Kafka en la orilla

Kafka en la orilla Resumen y Análisis "El joven llamado Cuervo", Capítulos 1-8

Resumen

El joven llamado cuervo

En el primer capítulo de la novela, el protagonista, Kafka Tamura, se encuentra en el estudio de su padre y tiene una conversación con un joven llamado Cuervo. Le cuenta sobre su intención de huir de casa ahora que está por cumplir los quince años. Cuervo le advierte que será muy difícil sobrevivir solo, pero lo alienta a que siga con sus planes. Cuervo le habla a Kafka sobre su destino y lo compara con una tormenta de arena que lo arrastra. Predice que Kafka va a lograr superar la tormenta de su destino, pero que igualmente saldrá lastimado por ella. Cuervo es un producto de la imaginación de Kafka, como un amigo imaginario que lo ayuda a superar los momentos más difíciles.

Capítulo 1

El día anterior a su cumpleaños de quince, Kafka le roba a su padre cuatrocientos mil yenes y una serie de objetos, entre los que se encuentran un teléfono celular y una fotografía de Kafka y su hermana en la playa cuando niños. A último momento abandona un Rolex dorado para evitar llamar la atención. Elige ir al sur para evitar el clima frío y, así, la ropa bultosa. Organiza su mochila con mudas ligeras y lleva también un discman, CD, cuadernos y lápices.

Kafka viene planeando huir de su casa desde hace dos años. Para aparentar más años, lleva mucho tiempo entrenando en un gimnasio. Él es un chico poco sociable que únicamente se comunica con los monitores del gimnasio y apenas habla con su padre y con sus compañeros de colegio. Su refugio es la biblioteca, donde lee mucho.

Kafka menciona una profecía “semejante a las aguas negras” (p.18) que lo angustia y opera como “un mecanismo enterrado” (p.19) en él. No obstante, no menciona de qué se trata esa profecía.

Antes de dejar su casa y huir, Kafka limpia su cuerpo con mucho cuidado, porque “Hay ocasiones en que estar limpio es fundamental” (p.19). En el espejo ve reflejado su rostro, "heredado de mi padre y mi madre -aunque el de mi madre no la recuerdo en absoluto-" (p.19). Piensa en lo fácil que sería matar a su padre y olvidar del todo a su madre, pero reflexiona sobre lo inútil que sería, porque su genética no puede cambiar.

Kafka, quien vive en Tokio, ha decidido viajar a la ciudad de Takamatsu, en Shikoku, al sur de Japón, separado de la isla principal. Compra un pasaje en bus; le esperan diez horas de viaje. En su asiento dormita, pero, a la medianoche, cobra conciencia e imagina que Cuervo le desea feliz cumpleaños.

Capítulo 2

La narración en primera persona de Kafka se interrumpe. Este capítulo contiene un epígrafe que indica que lo que sigue es un documento confidencial del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos de América, desclasificado en 1986.

Se trata de una entrevista realizada en mayo de 1946 para investigar un caso misterioso que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial en una población, cuyo nombre no se revela, en la prefectura de Yamanashi, Japón.

La persona entrevistada es Setsuko Okamachi, profesora. El entrevistador es Robert O’Connell, alférez. El asunto de la entrevista es el “Incidente de la montaña del bol de arroz”, ocurrido en 1944. La profesora llevó a los dieciséis alumnos bajo su cargo a la montaña para recoger setas. Dado que Japón participaba de la Segunda Guerra Mundial, escaseaba la comida y se llevaban a los niños de la escuela a recoger setas como si se tratara de una actividad escolar.

La profesora reporta que ella y los niños vieron en el bosque una luz plateada en el cielo y pensaron que se trataba de un avión de guerra, el B29. De repente, los alumnos a su alrededor empezaron a caer desmayados. Primero, tres niñas cayeron al piso y la profesora se acercó para asistirlas; suponía que las niñas habían consumido una seta venenosa. Al final, todos los niños se desmayaron y solo la profesora se mantuvo alerta. Decidió correr a pedir ayuda.

Capítulo 3

Volvemos a la trama de Kafka. El autocar en el que viaja hacia Takamatsu se detiene en una estación de servicio. Kafka aprovecha para tomar un té en la cafetería cuando una mujer joven se sienta a su lado e inicia una conversación. En un momento, la chica menciona cuán parecido es Kafka a su hermano menor, a quien no ha visto en muchos años.

De regreso en el autocar, deciden sentarse juntos. Apenas retoman el viaje, la joven se queda dormida en el hombro de Kafka. El chico ve los tirantes del sujetador de la chica, piensa en sus pechos y tiene una erección. Al mismo tiempo, se pregunta si ella no será su hermana mayor, a quien no ha visto en mucho tiempo.

