Kafka en la orilla

Kafka en la orilla Símbolos, Alegoría y Motivos

El bosque (Símbolo)

El bosque representa un laberinto que, a su vez, simboliza la psiquis. Recorrer el interior de uno mismo implica adentrarse en un laberinto en el que no hay una clara dirección ni un camino trazado para recorrer. De todas maneras, es paradójico, porque perderse en la psiquis también abre la posibilidad de encontrarse a uno mismo y traer a la conciencia algunos aspectos que permanecen ocultos.

Por otra parte, el laberinto como lugar diseñado para desdibujar el espacio desdibuja también el tiempo. En el bosque hay dos soldados que han estado allí desde la Segunda Guerra Mundial, y un portal que abre a nuevas dimensiones. Esto quiere decir que el bosque/laberinto también representa la realidad porosa que admite lo sobrenatural y el quiebre de las leyes que rigen la realidad.

La mochila (Símbolo)

La mochila es lo único que lleva Kafka cuando huye de su casa. Todas sus pertenencias se reducen a lo que tienen ahí. Es, además, la conexión que preserva con la casa paterna. En este sentido, la mochila simboliza el peso que carga Kafka, es decir, la herencia y la profecía que pesan sobre él. Por eso, el gesto de sacarse la mochila y dejar todas las provisiones cuando se adentra en el bosque es tan significativa. En primer lugar, ese gesto anticipa la resolución del conflicto interno que la profecía le ha generado. En el bosque, Kafka perdona a su madre y, de ese modo, supera los traumas que lo llevan a concretar su destino y se libera de esa carga. Por otra parte, dejar de lado la mochila también implica que Kafka está despojándose de cualquier escudo o protección que todavía preserva, y, con esa vulnerabilidad, puede enfrentar auténticamente los puntos más oscuros de su psiquis.

El cuervo (Símbolo)

Kafka menciona que su nombre significa "cuervo", si bien se traduce, más precisamente, como "tordo". Los cuervos tienen diversos significados en distintas mitologías. Por ejemplo, para la mitología escandinava, los cuervos representan el pensamiento y la memoria. En algunas tradiciones orientales, el cuervo es símbolo de protección y premonición. En la novela, no obstante, Cuervo representa la voz interior que alienta, alecciona, consuela y advierte. Por otra parte, la figura de Cuervo permite a Kafka ver su propia vida desde una nueva perspectiva desde la cual él no es una víctima. Al sobrevolar y mirar su historia a la distancia, Kafka es capaz de correrse del lugar de víctima y apreciar las circunstancias de otros personajes, como el de su madre, para intentar ponerse en su lugar. El cuervo simboliza, en definitiva, el compás interno que lleva a Kafka, a través de la intuición, a enfrentar su destino.

Colonel Sanders (Símbolo)

El personaje que toma la forma de Colonel Sanders, el viejo del logo de Kentucky Fried Chicken, representa simbólicamente la influencia estadounidense en Japón tras la Segunda Guerra Mundial. Tras la derrota, la cultura estadounidense inundó Japón con productos que reflejaban el modo de vida occidental. El hecho de que Colonel no solo sea un ente metafísico que guía a Hoshino, sino que también cumpla el papel de proxeneta, parece ser un comentario sobre el modo en que Estados Unidos infiltra en el inconsciente del pueblo japonés, generando un modelo de consumo capitalista.

Las orillas (Motivo)

Desde el título de la novela, la orilla opera como un motivo recurrente que alude al espacio liminal que ocupa la mayoría de los personajes. Ya sea en el cuadro de Kafka en la orilla o en la tarde meditabunda que pasa Nakata frente al mar esperando a Hoshino, la orilla es un paisaje frecuente en la obra. Existen otras "orillas", que son las que representan las fronteras permeables entre distintas realidades. Por ejemplo, la "piedra de entrada" es el intersticio más importante en la novela, que permite a los personajes pasar de una orilla a otra. Murakami nos presenta una realidad porosa que admite la conexión y el intercambio entre realidades paralelas, y hay espacios, personas y objetos en los que las fronteras entre mundos paralelos se desdibujan. Es por esto que las orillas se convierten en un motivo central a lo largo de toda la obra.