Dune

Dune Resumen y Análisis Libro Primero: "Dune", Capítulos 16-22

Resumen

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 16

En el palacio en Arrakeen, capital de Arrakis, hay preparativos para un banquete. Leto supervisa los arreglos y ve dos lavabos de piedra en la entrada. Allí los invitados deben lavarse las manos, desperdiciando agua que cae a los costados y empapa unas toallas que son entregadas a los mendigos para que se peleen por exprimirlas. La costumbre es indigna y Leto no quiere mantenerla: “Típico de un feudo Harkonnen… Ponen en práctica todas las bajezas de espíritu que uno es capaz de concebir” (p.198). En lugar de esa costumbre, Leto ordena que a todos los que acudan a pedir agua durante el banquete se les dé una taza llena.

En las salas del palacio Jessica entretiene a los invitados: fabricantes de destiltrajes, importadores de aparatos electrónicos, transportistas de agua, un representante del Banco de la Cofradía, entre otros. También hay mujeres que pertenecen a un servicio de acompañantes de un contrabandista llamado Esmar Tuek.

La reunión resulta sumamente incómoda, con conversaciones que esconden ofensas y múltiples mensajes. Jessica intenta manejar la situación con mucha habilidad, y Kynes la admira; empieza a creer que es efectivamente la madre del Kwisatz Haderach, es decir, de alguien con poderes excepcionales.

Jessica percibe que el banquero de la Cofradía trabaja para los intereses de los Harkonnen. Paul intuye lo mismo, y cuando el banquero menciona que los pájaros de Arrakis son carroñeros y bebedores de sangre, Paul le pregunta si no son caníbales también. Su comentario está dirigido al banquero y su propio carácter traicionero.

La charla del banquero tampoco es inocente, porque apunta a criticar las costumbres de los Fremen, de quienes se dice que beben la sangre de sus compañeros. Kynes reacciona mal ante las críticas a los Fremen, y los justifica diciendo que únicamente recuperan el agua del cuerpo de los caídos porque es un bien escaso y valioso que pertenece a la comunidad.

El duque debe ausentarse del banquete por una emergencia de seguridad, y Paul toma las riendas de la reunión y se comporta excepcionalmente. La hija del fabricante de destiltrajes parece querer seducirlo, mientras Jessica observa todo y espera que su hijo sea prudente y no se deje manipular.

El duque envía un mensaje secreto en el que alerta sobre armas láser que los Harkonnen han introducido en la ciudad, y que, si entraran en contacto con los escudos de los Atreides (escudos que forman una especie de campo magnético), podrían causar una explosión de la magnitud de una bomba nuclear. Esto apunta nuevamente a un traidor, porque Leto supone que los Harkonnen van a atacar en algún momento en el que los escudos sean desactivados desde el interior.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 17

Jessica se despierta por un tumulto fuera de su habitación. Resulta ser Duncan Idaho, que está borracho con cerveza de especia. En su borrachera, acusa a Jessica de ser una traidora. Inmediatamente Jessica se da cuenta de que eso no puede haber salido de la imaginación de Idaho, sino que Hawat debe ser el origen de tales rumores.

Convoca a Hawat para enfrentarlo, y su intercambio es tenso. Jessica se atreve a usar la Voz para hacer que obedezca (la Voz es una de las habilidades de las Bene Gesserit; nadie puede resistirse a lo que ordenan). A Hawat le desconcierta que su cuerpo obedezca a las palabras de Jessica de inmediato. Ella insiste en que el objetivo de las Bene Gesserit es el servicio, y que esconden sus habilidades para no generar miedo y rechazo. Hawat no cambia su opinión sobre ella, y tiene listo un proyector de dardos envenenados porque le tiene miedo. Al final, ella le ordena no revelar esta conversación en la que ella expuso sus poderes a nadie.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 18

