Dune

Dune Resumen y Análisis Libro Tercero: "El profeta", Capítulos 1-7

Resumen

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 1

Han pasado dos años desde el ataque a la Casa Atreides. El barón Harkonnen está furioso con el capitán de los guardias, Iakin Nefud, porque ha permitido que alguien atente contra su vida. Uno de los esclavos que pide siempre el barón para saciar sus deseos pedófilos fue utilizado como arma mortal contra él, porque tenía una aguja envenenada en el muslo. El barón demanda que limpien el cadáver del esclavo y llamen a Feyd-Rautha. Luego, da una serie de órdenes sumamente crueles que nadie desea cumplir.

No hay dudas acerca de quién está detrás de la conspiración en su contra: el responsable es su sobrino Feyd-Rautha, pero el barón todavía lo quiere como heredero. Convoca a su sobrino para hablar con transparencia sobre lo sucedido y le propone una tregua: no más intentos de asesinato, y él dará un paso atrás y dejará que su sobrino pase a gobernar mientras él se retira a un puesto de asesor.

El barón deja en claro que él todavía tiene el poder, y obliga a su sobrino a matar a todas las mujeres esclavas a las que Feyd-Rautha acude por placer. Tal orden cumple la función de mostrar quién está a cargo. Feyd acepta la tregua y la orden de su tío.

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 2

Thufir Hawat y el barón Harkonnen están reunidos. Se odian mutuamente, y no pueden esperar el momento en que ya no dependan el uno del otro. Hawat le dice al barón que sabe exactamente por qué el emperador decidió aliarse a los Harkonnen para destruir a los Atreides: el duque había conseguido formar soldados de élite, tan buenos o incluso mejores que los Sardaukar. Esto quería decir que el duque era una amenaza. Arrakis iba a ser un lugar ideal para reclutar nuevos soldados y formarlos así de bien. Al fin y al cabo, eso es lo que había hecho el mismo emperador al utilizar a los prisioneros de su planeta cárcel Salusa Secundus para reclutar a los futuros Sardaukar.

Por todos estos motivos, Hawat recomienda que dejen de ayudar a Rabban en Arrakis para poder reemplazarlo por Feyd-Rautha. Mientras más violento y autoritario sea Rabban, más fácil será convertir Arrakis en la Salusa Secundus de la Casa Harkonnen. Hawat explica que reclutar soldados en un pueblo oprimido es más fácil porque "Ven que no ser soldados del barón solo les deja alternativas mucho menos placenteras" (p.557).

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 3

Han pasado tres años desde que Paul se internó en el desierto tras el ataque de los Harkonnen. Por momentos, sus visiones se confunden con la realidad, y Paul no está seguro de cuándo está viviendo un recuerdo, cuándo una profecía y cuándo el presente.

Las mujeres Fremen se han mudado a un nuevo campamento al sur. Chani está allí con el hijo que tuvo con Paul, Leto II. Jessica también vive en ese campamento al sur con su hija Alia, a quienes las mujeres Fremen no aceptan, porque la consideran una bruja. Algo transformó a Alia cuando estaba en el vientre de su madre y ella tomó el Agua de la Vida, y ahora es una beba capaz de hablar como un adulto.

Tanto Jessica como Paul están preocupados por el fanatismo religioso que despierta Paul-Muad’Dib. Paul sabe que no hay nada que pueda hacer sin que se convierta en parte de la leyenda, y siente que si llega a morir ya no podrá evitar la yihad de sus visiones. Jessica, en cambio, cree que Paul alimenta la devoción de las personas a su alrededor.

El día en el que suceden las acciones de este capítulo es importante. Es la primera vez que Paul va a hacer algo que todos los Fremen pueden hacer a partir de los doce años: montar un gusano de arena. Paul tiene miedo de fracasar antes de resolver cómo evitar la yihad. Para agregar a sus miedos, el gusano al que convoca con el martilleador es el más grande que jamás vio en su vida.

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 4

En el nuevo campamento al sur, Jessica y las mujeres Fremen esperan a que los hombres vuelvan. Está angustiada porque sabe que Paul está por pasar la prueba del gusano de arena. Harah, la mujer de Jamis que ha servido a Paul y a su familia, está preocupada por Alia y lo que las otras mujeres piensan de ella. Alia siente que es un monstruo por hablar y saber tantas cosas siendo apenas una beba.

Thartar, una mujer Fremen, trae la noticia de que algunos de los jóvenes Fremen quieren que Paul desafíe a Stilgar a un combate para tomar su lugar como líder. A Harah y a Jessica les parece que Paul no debe dejarse presionar. Harah y Jessica hablan sobre Chani. Jessica le tiene cariño, pero cree que no es la mujer adecuada para Paul. Sabe, sin embargo, que hará cualquier cosa por Paul, porque desea lo mejor para él.

