Todos los Fuegos el Fuego

Todos los Fuegos el Fuego Citas y Análisis

“Un hastío sin nombre pesaba sobre ellos al anochecer; se esperaba más del sueño que de las noticias siempre contradictorias o desmentidas”.

Narrador, “La autopista del sur” (1996:512)

Esta cita alude al clima de hastío y aburrimiento que afecta a todo el grupo humano que se encuentra en el embotellamiento de la autopista. No son conscientes del paso del tiempo ni saben cuándo se irán de allí. En esta situación de inmovilidad, hay una circulación de chismes y posibles hipótesis para explicar el embotellamiento. Sin embargo, las noticias luego son contradichas o desmentidas por la comunidad de pasajeros.

“Pepa obedeció, sin saber por qué escribía una frase tras otra puesto que mamá no iba a leer la carta”.

Narrador, “La salud de los enfermos” (1996:532)

Cuando la familia inventa que Alejandro se ha roto el tobillo para justificar que no viaja a Buenos Aires, la madre se ofende y le pide a Pepa que le escriba ella. Esta cita da cuenta de cómo, aunque ni la madre ni Alejandro leerán la carta, Pepa sostiene el ritual. La mentira es útil para todos; les permite aferrarse a Alejandro.

“Hijo, que a lo mejor leés todo esto, te quedás sin saber en las que anduvo tu viejo”.

Narrador, ‘’Reunión’’ (1996:544)

El narrador dirige el relato a su hijo. De algún modo, lo nombra como su interlocutor por si no logra retornar vivo a su casa. Esto explica por qué el cuento es una celebración de la revolución, pero también una explicación de cuáles son los ideales importantes para él.

“Me miró con aire burlón, con esos ojos que ya me conocían y que me habían visto por todos lados, y dijo: 'La señorita Cora'”.

Pablo, “La señorita Cora” (1996:553)

Cuando Pablo intenta entablar una relación de mayor intimidad con la enfermera, le pregunta si se llama Cora, y ella responde marcando distancia con la incorporación de la palabra “señorita”. En este juego se pone en tensión el enamoramiento del joven adolescente y los intentos de Cora de actuar como una profesional.

“Contestó negativamente, oyéndose como desde lejos”

Narrador, “La isla a mediodía” (1996:568)

Cuando a Marini le ofrecen pasar a trabajar en la línea de Nueva York, él se niega para no dejar de contemplar la isla. En ese momento se refuerza su obsesión. Esta cita evidencia el comienzo del proceso de desdoblamiento del protagonista, ya que él mismo contesta a la pregunta pero, a la vez, se escucha a sí mismo desde lejos. En este momento se disocian dos versiones simultáneas de Marini: uno permanece trabajando como steward y otro abandona su rutina para conocer la isla griega que tanto anhelaba.

“Usted no es un actor, usted es Howell”.

El hombre alto, “Instrucciones para John Howell” (1996:571)

Cuando Rice le dice que él no es un actor, el hombre alto le contesta que él tiene que ser Howell. Se marca así el límite difuso entre la representación y la realidad: Rice y Howell funcionarán como dobles.

“Todo estaba en resistir, en hacer frente a un tiempo interminablemente tenso, ser más fuerte que la torpe coalición que pretendía convertirlo en un pelele”.

Narrador, “Instrucciones para John Howell” (1996:575)

Rice se rebela frente a las instrucciones que recibe de los hombres que lo llevan al escenario. Se da cuenta de la falsa libertad de acción y decide ir en contra de las expectativas. En el tercer acto termina de apartarse de lo instruido y genera que lo saquen del teatro.

"Ah, dice Roland, frotando un fósforo. Jeanne oye distintamente el frote, es como si viera el rostro de Roland mientras aspira el humo, echándose un poco atrás con los ojos entornados. Un río de escamas brillantes parece saltar de las manos del gigante negro y Marco tiene el tiempo preciso para hurtar el cuerpo a la red".

Narrador, “Todos los fuegos el fuego” (1996:581)

Este párrafo es la primera amalgama entre las dos historias, la primera vez que en un solo párrafo se realiza un desplazamiento espacio-temporal desde la Roma imperial hacia el París del siglo XX. Esta primera yuxtaposición tiene como punto de contacto una alusión al fuego, que es el punto de unión final de ambas historias.

“Ese mundo diferente donde no había que pensar en Irma y se podía vivir sin horarios fijos, al azar de los encuentros y de la suerte”.

Narrador, “El otro cielo” (1996:595)

Esta cita describe el mundo del que el narrador quiere escapar y que contiene horarios, compromisos, tedio, trabajo y apatía. También ubica el azar, los encuentros y la suerte en “el otro cielo”, que sería el de París, donde vive aventuras más libres y despreocupadas.

“Empecé a admitir desde muy lejos que el barrio de las galerías no era ya el puerto de reposo”.

Narrador, “El otro cielo” (1996:600)

En la segunda parte del cuento, luego de la muerte del sudamericano y de que atraparan a Laurent, el estrangulador, este espacio que funcionaba como un escape atractivo para su vida monótona, deja de ser tan tentador para el narrador. Con la ausencia de esa amenaza, que conformaba el espacio peligroso y prohibido, el narrador deja de sentir la atracción que sentía por ese espacio.