Los miserables

Los miserables Resumen y Análisis Cuarta parte: El idilio de la calle Plumet y la epopeya de la calle San Dionisio (Libros I a IV)

Resumen

Libro I: Algunas páginas de historia (Capítulo 1 “Bien cortado” a Capítulo 6 “Enjolras y sus tenientes”)

Este libro está dedicado a un interludio histórico y una reflexión sobre la situación política en Francia a principios del siglo XIX. En particular, describe la importancia de la Monarquía de Julio, que fue establecida por la Revolución de 1830.

La Revolución Francesa, que comenzó en 1789, abrió un vacío de poder que finalmente fue llenado por Napoleón, quien dio lugar al Imperio francés. Después de la caída de Napoleón en Waterloo, dos reyes de la casa de Borbón (una rama menor de la familia real francesa) tomaron el control de Francia y reinaron desde 1814 hasta 1830. Estos reyes, Luis XVIII y Carlos X, presidieron un inédito período de paz en Francia. Sin embargo, fueron muy lentos en otorgar las libertades sociales que fueron ganadas con tanto esfuerzo durante la Revolución Francesa, y la nación de Francia se rebeló y depuso al rey. Victor Hugo ve esto como una victoria del pueblo.

Sin embargo, esta segunda revolución fue frustrada por los monárquicos, una parte de la población que creía que la única posibilidad de paz residía en la restauración de la monarquía. Luis Felipe, de la casa de Orleans (otra rama menor de la familia real francesa) fue colocado en el trono. Se dice que Luis Felipe encarna el espíritu de la época: a pesar de su sangre real, simpatiza con las ideas liberales y la democracia. Se comporta con moderación y hace una serie de cosas para ganarse el cariño de la gente, como perdonar a los presos políticos. Sin embargo, Luis Felipe acaba siendo demasiado liberal para los conservadores (que quieren la restauración de los derechos que tenían antes de la Revolución Francesa) y desagradable para los republicanos (que aborrecen la idea de una monarquía).

En este contexto, una tercera posición está emergiendo lentamente. Los pensadores y demócratas socialistas, opuestos al concepto de monarquía, desigualdad y gobierno de las clases propietarias, están creciendo con fuerza. Hay muchos grupos de este tipo, que se distinguen por pequeñas diferencias en su ideología, pero que coinciden en la idea de defender el poder del pueblo. En la primavera de 1832, en el distrito de Saint Antoine (una zona habitada por la clase trabajadora de París) arden las ideas revolucionarias violentas: se ven niños jugando con casquillos de bala y se pueden escuchar fragmentos de conversaciones sobre levantamientos violentos.

La sociedad ABC, todavía dirigida por Enjolras, es una de las organizaciones protagonistas de este próximo levantamiento. Enjolras y sus compañeros hacen conexiones con otros grupos de revolucionarios, estudiantes y trabajadores. Incluso el escéptico y cínico Grantaire se muestra preso de emoción por lo inminente del levantamiento. Le dice a Enjolras que puede declamar tan bien como cualquier revolucionario, y convence a Enjolras de que lo envíe a organizar un grupo de trabajadores. Desafortunadamente, Enjolras luego ve a Grantaire jugando a los dados con estos trabajadores en lugar de inspirarlos a la revolución.

Libro II: Eponina (Capítulo 1 “El campo de la alondra” a Capítulo 4 “Aparición a Mario”)

Después del incidente con la familia Thenardier, Mario se muda del vecindario Gorbeau; ya no quiere vivir en un lugar tan miserable, pero tampoco quiere testificar contra Thenardier. No piensa mucho en el incidente, excepto en el hecho de lo desconcertante que ha sido el extraño comportamiento del padre de su amada, que no gritó pidiendo ayuda cuando lo atacaron.

Mario suspira por su amada perdida. No tiene energía para trabajar; solo escribe fragmentos de cartas de amor y poesía. Vaga por las calles de París en busca de la chica rubia de la que se he enamorado, pero no la encuentra por ningún lado.

Mientras tanto, la pandilla del patrón Minette continúa su actos delictivos. Montparnase y Suena-dinero se escaparon de la policía la noche del arresto. Brujón y Babet escriben cartas dirigiendo la actividad delictiva desde el interior de los muros de la prisión con la ayuda de Eponina (quien fue liberada de la prisión debido a su corta edad). En el curso de la entrega de uno de estos mensajes, Eponina descubre el paradero de Cosette.

