Dune

Dune Citas y Análisis

“A la gente cuyo trabajo va más allá del campo de las ideas y penetra en la “realidad material”. A los ecólogos de las tierras áridas, dondequiera que estén, en cualquier época en la que trabajen, dedico esta tentativa de extrapolación con humildad y adoración”.

Dedicatoria, p.7

Herbert escribió la novela inspirado por un proyecto ecológico que buscaba transformar el suelo de un sistema de médanos en Oregón. Dedica su novela a las personas dedicadas a la ciencia y a transformar la naturaleza en beneficio de los seres humanos. En su dedicatoria expresa admiración por su trabajo, que luego se refleja en el modo en que construye a Kynes, el planetólogo de Arrakis. Herbert tenía esperanza de que las decisiones guiadas por la ciencia trajeran beneficios. Esta idea la expresa también dentro de la novela en boca de la Reverenda Madre Gaius Helen Mohaim, cuando ella advierte que "una cultura comercial feudal que da la espalda a la mayor parte de la ciencia" (p.41) trae más complicaciones a una sociedad de por sí compleja.

"No conoceréis el miedo. El miedo mata la mente. El miedo es la pequeña muerte que conduce a la destrucción total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase sobre mí y a través de mí. Y cuando haya pasado, giraré mi ojo interior para escrutar su camino. Allá donde haya pasado el miedo ya no habrá nada. Solo estaré yo".

Paul Atreides, p.19

Esta es la Letanía contra el miedo del ritual Bene Gesserit que Paul recita más de una vez en la novela. Mediante este rezo, consigue un dominio sobre sí mismo que le permite actuar adecuadamente en momentos de peligro. Es una de las enseñanzas que recibe de su madre Jessica. Esta es la primera vez en la novela que recurre a la letanía y sucede en medio del ritual para determinar si Paul es el Kwisatz Haderach, es decir, el hombre perfecto. Antes de determinar si es esa persona que las Bene Gesserit esperan, la Reverenda Madre debe determinar si Paul es humano; si actúa de manera racional para soportar el dolor. La letanía está diseñada para ayudarlo a atravesar momentos como este, pero Paul es especial, porque consigue soportar más dolor que ninguna de las Bene Gesserit.

La novela se inspira principalmente en las tres grandes religiones de occidente: islam, cristianismo y judaismo. Sin embargo, en la novela también es posible encontrar algunos aspectos de religiones orientales, como el budismo. Este es uno de esos casos, porque recitar la letanía es una forma de meditación que se funda en que el sufrimiento es una realidad de la que se puede escapar mediante el control mental.

¿Has oído hablar de los animales que se devoran una pata para escapar de una trampa? -dijo la anciana-. Es la astucia a la que recurriría un animal. Un humano se quedaría atrapado, soportaría el dolor y fingiría estar muerto para coger por sorpresa al cazador, intentar matarlo y eliminar así un peligro para su especie.

Reverenda Madre Gaius Helen Mohaim, pp.20-21

Con esta analogía, la Reverenda Madre le explica a Paul la diferencia entre el modo en que un humano y un animal responden al dolor. Los seres humanos son capaces de soportarlo mediante el control de la mente para así poder actuar de manera heroica o altruista. El instinto de supervivencia conduce al animal que solo reacciona individualmente a la amenaza, mientras que el ser humano puede actuar en beneficio de su raza o comunidad.

Esta postura sobre los seres humanos sirve de base para el entrenamiento mental que practican las Bene Gesserit y que Jessica le transmite a su hijo.

Más adelante, el duque Leto soporta el dolor y la humillación frente al barón Harkonnen a la espera de poder accionar el gas venenoso y matar a ese "peligro para su especie", mostrando una actitud altruista.

—Es una ley ecológica que el joven amo parece haber comprendido muy bien —dijo Kynes—. La lucha entre los distintos elementos de la vida y la disputa por la energía libre de un sistema. La sangre es una fuente de energía muy eficiente.

El banquero soltó el tenedor y, cuando habló, lo hizo con tono irritado.

—Se dice que la escoria Fremen se bebe la sangre de sus muertos.

Kynes agitó la cabeza y dijo con tono aleccionador:

—No solo la sangre, señor, sino toda el agua de un hombre pertenece a su pueblo, a su tribu, en última instancia. Es una necesidad cuando se vive al borde de la Gran Llanura. Toda agua es muy valiosa en ese lugar...

Kynes y el banquero, p.212

Cuando Jessica organiza un banquete en Arrakeen, una serie de personajes con visiones y alianzas muy diversas se reúnen y surgen discusiones. Keynes menciona la ley ecológica que explica que los distintos elementos de un sistema se disputan la energía disponible en ese sistema. Eso que describe un ámbito natural puede ser cierto en algo artificial creado por una cultura; por ejemplo, el sistema político. La pugna entre el emperador y los Atreides tiene que ver con quién tiene el monopolio de la fuerza: ¿los Sardaukar o los guerreros Atreides? Entre los Harkonnen y los Atreides también hay una disputa por el planeta Arrakis y la especia. Incluso en el banquete, los distintos invitados se disputan el momento para figurar y mostrarse cercanos al poder.