Dos días después del banquete, el duque recibe una nota misteriosa que dice: “Una columna de humo de día, un pilar de fuego de noche” (p.241). Se arrepiente de haber hecho pensar a Hawat que desconfiaba de Jessica, y de haber actuado con frialdad hacia ella. Decide ir a verla, pero en el camino encuentra el cuerpo de Tuek; no ha pasado mucho desde su asesinato, porque la herida sigue caliente. Escucha un gemido y busca el origen del sonido sin alejar su mano del cuchillo kindjal. Encuentra a Shadout Mapes agonizante. Leto siente un dolor y se da cuenta de que tiene una aguja con veneno paralizante en el brazo. Ve al doctor Yueh y comprende que él es el traidor. El doctor le explica sus motivos y le dice que le va a poner un diente con una cápsula de gas venenoso en la boca para que lo accione cuando esté cerca del barón Harkonnen y así termine con él. El duque pierde el conocimiento.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 19

Jessica recupera el conocimiento y se da cuenta de que está atada y amordazada. Delante de ella se encuentra el barón Harkonnen. Concluye que el traidor tiene que haber sido el doctor Yueh, porque solo él sabe el peso y altura precisos para envenenarla con tanta precisión.

El barón le explica a Jessica que su mentat, Piter de Vries, la desea. Le hace elegir a Piter entre Jessica y la oportunidad de gobernar Arrakis, y Piter elige la segunda opción, porque, en realidad, desea el poder más que a la mujer.

Piter ordena a unos guardas, entre ellos un hombre sordo, inmune al uso de la Voz por parte de Jessica, que conduzca a Paul, quien también está en manos de los soldados del barón, y a ella al desierto, y los abandone allí. El plan ha sido una sugerencia del doctor Yueh.

Escoltan a Paul al hangar en el que se encuentra el tóptero que lo llevará, junto con Jessica, al desierto. Los dos guardas planean abusar de ella antes de abandonarlos. Paul utiliza la Voz para defender a su madre y ambos logran deshacerse de los guardas, matando a uno de ellos. En el tóptero encuentran un paquete de supervivencia Fremen preparado por el doctor Yueh.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 20

Antes de que los guardas conduzcan a Jessica y Paul al tóptero, el doctor Yueh espera al lado del duque, que permanece inconsciente. Un guarda Sardaukar los encuentra y lleva al duque ante el barón. Yueh aprovecha para dejar el paquete de supervivencia en el tóptero. Dentro del paquete hay destiltrajes y otros implementos Fremen para sobrevivir en el desierto, así como el anillo ducal que Yueh le había sacado al duque la noche en que lo atacó. Ve que las palmeras datileras fuera del palacio han sido quemadas.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 21

El barón Harkonnen ve cómo los cañones destruyen las cavernas donde los hombres del duque intentaban resistir al ataque. Se lamenta tener que matar a soldados tan valientes y admirables como son los hombres del duque.

El doctor Yueh y el barón se reúnen y, de inmediato, Yueh sabe que su esposa Wanna está muerta a pesar de las palabras del barón, que le promete librarla de su agonía y hacer que los esposos se vuelvan a encontrar. Piter, el mentat del barón, mata a Yueh.

El humor del barón empeora cuando se entera de que Paul y Jessica han desaparecido en el desierto y los guardas están muertos. Los planes no están saliendo como el barón esperaba y no han encontrado todavía a Kynes, quien se supone que sirve al emperador y, por extensión, a los Harkonnen.

Mientras, el duque recupera la conciencia de a poco y se acuerda del diente con gas venenoso. Ante las amenazas del barón y de su mentat, el duque cierra su mandíbula con fuerza, pero el gas solo consigue matar a Piter, y el barón sobrevive.

Uno de los enviados Sardaukar ve la escena, y el barón se lamenta de que el emperador piense que todo ha salido mal. Le consuela la idea de que el emperador no sabe que antes de este ataque, los Atreides consiguieron destruir las reservas de especia de los Harkonnen en su planeta, Giedi Prime. Para pasar las penas, el barón Harkonnen pide que le traigan un joven esclavo que se parece a Paul.

Libro Primero: "Dune" - Capítulo 22

Duncan Idaho deja a Jessica y Paul en una tienda Fremen que preserva la humedad. Paul siente que algo cambió en él esa noche: “Algo había afectado su percepción esa noche; veía con absoluta claridad todas las circunstancias y los acontecimientos que ocurrían a su alrededor. Se sintió incapaz de detener el flujo de datos ni la fría precisión con la que cada nuevo elemento encajaba en sus conocimientos” (p.284).

