personificaciones, que sirven para dar protagonismo a los elementos naturales, que parecen destacar entre las cosas de la ciudad: las montañas "acampan"; los edificios "saltan unos encima de otros"; el sol "ablanda el asfalto", "madura las peras" y "sufre", y los árboles son "pederastas". Como vemos, encontramos aquí, nuevamente, un trabajo simbólico de cruces entre el universo natural y el artificial o urbano.

Hacia el cierre del poema, el café también adquiere un lugar central, porque "perfuma todo un barrio". También hay otras imágenes sensoriales, como la descripción de 'los negros' que tienen "las palmas de las manos hechas de coral". Todos estos recursos parecen estar puestos al servicio de resaltar el hecho de que se trata de una ciudad sensorialmente provocativa, con evidentes estímulos sensuales. Al mismo tiempo, no obstante, y en otra de las contraposiciones que signan la construcción del poemario, el poema abre con "La ciudad imita en cartón, una ciudad de pórfido. Caravana de montañas acampan en los alrededores". Estas dos imágenes directas dan la impresión de estar viendo no más que una foto, una instantánea: algo que tiene siglos del desarrollo natural se equipara así a un acampe, es decir, una endeble instalación humana, mientras que la ciudad, un gran montaje humano, se equipara a una construcción en cartón débil e inestable. El resto de los elementos que parece vibrar con provocaciones sensoriales vienen a cubrir esa primera impresión de frágil estaticidad.