Como agua para chocolate

Como agua para chocolate Resumen y Análisis Capítulo 4: Abril. Mole de guajolote con almendra y ajonjolí.

Resumen

La receta del mole de guajolote inicia el capítulo, ya que Tita prepara este plato para el bautismo de Roberto, el primogénito de Rosaura y Pedro. La preparación de esta deliciosa comida ocurre con Pedro en la casa, por lo que los encuentros entre él y Tita están cargados de erotismo y de deseo. Estas miradas que cruzan le hacen darse cuenta de que el muchacho realmente la ama, a pesar de estar casado con su hermana.

La protagonista recuerda hechos ocurridos en marzo de ese año. Tita había empacado una maleta de ropa para su hermana Gertrudis cuando Pedro interrumpe en la casa para pedirle que ayudara a Rosaura en el trabajo de parto, ya que no había nadie más en el rancho. Él va en búsqueda del Dr. Brown para que asista a Rosaura en el nacimiento de su hijo, con tanta mala suerte que es capturado por las fuerzas federales en el camino. A pesar de no saber nada sobre estas faenas, Tita se compromete a llevar adelante la tarea y le reza a Nacha para que la guíe durante este proceso.

Gracias a las instrucciones de Nacha, Roberto nace sano y feliz. Tita siente por el bebé un amor nuevo, que le hace olvidar el odio que le tiene a la vida por no poder estar con Pedro.

A la mañana siguiente, el Dr. Brown llega para cuidar a Rosaura, que sufrió complicaciones durante el parto. Queda admirado por la tarea de Tita y también por su belleza, y se compromete a visitar a su paciente hasta que mejore. Por su frágil estado de salud, Rosaura es incapaz de producir leche y alimentar a su hijo. La tarea recae en Tita, que al principio intenta darle tés al bebé, pero, finalmente, le ofrece el pecho del que, milagrosamente, sale leche. Pedro es testigo de este hecho sobrenatural y lo mantiene como un secreto entre ambos, a espaldas del resto de la familia. Así, el niño termina siendo un motivo de acercamiento entre ambos, ya que Tita lo cría como su propio hijo. Sin embargo, Mamá Elena intuye que hay algo entre su hija y Pedro y decide enviar a Rosaura, su esposo y al babé a San Antonio, Texas, con la excusa de una mejor atención médica para los males de Rosaura. Esta noticia devasta a Tita, que no puede aceptar la separación de su sobrino y del amor de su vida.

Análisis

En este capítulo, el nacimiento de Roberto obliga a Tita a ejercer el rol de proveedora de alimentos, ya que Rosaura, su madre biológica, carece de leche. En este sentido, Tita asume un rol de cuidado de su sobrino, tal como Nacha lo había hecho con ella de pequeña. De esta manera, se puede entender que, en la novela, la maternidad es una construcción ejercida por las mujeres que no tiene necesariamente relación con los lazos biológicos. En este sentido, Tita produce milagrosamente leche para amamantarlo, lo que refuerza el vínculo maternal con el bebé. Frente a este evento, los sentimientos amorosos de Pedro por Tita se refuerzan, en oposición a su vínculo con Rosaura. Esto crea una dicotomía entre su esposa, la fría madre incapaz de alimentar a su propio hijo y Tita, la mujer deseada capaz de amamantar a Roberto.

Una vez más, los sentimientos de Tita se exteriorizan en la comida y traen consecuencias impensadas por la protagonista. En este apartado, a través del plato de mole del bautismo de Roberto, los invitados reciben el amor de Tita por el niño y lo transforman en un estado de euforia y alegría bastante inusual.

En este sentido, no es casual que la interacción entre Tita y Pedro ocurra en la cocina, ya que las dotes gastronómicas de Tita encienden el deseo sexual. El placer culinario y el erótico están conectados sensorialmente a partir de los sonidos y olores de la cocina de Tita. Así, cuando Pedro se acerca a la cocina, también se acerca a su objeto de deseo: “En sólo unos instantes Pedro había transformado los senos de Tita, de castos a voluptuosos, sin necesidad de tocarlos” (p. 77). Esta mutación posiciona a la protagonista en un rol pasivo, que recibe la sexualización de su cuerpo sin llevarla a cabo de manera activa.

Esta idea de pasividad frente al deseo sexual contrasta con Gertrudis y sus formas de vivir la libido. En este sentido, la muchacha termina en un burdel para poder saciar sus instintos sexuales. De esta manera, la novela ofrece una tercera representación de la sexualidad femenina; Rosaura y su construcción como una mujer fría, distante e incapaz de emanar sexualidad, Tita, deseada pero incapaz de moverse activamente por su pasión y Gertrudis, que vive desenfrenadamente sin ataduras de ningún tipo.

En estos capítulos, el enfrentamiento de la Revolución Mexicana reaparece de manera más prominente. Por una parte, el bando federal, leal al Presidente, secuestra a Pedro y obliga a Tita a hacerse cargo del parto de su hermana. Así, el contexto histórico irrumpe brutalmente en los devenires de los personajes y trae consecuencias directas. Por otra parte, también se menciona la peligrosidad del momento histórico y los riesgos que corren especialmente las mujeres. Sin embargo, Mamá Elena se opone radicalmente a esta idea: “sola he podido con el rancho y con mis hijas. Los hombres no son tan importantes para vivir” (p. 92). En esta perspectiva, Mamá Elena no le otorga trascendencia al hombre como protector y representa a una mujer lo suficientemente dominante como para no temer a este turbulento clima político.