El sabueso de los Baskerville

El sabueso de los Baskerville Ironía

El misterioso hombre al que Watson busca resulta ser Sherlock

A lo largo de su estadía en la mansión de los Baskerville, Watson se esfuerza en descubrir quién es el misterioso hombre que ronda el páramo. En parte, quiere resolver esta incógnita para burlar la inteligencia de Sherlock Holmes, que no había podido descubrir la identidad del desconocido. La ironía es que este personaje resulta ser el mismo Sherlock, que se había escondido para no levantar sospechas en los habitantes del lugar. Esto deja en claro, una vez más, la inteligencia superior del detective frente a Watson.

A pesar de ser un experto conocedor del área, Stapleton muere ahogado en el pantano

Aunque Stapleton asegura ser una de las pocas personas que conoce tan bien el páramo de Dartmoor, finalmente muere ahogado al intentar escapar de Sherlock a través de la ciénaga de Grimpen. Esta ironía sugiere que nadie, por muy astuto que sea, puede finalmente escapar de su castigo.

Aunque la gente culta no debería creer en el sabueso, Sherlock y Watson se aterrorizan al ver al animal

A lo largo de toda la novela, la creencia en la leyenda del sabueso de los Baskerville es adjudicada como una práctica extendida en los campesinos y las clases menos ilustradas del lugar. Sin embargo, cuando finalmente se encuentran con el animal, quedan paralizados por el miedo. Irónicamente, a pesar de saber que un ser así no puede existir, el sabueso los asusta. A pesar de que Sherlock cree en la razón como única forma de acceder a la verdad, a veces las emociones impiden entender el fenómeno de manera racional.

Holmes deduce la raza y el color del perro del doctor Mortimer no por su gran capacidad deductiva, sino porque lo ve por la ventana

El autor crea una ironía situacional, en la que la expectativa y la realidad se contradicen, cuando Holmes pretende deducir la raza y el color del perro del doctor Mortimer a partir de las pruebas de su bastón. El detective afirma con seguridad que el animal es un spaniel con correa cuando no hay pistas de eso en el objeto del doctor. Esto deslumbra a Watson, que no entiende cómo puede afirmar esto el detective si solo ve el bastón de Mortimer. Sherlock responde que lo sabe porque está viéndolo desde la ventana de su casa. Esto recuerda al lector que no debe tomarse demasiado en serio la superioridad de Holmes y aceptar que también la coincidencia puede ser una forma de conseguir información.