Esperando a Godot

Esperando a Godot Guía de Estudio

Esperando a Godot es sin lugar a dudas una de las obras más famosas de Samuel Beckett. La escribe originalmente en francés en 1948 y luego la traduce al inglés para su publicación en ese idioma en 1955. El estreno mundial se celebra el 5 de enero de 1953, en el Theatre Babylon de París. Los comentarios positivos a cerca de la obra comienzan a multiplicarse hasta que se vuelve bastante famosa. Naturalmente, surgen nuevas producciones de Esperando a Godot en todo el mundo. Sin embargo, la obra inicialmente fracasa en Estados Unidos, quizás como resultado de ser anunciada como “La risa de los cuatro continentes”. De todas formas, en una producción posterior en la ciudad de Nueva York, la obra es anunciada de una manera menos pretenciosa y es muy bien recibida por el público norteamericano.

Esperando a Godot incorpora muchos de los temas e ideas que Beckett ya discute en otras obras suyas. Asimismo, el formato obra de teatro le permite a Beckett dramatizar sus ideas con más fuerza que en otro tipo de textos. En ese sentido, Esperando a Godot es sin duda una obra intensa en la que las ideas del autor aparecen de una manera tan vertiginosa como contundente.

Beckett a menudo trabaja la idea del "sufrimiento del ser". Los dos protagonistas de la obra, Vladimir y Estragon, están esperando a un tal Godot, que nunca llega. Esta expectativa insatisfecha comienza a aburrir y a desesperar a los personajes. De esta forma, podemos pensar en Godot como un símbolo de esas cosas que la gente espera en la vida y que no aparecen nunca. Esta obra reflexiona todo el tiempo sobre las expectativas y las frustraciones humanas.

La gran mayoría de los críticos coinciden en clasificar a esta obra como existencialista. El hecho de que los personajes se esfuercen tanto por alcanzar una versión más o menos clara de lo que les está sucediendo puede relacionarse con la imperante necesidad de demostrar su existencia. Este conflicto se pone en relieve con la presencia del muchacho que sirve al señor Godot. El muchacho no recuerda en ningún momento a Vladimir y Estragon; esto pone en discusión la propia existencia de los protagonistas. En esta obra, la prueba de que algo o alguien existe parece recaer en la capacidad de ser recordado. Por esta razón, Vladimir, antes de dejarlo volver con Godot, le exige al muchacho: “Dime, ¿estás seguro de haberme visto, no me dirás mañana que nunca me has visto?” (p.82). Ante la falta de respuesta, Vladimir da un paso hacia delante y el muchacho “escapa como una flecha” (p.82).

Esperando a Godot es una obra que forma parte de lo que se denomina “Teatro del absurdo”. Este tipo de teatro elimina los conceptos de drama, argumento cronológico, lenguaje lógico, temas y escenarios reconocibles. El Teatro del absurdo también se caracteriza por una intensificación progresiva de la narración, con un claro énfasis en lo emocional. En este contexto son muy frecuentes los cambios de humor repentinos y las reacciones inesperadas de los personajes.

Está claro que Vladimir y Estragon son dos personajes característicos del Teatro del absurdo, con sus incoherentes arranques de verborragia y sus vertiginosos cambios de estado de ánimo. Al mismo tiempo, están despojados de su individualidad, es decir, solo pueden existir estando juntos. Por eso, más allá de todas las veces que Estragon manifiesta querer separarse de Vladimir, nunca llega a hacerlo porque eso implicaría la desaparición de los dos. Son tan dependientes el uno del otro como puede serlo el cuerpo del intelecto. De hecho, en varios análisis sobre esta obra, se relaciona a Estragon con el cuerpo y a Vladimir con el intelecto. Esta pérdida de la individualidad de los personajes, que acaban funcionando como un conjunto, también es una característica del Teatro del absurdo.