Otro personaje, el señor Mabeuf, el antiguo celador, ha atravesado tiempos extremadamente difíciles. A menudo come solo un huevo al día y se ha visto obligado a vender varios de sus preciosos libros. Un día, trata de levantarse para regar sus flores, pero está tan débil por la falta de alimento que no puede realizar esta tarea. Ve una aparición extraña: una niña harapienta que riega todo su jardín mientras charla incesantemente. Es Eponina. A cambio de realizar esta tarea, ella le pide solo la dirección de Mario.

Unos días después, mientras Mario deambula por la ciudad soñando con su amada perdida, Cosette, aparece Eponina y lo saluda con alegría. Ella está profundamente enamorada de él, pero él no está interesado en ella. Al darse cuenta de esto y desear la felicidad de Mario, Eponina finalmente le dice la dirección de Cosette. Encantado, Mario le entrega a Eponina todo el dinero que tiene en el bolsillo, pero ella lo deja caer entre sus dedos, diciendo que no quiere su dinero.

Libro III: La casa de la calle Plumet (Capítulo 1 “La casa del secreto” a Capítulo 8 “La cadena”)

Valjean ha alquilado una casita en el suburbio de Saint Germain, que se distingue por su salida secreta (construida por un juez que deseaba visitar a su amante). ¿Por qué abandonaron el refugio seguro del convento del pequeño Picpus? Juan Valjean quería que Cosette viviera una vida normal, no limitada por las reglas del convento. Después de la muerte de Fauchelevent, Valjean les dijo a las monjas que había heredado una pequeña suma de su hermano y se fue del convento con Cosette. De hecho, Valjean ha alquilado dos apartamentos en París por precaución; Cosette y una sirvienta llamada Toussaint viven en uno de la calle Plumet.

Los dos viven de forma sencilla pero feliz. La casa tiene un pequeño jardín donde Cosette pasa gran parte de su tiempo, y a menudo va con Valjean cuando él distribuye limosnas a los pobres.

Sin embargo, la incipiente adolescencia de Cosette amenaza esta vida tranquila. Se ha puesto hermosa y ahora se viste para realzar la belleza de su cuerpo. Valjean sabe que llegará el momento en que ella lo dejará y se casará. Cosette es la única persona a la que se ha permitido amar, y la idea de perderla le rompe el corazón.

Dado su miedo, Valjean sospecha de inmediato cuando Cosette mira a Mario en los jardines de Luxemburgo. Cosette se enamora de Mario de inmediato, devolviéndole una mirada colmada de amor. Valjean inmediatamente desconfía del extraño y detiene sus paseos por el jardín.

Cosette cae en una profunda depresión después de ser separada de Mario, lo que preocupa a Valjean aún más. Cosette, criada en un convento, no tiene la capacidad de expresar las cosas que siente.

Un día, cuando los dos están caminando, ven a un grupo de presos que son transportados a las galeras. Los hombres están vestidos con harapos y lanzan obscenidades a todos los que los miran en su miseria. Valjean está horrorizado ante esta visión de su pasado, y la sensible Cosette también queda profundamente afectada.

Libro IV: Socorros de abajo que no pueden ser socorros de arriba (Capítulo 1 “Herida por fuera, curación por dentro” a Capítulo 2 “De cómo la tía Plutarco no encontraba dificultades para explicar un fenómeno”)

Poco después del aterrador espectáculo del transporte de presos, Valjean tiene su traumática visita a los Thenardier. No le dice nada del incidente a Cosette, pero ella se horroriza ante la aparición de la terrible quemadura en su brazo. Su ansiedad aumenta cuando esta herida se infecta y provoca una fiebre que deja postrado a Valjean en su cama durante un mes. Cosette lo cuida con una devoción angelical, y Valjean se siente alentado por su renovada cercanía con su hija adoptiva. Cosette olvida lentamente su amor por Mario y reanuda su estrecho vínculo con su padre adoptivo.

La narración nos lleva de nuevo a la vida de Gavroche, el pilluelo de la calle (que también es el hijo abandonado de los Thenardier). Hambriento después de no comer durante dos días, va al jardín del señor Mabeuf a buscar manzanas. Oye una discusión entre Mabeuf y su criado: están discutiendo qué hacer ahora que ni el panadero ni el tendero les ofrecerán más comida a crédito.

