Cumbres borrascosas

Cumbres borrascosas Metáforas y Símiles

“No era el espino que se inclinaba hacia la madreselva, sino la madreselva que abrazaba el espino” (p.87) (Metáfora)

En esta metáfora, Catalina es comparada con el espino y los Lintons son representados como las madreselvas. Así, sabemos que la muchacha testaruda y de mal genio es similar a una planta con espinas, mientras que el carácter dulce y suave de los Linton es simbolizado con una madreselva, una planta trepadora. En este sentido, esta metáfora exhibe que los hermanos Linton hacen lo que sea necesario para calmar los enojos de Catalina en vez de que ella mejore su personalidad.

“Mi amor a Linton es como las hojas de los árboles (...) pero mi cariño a Heathcliff es como son las rocas de debajo de la tierra” (p.78) (Símiles)

Catalina compara lo que siente por Linton con una experiencia mutable, que cambia necesariamente con el paso del tiempo. Opone este amor a lo que la une con Heathcliff: un cariño imperecedero, que no caducará jamás. La elección de términos de la naturaleza para poner en palabras sus emociones destaca la conexión que tiene Catalina con el mundo de lo natural como forma de moldear su personalidad y su sensibilidad.

“No me volveré a preocupar de buscarte esposa (...), sería como ofrecer al diablo un alma condenada” (p.105) (Símil)

En esta cita, Catalina compara a Heathcliff con el diablo. Así, sugerirle una potencial pareja es equivalente a entregar un alma perdida a la destrucción. La elección de palabras vinculadas con lo demoníaco destaca el carácter maligno del personaje y la voluntad destructiva que lo caracteriza: no hay posibilidad alguna de redención en Heathcliff, ya que su maldad es sobrenatural e inhumana.

“Creyó que yo era un héroe de novela y esperaba toda clase de cosas de mi caballeresca pleitesía hacia sus encantos.” (p.138) (Metáfora)

En esta cita, Heathcliff muestra la confusión de Isabel al tomarlo como un príncipe que venía a ofrecerle una vida feliz. En este sentido, utiliza irónicamente una metáfora al referirse a sí mismo como “un héroe de novela”. A esta altura de la narración, los lectores sabemos que Heathcliff carece de toda actitud caballeresca o educada, capaz de seducir a una dama de la alta sociedad. Sin embargo, la necedad de Isabel le impidió ver las verdaderas intenciones de Heathcliff, a pesar de estar estas a la vista.

“Catalina, tu corderito me amenaza como un toro” (p.107) (Metáfora y símil)

En esta cita, Heathcliff utiliza una metáfora del mundo animal para referirse al dócil e inofensivo carácter de Eduardo Linton. Si bien estos rasgos no son necesariamente negativos, hay un significado despreciativo: Eduardo ni siquiera es un cordero adulto, sino que uno pequeño. Así, se ponen de manifiesto sus rasgos infantiles, carentes de virilidad. Además, utiliza un símil para compararlo con un toro: este comentario irónico y mordaz revela que, por ser un hombre apocado e inocuo, no puede llevar adelante amenazas como si fuera un hombre firme y recio.