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 5

Paul consigue montar el gusano de arena. Otros Fremen también se suben al mismo gusano; nadie recuerda uno así de grande. Paul se siente aliviado, pero Stilgar le marca todos los errores que cometió mientras montaba el gusano. El plan de Paul es ir al sur para encontrarse con su familia, pero Stilgar sabe que los jóvenes en el sur quieren que Paul tome el poder de Stilgar. Paul cree que hay una alternativa distinta al combate. Por otra parte, mucho de los Fremen quieren ir hacia el norte para enfrentar a los Harkonnen y empezar a sacarles recursos. Un tóptero sobrevuela y los Fremen se dejan caer del gusano y se esconden en la arena. El tóptero no pertenece a los Harkonnen, sino a los contrabandistas. Los Fremen deciden que van a capturar la nave antes de que llegue al sur y descubran los secretos de la comunidad Fremen.

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 6

Entre los contrabandistas está Gurney Halleck, antiguo maestro de combate de Paul. Paul le dice a Halleck que guarde sus armas y lo sorprende revelando su identidad. Halleck ordena a sus hombres dejar de pelear, pero ya es tarde para algunos, que han muerto a manos de los Fremen. Paul le propone a Halleck ser parte de su ejército, a lo que él responde que nunca dejó de servir a los Atreides.

Está por levantarse una tormenta y todos se esconden en una cueva cercana. Algunos de los contrabandistas que viajaban con Halleck eran en realidad Sardaukar e intentan atacar a los Fremen, pero estos los vencen sin ningún problema. Paul elige a uno de los Sardaukar que han tomado prisioneros y revela que él, Paul Atreides, es el Muad’Dib del que todos hablan. De este modo, Paul espera que la noticia llegue a los Harkonnen y al emperador. Halleck le cuenta que los Harkonnen están encerrados en sus propias ciudades, y que no serán un blanco difícil para los Fremen. Stilgar acompaña a Chani, quien fue para acompañar a Paul en su primera experiencia montando un gusano de arena, lejos de la batalla. Cuando se vuelven a encontrar, Paul le asegura a Stilgar que no planea combatir contra él, y le pregunta: “¿De verdad crees que deseo deshacerme de mi mano derecha?” (p.622).

Halleck todavía cree que Jessica es la traidora que ayudó a los Harkonnen y quiere tomar venganza. Por su parte, Paul sabe que esta batalla contra Sardaukar va a hacer crecer su leyenda, y que van a sacar de proporción sus hazañas.

Libro Tercero: "El profeta" - Capítulo 7

La acción sucede en la Caverna de los Pájaros, el lugar que Paul ha elegido como centro de operaciones. Una muchedumbre se reúne para escuchar a Paul. Jessica está ahí también; viajó desde el sur sin utilizar los tópteros capturados, porque Paul está reservando todo para la batalla contra los Harkonnen. Los jóvenes Fremen siguen deseando que Paul entre en un combate con Stilgar para pasar a ser líder.

Paul decide dirigirse a la muchedumbre. Primero, habla de sí mismo como el Lisan al-Gaib, el mesías. A Jessica le parece muy osado. Los jóvenes Fremen insisten en seguir la costumbre del combate para reemplazar liderazgo, pero Paul replica que las costumbres pueden cambiar. Luego, revela un mensaje que ha sido interceptado de un mensajero Harkonnen, que informa que el barón ha abandonado a su sobrino Rabban y no piensa enviar más recursos para ayudarlo a gobernar. Esta es una oportunidad única para atacar y vencer. Paul propone cambiar las costumbres para, en lugar de combatir entre aliados, unir fuerzas en contra del enemigo. A continuación, saca el anillo ducal que pertenecía a su padre, se lo pone y declara que él es el duque, y Arrakis es su feudo. Él tiene el derecho de elegir a los hombres que ocuparán puestos importantes en su gobierno; Stilgar es uno de los hombres elegidos. Hace arrodillar a Stilgar y realiza un ritual de investidura. Para finalizar, llama a los Fremen a luchar juntos contra los Harkonnen; todos lo apoyan.

Más tarde, en las habitaciones, Jessica piensa en todo lo que ha ocurrido. Alguien entra en la habitación y la sujeta con fuerza. Es Halleck, que ha venido a vengarse. Entra Paul e interviene. Consigue convencer a Gurney de que Jessica es inocente. A Halleck le cuesta creerle, pero Paul insiste en cuánto lloró Jessica el día de la muerte del duque. Halleck se siente avergonzado y le pide a Paul que lo mate, pero, por el contrario, este le pide que toque una canción acompañada del baliset.

Después de haber pasado por un momento tan tenso y peligroso, Paul decide que es hora de ponerse a prueba y saber, de una vez por todas, si él es el Kwisatz Haderach. Para eso, deberá pasar la prueba de las Reverendas Madres, que incluye beber el Agua de la Vida.

Análisis

Mientras que el Libro Primero empieza en Caladan con los Atreides y termina con la caída del duque, el Libro Tercero empieza en Giedi Prime, planeta de los Harkonnen, y termina con la muerte del barón. La novela ha construido de a poco este cambio de suerte que experimentan ambas casas nobles.