Incluso Jessica se da cuenta de que Paul ha superado su capacidad de percibir las circunstancias. Paul siente cierta culpa porque, en lugar de experimentar tristeza por la muerte de su padre, considera que lo que sucedió con el duque es otro dato a tomar en cuenta para lo que vendrá después. Paul le revela una serie de cuestiones a Jessica: nunca podrán dejar el planeta Arrakis, los Fremen los van a recibir y él se convertirá en una figura mesiánica gracias al trabajo de las Missionaria Protectiva, una facción de Bene Gesserit, responsable de plantar la semilla de la superstición. Ambos hablan sobre la sabiduría de los Fremen: conocen cómo sobrevivir en Dune y, además, saben dónde hay agua en el planeta. En sus visiones, Paul se da cuenta de que los Fremen, para poder esconder lo que saben sobre el agua, pagan una coima a la Cofradía Espacial a cambio de no ser vigilados. La última revelación que Paul comparte con su madre es el verdadero origen de Jessica: es hija del barón Harkonnen. Paul también sabe que Jessica está embarazada de una niña, hija del duque. Finalmente, él tiene una visión sobre una futura guerra santa, la yihad.

Análisis

Ni bien llegan a Arrakis, los Atreides se distinguen de los Harkonnen en su estilo de liderazgo. El duque Leto desea instalar un gobierno digno que no caiga en las bajezas que caracterizan a los Harkonnen. Aun así, tiene la sabiduría para darse cuenta de que cambiar las tradiciones de una comunidad no es tan fácil. Después de dar la orden de que retiren los lavabos y sirvan un vaso de agua a todos los mendigos, Leto cae en la cuenta de que es probable que la sirvienta antes vendiera el sobrante de agua, y que su nueva regla venga a interferir con los intereses de alguien más. Es decir, tiene la capacidad de reconocer que su visión no es única, y que cada decisión afecta una parte del sistema. La perspectiva de Leto es afín a la de los ecólogos. Más adelante, Kynes va a definir la ecología del siguiente modo: “El principal cometido de la ecología es llegar a comprender las consecuencias” (p.407). Al principio, Leto piensa que su decisión de prohibir el ritual de los lavabos es bueno o moral en sí misma, pero luego empieza a pensar en las consecuencias imprevistas.

Si bien la novela ha recibido críticas por parte de lectores contemporáneos por su mirada imperialista, este es un claro ejemplo de que la novela sí cuestiona el imperialismo. Ya sea bajo el poder de los Harkonnen o de los Atreides, Arrakis es una colonia utilizada por casas nobles poderosas para explotar sus recursos. Los Harkonnen encaran la colonización de tal modo que no buscan integrar la cultura local; ni siquiera conocerla y comprenderla. La mirada colonizadora de los Harkonnen es tiránica y no considera siquiera el valor que pueden tener los colonizados. Por el contrario, Leto desea conducir su gobierno de un modo distinto, aunque no deja de ser un colonizador. Al menos Leto es capaz de apreciar el capital humano de Arrakis, y no solo el valor de la especia.

El banquete revela diferentes intereses y perspectivas que conviven en Arrakis. El enfrentamiento más tenso se da entre Paul y el banquero, que trabaja secretamente para los Harkonnen. Quizá más significativa, no obstante, sea la conversación entre Kynes y el banquero sobre los Fremen. El banquero revela todos sus prejuicios sobre el pueblo Fremen cuando se refiere a ellos como “escoria” (p.212); los considera menos civilizados, y reduce sus costumbres a “beber la sangre de sus muertos” (p.212), mostrando así que considera a los colonizados una raza inferior. Desde una mirada más abierta, y con el rigor de un ecólogo capaz de apreciar la cultura en relación con la naturaleza, Kynes intenta explicarle al banquero que los Fremen, lejos de ser salvajes, recuperan el agua del cuerpo de los caídos. En un planeta donde el agua escasea y la supervivencia depende de un fuerte sentimiento de comunidad, esa costumbre es lógica, racional e incluso sabia.

