Dune

Dune El proyecto ecológico en los médanos de Oregon que inspiró 'Dune'

En 1957, Frank Herbert alquiló un pequeño aeroplano para sobrevolar los médanos de Florence.

En las costas de Oregón está ubicado el sistema de dunas o médanos más grande de toda la costa oeste de los Estados Unidos. Según los estudios realizados recientemente, los médanos son parte del paisaje hace 100,000 años. La arena se extiende 85 kilómetros y cubre un área de 16000 hectáreas. Desde los años setenta, doce mil hectáreas pasaron a estar bajo la administración del Servicio Forestal de los Estados Unidos como parque recreativo con la intención de preservar el ecosistema. Parte del paisaje de los médanos de Oregón incluye islas de árboles en las que viven pequeños roedores, puercoespines, osos pardos, visones, alces, zorros y otras especies.

A partir de los años treinta, y de modo más sistemático en los años cincuenta, las autoridades decidieron plantar ammophila arenaria, una planta herbácea también conocida como carrizo. El propósito detrás de esta decisión fue propiciar suelos más firmes. Para evitar la destrucción de sistemas de drenaje, ferrocarriles, rutas y canales, se tomó la decisión de cultivar el carrizo para hacer de los médanos un lugar más amigable para sus habitantes.

El proyecto ecológico en torno a las dunas llegó a oídos de Herbert, quien trabajaba como periodista. Le fascinaba la idea de que un proyecto federal buscara domar la naturaleza. Lo que Herbert vio desde el aeroplano que alquiló quedó grabado en su memoria, aun cuando nunca terminó de escribir el informe periodístico. Diez años pasaron antes de que esa experiencia se viera plasmada en las páginas de la novela Dune.

Publicada en 1965, Dune muestra la vida en el planeta Arrakis, un lugar desértico donde las dunas y solo unas pocas formaciones rocosas dominan el paisaje. No obstante, la inspiración que Herbert tomó de su experiencia diez años antes no se limita al espacio físico: la novela explora los modos en que los humanos buscan transformar la naturaleza para adaptarla a sus necesidades.

Actualmente, el área que inspiró la novela, considerada por muchos como la mejor novela de ciencia-ficción, se encuentra en peligro. La introducción del carrizo en los suelos de las dunas resultó más problemática de lo que imaginaron las autoridades en 1950. El suelo, en combinación con las raíces del carrizo, se endureció a tal punto que creó barreras naturales que, lejos de transformarse con el viento como las dunas, bloquearon algunas de las especies nativas, que ahora se encuentran en peligro.

La solución hoy parece ser reducir las áreas con carrizo para devolverles a las dunas su maleabilidad y la capacidad para drenar. De este modo, se puede restaurar el hábitat natural de las especies que han visto una disminución en su población gracias al avance de la gramínea.

¿Habría pasado algo parecido en Arrakis si los esfuerzos de los Fremen conseguían introducir nuevos cultivos? ¿Qué habría sido de los gusanos de arena en suelos endurecidos por las raíces de las plantas?

La dedicatoria de la novela dice: “A la gente cuyo trabajo va más allá del campo de las ideas y penetra en la “realidad material”. A los ecólogos de las tierras áridas, dondequiera que estén, en cualquier época en la que trabajen, dedico esta tentativa de extrapolación con humildad y adoración”. Herbert dedicó su obra tanto a los ecólogos que intentaron transformar las dunas para mejorar la calidad de vida de las personas como a los ecólogos que hoy trabajan para contrarrestar los efectos de esos esfuerzos para devolver el equilibrio a la naturaleza particular del sistema de dunas.