Kynes, el planetólogo, representa la mirada del científico que intenta interpretar las pugnas de poder desde el lugar de la supervivencia. Asimismo, su curiosidad, quizá como resultado de su profesión, lo hace un personaje de mente abierta y dispuesto a comprender la realidad desde la perspectiva de una cultura diferente a la suya. Comprende la entreverada relación entre el espacio físico y la cultura, e incluso llega a integrarse al pueblo de los Fremen y a convertirse en un líder que quiere ayudarlos a modificar la naturaleza según sus necesidades.

Por contraste, el banquero tiene un fuerte sesgo contra los Fremen, a quienes considera "escoria" por una costumbre para él bárbara: beber la sangre de los muertos. Kynes, en cambio, comprende que las costumbres de los Fremen en torno al agua de los cuerpos muertos es lógica por la escasez de ese recurso y el sentido de comunidad de la tribu.

Paul se estremeció de miedo. De pronto se sintió solo y desnudo en esa confusa luminosidad amarillenta, rodeado por ese círculo de personas. La presciencia le había hecho contemplar una infinidad de posibilidades, había entrevisto las grandes corrientes del futuro y la ristra de decisiones que llevaba a ellas, pero lo que veía ahora era el presente real. Y la muerte se cernía sobre él en gran cantidad de posibilidades, provocada por los más mínimos contratiempos.

En ese momento se dio cuenta de que cualquier gesto podía cambiar el futuro. Un acceso de tos entre los espectadores, un instante de distracción. Un cambio de brillo de un globo, una sombra engañosa.

"Tengo miedo", se dijo Paul.

Narrador, p.451

Paul se prepara para el combate con Jamis. Al principio se siente expuesto, "desnudo", y tiene miedo. Antes de que Jamis lo desafíe, había experimentado una visión de sí mismo tendido en el suelo con un cuchillo en el pecho. No solo teme por su vida, sino que carga sobre sus hombros el peso del futuro, porque el pueblo Fremen cuenta con él como su salvador. Paul no tiene la capacidad de ver un solo escenario futuro, sino lo que llama una "ristra de decisiones"; cada movimiento, por trivial que sea, hace que la historia se vaya decantando por una de las "grandes corrientes del futuro".

En la cita vemos el contraste entre la frase enfática "ristra de decisiones" con algo circunstancial o casual como "una tos", "un brillo", "una sombra"; gestos mínimos, desprovistos de todo plan o intención, tienen la capacidad de modificar la historia.

Según las enseñanzas de las Bene Gesserit, Paul primero reconoce lo que siente; ese es el primer paso para poder dominar el miedo y evitar que influya en sus acciones. Luego de reconocer el miedo, el siguiente paso es recitar la letanía de las Bene Gesserit para superarlo.

"Yo los dividiría en pequeños grupos, no más grandes que un pelotón de combate —explicó Hawat—. Los libraría de su situación opresiva y luego los aislaría junto a un grupo de instructores que comprendieran su historial, preferiblemente gente como ellos que acabaran de salir del mismo tipo de opresión. Luego los impregnaría de un misticismo según el cual su planeta no es más que el campo de entrenamiento secreto destinado a producir los seres superiores en los que se han convertido. Y luego les mostraría todo lo que un ser superior tiene derecho a poseer: riquezas, mujeres hermosas, moradas opulentas... todo lo que deseen".

Hawat, p.558

Estas palabras forman parte de una conversación entre el barón Harkonnen y Hawat. A diferencia de la cita anterior, en esta vemos que Hawat comprende que los mitos forman parte de la política. Las creencias de las personas y los relatos que se construyen sobre los pueblos tienen capacidad transformativa. Hawat le hace caer en cuenta al barón que la riqueza de Arrakis no es únicamente la especia, sino los Fremen. Al igual que hace el emperador con Salusa Secundus, si juega sus cartas correctamente, el barón podría formar un ejército poderoso valiéndose de las habilidades de los Fremen y un relato mítico sobre ellos.

Si el barón plantea la llegada de Feyd-Rautha como una liberación de la opresión de Rabban, será mucho más fácil captar las voluntades de los Fremen. No basta, sin embargo, con liberarlos de la opresión, sino que deben acompañar eso con un "misticismo" que les haga pensar que son un pueblo elegido, una legión de hombres superiores, y que su servicio les traerá una serie de privilegios.

Indirectamente, Hawat está anticipando lo que será la yihad, donde el misticismo y la idea de estar luchando por alcanzar un destino divino será el motor de los soldados.

"«Controlad la moneda y las alianzas. Dejad que la chusma se quede con el resto». Es lo que os dice el emperador Padishah. Y añade: "Si queréis beneficios, tenéis que dominar". Sus palabras no están desprovistas de verdad, pero yo me pregunto: «¿Quién es la chusma y quién los dominados?»".