Gavroche reflexiona sobre esta pobreza que es incluso peor que la suya. Su ensoñación termina con una conmoción en la calle. Ve a un anciano acosado por Montparnase, miembro de la pandilla del patrón Minette. Montparnase ataca al anciano, pero para asombro de Gavroche, es Montparnase quien cae al suelo y el anciano lo sujeta con una mordaza. Luego, el anciano le da a Montparnase una conferencia sobre la terrible vida del criminal: trabajará más duro que cualquier trabajador y su única recompensa será la exclusión social y el encarcelamiento. El anciano intenta persuadir a Montparnase de que renuncie a su vida criminal, y termina diciéndole que puede sustentar esta nueva vida con dinero donado: el anciano le entrega su bolso a Montparnase y luego se aleja.

Mientras Montparnase se recupera de esta extraña situación, Gavroche saca la billetera de su bolsillo y la arroja al jardín del señor Mabeuf. Mabeuf está asombrado por esta fortuna que ha caído del cielo.

Análisis

El Libro I prepara el escenario político para una sección de la novela profundamente cifrada por los acontecimientos políticos. La Revolución francesa depuso a la monarquía, pero después de la caída de Napoleón, hubo un movimiento para volver a colocar a una familia real en el poder, aunque con limitaciones en su capacidad de acción. Sin embargo, Francia también padecía una variedad de problemas sociales: pobreza generalizada, desempleo, hambre. La clase popular no estaba emocionada con el regreso de la monarquía después de tanto esfuerzo para derrocarlos, por lo que nos encontramos en una situación de malestar social que refleja muy bien la novela.

Referente de esta narrativa humanista en expansión, Víctor Hugo pasa de describir la situación política nacional a describir el triángulo amoroso entre Mario, Cosette y Eponina. Esto parecería contradictorio, excepto por el hecho de que en la vida de los individuos, las aventuras amorosas pueden ser tan trascendentales como un levantamiento político o un cambio de gobierno.

El señor Mabeuf, el amable celador que se hizo amigo de Jorge Pontmercy y Mario, está luchando contra las adversidades que le impone la pobreza. Es un excelente ejemplo de los pobres que no deberían serlo: un buen hombre que soporta con altura las terribles vicisitudes de la miseria. Aunque es una persona con un gran sentido de la moral, no tiene medios para ganarse la vida debido a la terrible situación económica que atraviesa Francia. Así y todo, conserva su dignidad aun en la más lacerante pobreza. Víctor Hugo les da mucho valor a estos personajes que a pesar de estar en una situación económica tan difícil, conservan su integridad moral. Valjean y Mario también son buenos ejemplos de esto.

Por otro lado, también podemos advertir que muchos personajes sufren por falta de información. Mario sufre por desconocer la ubicación de Cosette; Valjean lamenta no saber más sobre el nuevo afecto de Cosette, y así sucesivamente. Las revelaciones repentinas y los eventos desestabilizadores son las soluciones narrativas a tales dilemas en la novela. La información se presenta de una manera inesperada e intempestiva y golpea emocionalmente a los personajes, provocando una nueva perspectiva respecto de las situaciones en las que se encuentran.

A pesar del Libro I, que se centra en la escena política de la época, ninguno de los personajes que aparecen de forma destacada en estos capítulos tiene inclinaciones explícitamente políticas (Mario las ha abandonado hace mucho tiempo después de su expulsión de la Sociedad ABC). En cambio, Víctor Hugo usa sus vidas ordinarias para ilustrar el caos político y económico de ese momento. Dicho de otra forma, el caos político, económico y social era tan grande que afectaba a toda la población, independientemente de cuánto se involucrara con la causa.

En otro orden de cosas, vemos que Valjean está experimentando una nueva etapa de la vida, pero su pasado oculto, que aparece cuando ve a los convictos siendo transportados a prisión, todavía lo persigue. A pesar de que vive retirado y lleva una vida tranquila y entregada a la caridad con su amada Cosette, nunca se librará de su pasado. Valjean se ha transformado en un hombre bondadoso, caritativo y con un gran sentido de la moral a pesar de verse atormentado por su pasado delictivo. Sin duda es el personaje que sufre la transformación más grande de toda la novela. Asimismo, esta transformación puede entenderse como un progreso, una mejora hacia una versión más íntegra y positiva de sí mismo. Esta evolución que pueden alcanzar las personas es uno de los temas centrales en Los miserables.