Desayuno en Tiffany's

Desayuno en Tiffany's Metáforas y Símiles

“[Holly] no es falsificada, porque es una falsificación verdadera”. (p. 41) (Metáfora)

En esta cita, O. J. Berman utiliza una metáfora para definir a Holly como una falsificación verdadera. Si bien puede sonar contradictorio, el agente subraya que todo lo que rodea a la muchacha es artificial, pero que es auténtica en su farsa, ya que cree genuinamente en estos discursos. Así, esta metáfora es la primera que le sugiere al lector la existencia de otra Holly, detrás de la falsificación que todos vemos.

“Las horas negras son terribles. Uno está asustado y suda como un demonio, pero no sabe de qué tiene miedo”. (p. 52) (Metáfora y símil)

Holly utiliza la metáfora de “las horas negras” para mencionar el estado de angustia que la invade e inmoviliza de manera recurrente. La necesidad de utilizar metáforas para referirse a estos momentos de depresión subrayan la incapacidad de la muchacha de nombrar directamente sus sentimientos y, así, su impedimento a la hora de mostrarse frágil y vulnerable frente a los demás.

En esta cita, también aparece el símil "sudar como un demonio". Esta expresión da cuenta de los padecimientos que implican "las horas negras" para la muchacha, en tanto evocan el infierno. Asimismo, la angustia no se manifiesta únicamente a nivel mental, sino que también tiene efectos físicos en Holly.

“¿No ves que Rusty se siente más seguro en pañales que si tuviera que ponerse falda?” (p. 54) (Metáfora)

En este comentario, Holly utiliza una metáfora para aludir a la orientación sexual reprimida de su pretendiente Rusty Trawler. Frente a la conducta infantil del hombre, la protagonista le explica al narrador que esta actitud es más sencilla que asumir su verdadero deseo, “ponerse falda”. En este punto, la mención a prendas de indumentaria marcadamente femeninas sugieren que el hombre reprime su verdadero deseo homosexual.

“[El narrador] Desea terriblemente estar dentro y mirar afuera...” (p. 62) (Metáfora)

En esta sagaz observación sobre el narrador, Holly utiliza una metáfora para dar cuenta de la oscilante posición del muchacho sobre su forma de ver el mundo. El “estar adentro” de la metáfora refiere al mundo de la élite neoyorquina, distinguida y elegante; la protagonista percibe el deseo que el narrador tiene de pertenecer a este círculo y, desde ahí, observar la vida cotidiana de los demás. Así, la metáfora del “adentro” y del “afuera” exhibe la presencia de dos mundos aparentemente irreconciliables, sin puntos en común entre sí.

“Me parece que no llegué a hablarte de la gorda. Al fin y al cabo, ni yo misma la conocí hasta después de que muriese mi hermano”. (p. 121) (Metáfora)

“La gorda” es una imagen metafórica creada por Holly para referirse a la muerte. Así, aparece por primera vez luego de la muerte de Fred y reaparece luego de haber perdido su embarazo. Para una mujer interesada en su aspecto físico, especialmente en su delgadez, la descripción de la muerte como una “gorda” exhibe una mirada despectiva sobre el tema. Una vez más, la protagonista muestra su propia imposibilidad a la hora de nombrar explícitamente sus sufrimientos y padecimientos.