Kynes es un buen modelo a seguir para Paul, porque muestra la importancia de comprender la realidad de otro. Como líder, la capacidad de adaptación de Paul a la vida del desierto es lo que le dará prestigio y alianzas dentro del pueblo Fremen.

En el Capítulo 17 se desarrolla la tensa relación entre Jessica y Hawat. La Reverenda Madre Gaius Helen Mohaim en la primera parte de la novela dice lo siguiente: “Hubo un tiempo en que los hombres solo prestaban atención a las máquinas, con la esperanza de que ellas les hicieran libres… La Gran Revolución nos ha librado de nuestras muletas… Ha obligado a las mentes humanas a desarrollarse” (p.23). Jessica y Hawat son un claro ejemplo de lo que la mente humana entrenada es capaz de hacer. Los mentat son casi exclusivamente hombres y las Bene Gesserit son siempre mujeres: hay mutuo desdén y desconfianza entre ellos. Los mentat desconfían de las Bene Gesserit y consideran que su arte es parecido a la brujería. Por su parte, la visión de los mentat es enteramente racional, e ignora una dimensión intuitiva que las mujeres sí cultivan.

En este sentido, Paul Atreides, si efectivamente es el Kwisatz Haderach, supone una fusión entre estas visiones enfrentadas. La Reverenda Madre declara esto cuando dice: “vendrá un hombre que, con el don de la droga, encontrará su ojo interior. Podrá ver donde ninguna de nosotras podemos… en ambos pasados, el masculino y el femenino” (p.25).

El Libro Primero cierra con el ataque a los Atreides y la huida de Jessica y Paul al desierto. En los últimos capítulos vemos que Paul ha progresado inmensamente en su proceso de maduración y en el desarrollo de sus habilidades. Incluso Jessica reconoce que Paul la ha superado en sus capacidades. Ese progreso en el joven coincide con la muerte de su padre, a quien deberá reemplazar.

En el capítulo en el que Paul debe salvar a su madre de los guardas y lo hace mediante la Voz, vemos nuevamente una prueba que el héroe debe superar como parte de su camino. Asimismo, nos encontramos muy cerca del umbral que deberá cruzar Paul al internarse en el desierto.

Antes de que ese cruce suceda, Paul tiene una experiencia sobrenatural que se da gracias a la combinación entre sus propias habilidades extraordinarias y las propiedades de la especia que funciona como una droga. En las visiones que experimenta, descubre otra dimensión de su propia identidad que hasta el momento permanecía oculta: su herencia Harkonnen. En el camino del héroe es común que el protagonista descubra algo sobre sí mismo en relación con su linaje.

En las características personales de Paul no es posible encontrar ningún parecido con esa parte de su herencia familiar. Mientras que los Harkonnen representan la dependencia y la falta de control de sus impulsos y sus deseos, los Atreides muestran un singular control sobre sí mismos. El barón Harkonnen, cuyo cuerpo ya hemos mencionado como reflejo de su apetito incontrolable, aparece en estos capítulos caracterizado por su impaciencia y lo fácil que se deja llevar por sus deseos. Herbert remarca el desorden de los deseos del barón con un detalle impactante: su apetito pedófilo. No obstante, a pesar de no ser capaz de reconocer la vulnerabilidad en su propia falta de autocontrol, el barón utiliza hábilmente la dependencia para esclavizar y mantener bajo su servicio a otros. Por ejemplo, sus funcionarios generan dependencia a sustancias como la especia y otras drogas. El barón se vale de la debilidad del doctor Yueh y su dependencia emocional para empujarlo a ser un traidor con el secuestro de su mujer. Incluso Hawat terminará sirviendo a la Casa Harkonnen cuando el barón logre que aquel dependa de un antídoto para sobrevivir.

Por el contrario, el duque Leto demuestra gran fuerza de voluntad cuando espera al momento adecuado para liberar el gas que el doctor Yueh plantó en uno de sus dientes. Esa escena nos remite a lo que la Reverenda Madre había dicho en el primer capítulo de la novela: mientras que un animal se arrancaría una pata para escapar del peligro, el ser humano es capaz de controlar su mente y sus impulsos "para coger por sorpresa al cazador, intentar matarlo y eliminar así un peligro para su especie" (p.20).