El jardín de los cerezos

El jardín de los cerezos Elementos Literarios

Genero

Comedia realista.

Language

Ruso.

Configuración y Contexto

Campiña rusa, a finales del siglo XIX.

Narrador y Punto de Vista

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Tono y Estado de Ánimo

El tono es melancólico; por momentos cómico y por otros, trágico.

Protagonista y Antagonista

La protagonista es Liubov Andréievna, aristócrata dueña de la finca. Su antagonista es, en términos abstractos, el avance del campesinado y el declive de la aristocracia. Aunque Liubov no mantiene con Lopajin una relación de enemistad, este terrateniente hijo de siervos puede funcionar en la obra como antagonista, en tanto representa a las fuerzas que amenazan el poder de Liubov.

Conflicto Principal

Liubov Andréievna, terrateniente de origen aristocrático, está por perder la propiedad de la finca familiar a causa de un declive económico que tiene como contrapartida el asenso del campesinado ruso a fines del siglo XIX.

Climax

El clímax tiene lugar hacia el final del tercer acto, cuando Lopajin anuncia que acaba de comprar la finca en la subasta.

Presagio

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Atenuación

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Alusiones

A lo largo de la obra se presentan varias alusiones literarias: se cita un fragmento de 'Hamlet', de Shakespeare, y también se lee en voz alta el fragmento de un texto de Tolstói.

Imágenes

Ver en esta guía la sección "Imágenes".

Paradoja

Al inicio del segundo acto, varios personajes se quejan de su soledad, cuando, paradójicamente, están rodeados de personas.

Paralelismo

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Personificación

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Uso de Dispositivos Dramáticos

En la obra, Chéjov trabaja con un técnica a la que llamó "de acción indirecta", por la cual acontecimientos importantes para la trama no tienen lugar en la acción que sucede en escena, sino que aparecen relatados por personajes en sus diálogos. Nos enteramos así, por ejemplo, de la muerte del joven hijo de Liubov años atrás. Por otro lado, la "acción indirecta" se manifiesta también en la obra en aquellas escenas cuyo mayor peso dramático no reside en lo que los personajes expresan en sus parlamentos, sino justamente en aquello que callan y cuya intriga ha sido construida con anterioridad en la pieza. Este es el caso, por ejemplo, de la escena entre Lopajin y Varia en el último acto.