Epígrafe del Libro 3, Capítulo 4, p.579

Esta cita muestra la estructura feudal del imperio galáctico de Dune. El emperador Shaddam IV sostiene su poder sobre las casas nobles mediante alianzas. No obstante, las alianzas deben traer beneficios económicos, que es lo que, al fin y al cabo, mueve los hilos de poder en el imperio. El problema con esta perspectiva de Shaddam IV es que desconoce otros factores que entran en juego al momento de liderar. Por ejemplo, ignora la dimensión religiosa, que es lo que impulsa el poder de Paul Muad'Dib entre los Fremen. También desconoce las necesidades de sus súbditos y es fácilmente engañado. El emperador y el barón subestiman a los Fremen tanto en número como en capacidad, y, finalmente, eso los lleva al fracaso. Los Fremen utilizan la filosofía de Shaddam a su favor pagando coimas para poder avanzar en sus proyectos para fortalecer Arrakis poniendo en duda quién es verdaderamente el pueblo dominado.

"En los matrimonios de la nobleza siempre hay cuestiones distintas al amor".

Narrador, p.585

La vida de las personas y de una comunidad está atravesada por la naturaleza, la religión, los intereses ocultos, la política. En esta cita, el narrador focaliza desde la mirada de Jessica. Ella, mejor que nadie, comprende que los matrimonios son una alianza política y no una expresión de amor. El duque Leto ama a Jessica y ella no tiene dudas al respecto, pero para el poder de la Casa Atreides era conveniente que el duque mantuviera sus opciones abiertas. En un momento en el que una alianza fuera necesaria para fortalecer a su familia noble, Leto debía poder casarse con la hija de otra de las casas. Herbert muestra cómo hasta en las decisiones que parecen ser más íntimas y privadas, la política influye; especialmente, en una sociedad feudal y tribal.

"En ese momento, Paul vio en lo que Stilgar se había transformado: de un naib Fremen a una criatura del Lisan al-Gaib, un receptáculo de estupor y obediencia. Era un hombre venido a menos, y Paul vio en él el primer soplo del viento fantasmal de la yihad".

Narrador, p.690

Este no es un relato de formación como cualquier otro. Si bien Paul lidia con algunos aspectos comunes del paso de la adolescencia a la adultez, como la conciencia de la falibilidad de los padres, también debe lidiar con cuestiones que son únicas a su proceso como figura mesiánica. El paso del protagonista de joven noble a salvador del pueblo Fremen se da de manera lenta y progresiva, pero el cambio es definitivo y transforma todo su entorno. Stilgar siempre ha creído en Paul y es el primero en otorgarle un nombre como Usul para destacar su poder. De todas maneras, la relación que mantiene con Paul es la de mentor, o incluso la de figura paterna. En este momento, Paul ve que esa relación se ha transformado en algo totalmente distinto: ídolo y adorador. El narrador focaliza esta descripción de Stilgar desde la mirada de Paul. Las connotaciones negativas de su descripción en este punto de la novela reflejan los miedos que experimenta Paul con relación al fanatismo de sus seguidores que desembocará en una yihad.

Paul deshumaniza a Stilgar al llamarlo "criatura" y "receptáculo". En lugar de sentirse a gusto con la obediencia de Stilgar, ve en sus actitudes un "soplo del viento fantasmal de la yihad", es decir, ve señales alarmantes sobre lo que está por venir.

"Piensa en ello, Chani: esa princesa tendrá el nombre, pero será mucho menos que una concubina. Nunca recibirá un momento de ternura por parte del hombre al que estará unida. Mientras que a nosotros, Chani, nosotras que arrastramos el nombre de concubinas... la historia nos llamará esposas".

Jessica, p.716

Estas palabras de Jessica cierran la novela. Al final, Paul ha conseguido todo lo que se propuso y está a la cabeza de Arrakis. Para poder heredar el trono del emperador, elige casarse con Irulan, pero le hace una promesa a Chani para demostrarle que ella es su verdadero amor. En cierto modo, Paul está repitiendo la historia de su padre, que jamás se casó con Jessica para mantener las relaciones entre las casas nobles intactas. Desde que Paul empieza a establecer una relación con Chani, Jessica piensa en hablar con su hijo para advertirle sobre una alianza tan poco aconsejable. Irónicamente, esa ha sido una de las cargas con las que ella ha debido lidiar en su vida, y sabe, además, que el duque Leto se arrepentía de no haber hecho a Jessica su esposa. Desde que Chani entra en escena, hay cierta tensión entre ella y Jessica. Con estas palabras, sin embargo, Jessica reconoce la experiencia que las une. De sus palabras podemos inferir que Jessica también ha hecho un camino que ahora le permite ver que, excepto por el título, ella cumplió cabalmente con la función de esposa para el duque Leto, y Chani hará lo mismo con Paul.