En cuanto al linaje y a la herencia, el barón no ha logrado establecer una continuidad adecuada para su casa. De hecho, las Bene Gesserit han tenido que intervenir para que su línea sanguínea no se pierda. La culpa la tiene el barón, cuyos deseos sexuales no lo llevan a dejar descendencia. Sus dos sobrinos fracasan: uno, como resultado de su crueldad e ineptitud para gobernar; el otro, por sus intentos de usurpar el lugar del tío antes de hora. Lo primero era de esperarse; en realidad, el barón deseaba que la incompetencia de Rabban preparara el camino para la llegada de Feyd. Las trampas y conspiraciones de Feyd, no obstante, destruyen las posibilidades de una transición exitosa para la Casa Harkonnen. Mientras los Atreides tienen que lidiar con enemigos externos, el barón debe lidiar con enemigos dentro de su propia casa.

Los apetitos desordenados y excesivos de la Casa Harkonnen cada vez contrastan más vivamente con los valores de la Casa Atreides. En su planeta, el barón se pone a sí mismo en una situación vulnerable al solicitar chicos como esclavos sexuales. Feyd también utiliza a las mujeres como un objeto para consumir. El derroche es lo que conduce a los Harkonnen.

Otro de los modos en los que vemos la moral corrupta de los Harkonnen es en su desdén por la población nativa de Arrakis. Al igual que la especia, para ellos los Fremen no son otra cosa que un recurso por explotar. Hawat le hace caer en cuenta al barón de que Arrakis es una fuente privilegiada para soldados de élite. Un ambiente tan desfavorable como el desierto de Dune necesariamente cría hombres rudos. El pensamiento imperialista que manifiesta Hawat sostiene que el modo de captar soldados es mediante la opresión que limita sus opciones y los hace vulnerables a creer que son un pueblo perseguido, pero destinado a algo grande. Así plantea Hawat el último paso de su plan imperialista: “Luego los impregnaría de un misticismo según el cual su planeta no es más que el campo de entrenamiento secreto destinado a producir seres superiores en que se han convertido. Y luego les mostraría todo lo que un ser superior tiene derecho a poseer” (p.558).

En un sentido, Paul coincide con Hawat: los Fremen son tan buenos en el combate como los Sardaukar. La diferencia es que él elige aliarse y aprender de ellos en lugar de someterlos. No obstante, la leyenda de Paul, aunque sin que él lo busque, somete a los Fremen que están ansiosos porque el mesías reemplace a Stilgar.

De hecho, Paul debe lidiar con el preocupante ritmo con el que crece la leyenda de Paul-Muad’Dib y las visiones persistentes de una yihad con las banderas de los Atreides. A esa preocupación se suma el deber de enfrentar un rito de pasaje que la mayoría de los Fremen supera a los doce años: montar un gusano de arena. A pesar de que ya es un líder bien establecido, y los jóvenes Fremen desean que reemplace a Stilgar, Paul todavía necesita una figura paterna o un maestro que lo guíe, y Stilgar ocupa ese lugar ahora.

Más que el enfrentamiento con el emperador y el barón, montar el gusano de arena constituye la prueba final que marca la consolidación de su nuevo estatus dentro de la tribu. Es precisamente por eso que, luego de superar la prueba, Paul se siente con suficiente confianza como para proponer cambios en la cultura que lo ha acogido. Luego de montar el gusano más grande registrado en la historia, a Paul ya no le queda nada por probar ante la comunidad Fremen. Eso, de alguna manera, lo impulsa a tomar decisiones cada vez más arriesgadas, cambiando algunas de las costumbres locales. Recurre a su linaje noble y utiliza el anillo ducal para afirmar su poder y justificar su decisión de no combatir contra Stilgar.

En la escena en la que Paul se dirige al pueblo en la caverna, propone una especie de sincretismo entre las costumbres Fremen y las innovaciones que él trae. Por ejemplo, realiza un ritual de investidura, propio del sistema feudal, ante un pueblo que demandaba un duelo a muerte. Para poder introducir los cambios que quiere, Paul toma una decisión arriesgada: se refiere por primera vez a sí mismo con el nombre del mesías de la leyenda Fremen: Lisan al-Gaib. El despliegue de poder en la caverna alimenta el fanatismo del pueblo. Paul ya no es tanto un superhéroe, sino un líder peligroso porque puede conducir a los pueblos a la yihad de sus visiones como consecuencia de los sentimientos que despierta en sus seguidores.

El Capítulo 4 se centra en una escena enteramente femenina, y los espacios entre géneros aparecen más separados que nunca. El sietch se ha mudado al sur para evitar que el imperio descubra sus proyectos de cultivo en Arrakis. Chani cuida de su hijo Leto II y Jessica, de Alia. Harah, la mujer de Jamis, acompaña a Jessica y se preocupa por las acusaciones contra Alia. La comunidad desconfía de una niña tan poderosa, e interpretan sus habilidades como algo negativo o maldito, acusándola de bruja. Acá, Herbert también se inspira en parte de la historia de las religiones, particularmente la cristiana, en la que fue común la persecución de las mujeres bajo la sospecha de que practicaban artes oscuras.