Capítulo 4

Nuevamente, estamos ante un informe del “Incidente de la montaña de bol de arroz”. Esta vez, el entrevistado es Juichi Nakazawa, el médico del pueblo donde sucedieron los misteriosos desmayos. Narra cuál fue su participación luego de que la tutora pidiera ayuda. Su primera suposición es que los niños comieron setas venenosas. También podía tratarse de intoxicación por gas o insolación. Cuando vio personalmente a los niños, muchos de ellos ya habían despertado. No había ningún síntoma que indicara envenenamiento, intoxicación o insolación. Los chicos no tenían memoria de lo sucedido. Lo más llamativo es que, de los dieciséis niños, uno permanecía en coma. Se trataba de un niño llamado Satoru Nakata, quien se había mudado de Tokio a ese poblado. El médico continuó haciendo el seguimiento de los niños, pero nunca supo qué fue de Sakoru Nakata, porque fue trasladado a un hospital militar.

Las autoridades pidieron a los involucrados que no hablaran del caso para no ahondar aún más el sentimiento antibélico que crecía en Japón.

Capítulo 5

El autocar en el que viaja Kafka llega a Takamatsu. Antes de separarse, la chica que durmió en su hombro le dice su nombre, Sakura, y le da un número de teléfono. Kafka le responde que su encuentro estaba predestinado. A pesar de que el nombre de la joven no coincide con el de su hermana, Kafka sigue pensando que puede ser ella. Al fin y al cabo, también Kafka Tamura es el nombre que él inventó cuando decidió huir.

Kafka tiene reservada una habitación por tres noches. Para hacer tiempo hasta la hora de dormir, se dirige a una biblioteca privada, patrimonio de una familia dedicada a la producción de sake. La Biblioteca Conmemorativa Komura se especializa en haiku y tanka, dos formas poéticas tradicionales. También tiene colecciones de narrativa japonesa y literatura universal.

Oshima es el recepcionista de la biblioteca. Trata a Kafka con amabilidad y le sugiere tomar el tour guiado a cargo de la señora Saeki, a quien describe como una mujer maravillosa.

En la sección de literatura mundial, Kafka elige una edición de Las mil y una noches y pasa todo el día leyendo. Solo interrumpe su lectura para asistir al tour de la señora Saeki. La mujer, de unos cincuenta y tantos años, le produce una impresión fuerte y nostálgica a Kafka, al punto que lo hace preguntarse si no será ella su madre, quien abandonó su casa cuando él era un niño.

Ya en el hotel, Kafka siente más hondamente la libertad y la soledad que está experimentando. Toma el celular que sustrajo del estudio de su padre y llama, pero cuelga antes de que alguien responda. No sabe si su padre habrá notado su ausencia.

Capítulo 6

Una nueva trama empieza en este capítulo narrado en tercera persona. Es la historia de Sakoru Nakata, el único niño del “Incidente de la montaña del bol de arroz” que no despertó inmediatamente.

Nakata, un hombre ya viejo, sostiene una conversación con un gato llamado Otsuka. Nakata habla de sí mismo en tercera persona y se considera un idiota. Le cuenta a Otsuka, el gato, que de niño tuvo un percance que lo dejó sin memoria y sin saber leer ni escribir.

Por su condición, Nakata recibe un estipendio del Estado y puede viajar en bus por Tokio sin costo. No obstante, el estipendio no le alcanza para mucho, y a él le gusta darse el lujo de comer anguila. Para ganar unos yenes de más, Nakata aprovecha su capacidad para hablar con los gatos y ayuda a las personas a localizar a sus mascotas perdidas. Ahora, precisamente, lleva tres días buscando a Goma, una gatita tricolor de un año. Otsuka no la ha visto por el barrio. Antes de despedirse, Otsuka le dice a Nakata que su problema no es que sea idiota, sino que no proyecta una sombra suficientemente marcada: “la sombra que proyectas en el suelo es la mitad de oscura que la de las personas normales” (p.83).

Capítulo 7

El desayuno del hotel en el que se hospeda Kafka es escaso. El joven llamado Cuervo le recuerda que se ha escapado de casa y que ya no puede tener todo lo que quiera. Le recuerda además que es “el joven de quince años más fuerte del mundo” (p.87).

Para conseguir unas noches más de descuento, Kafka le dice a la recepcionista del hotel que está redactando su trabajo final del bachillerato y para ello necesita permanecer más días investigando en la Biblioteca Conmemorativa Komura. Ella se compromete a averiguar si eso es posible.

A continuación, Kafka va al gimnasio municipal y luego a la biblioteca. Su lectura de Las mil y una noches se ve interrumpida por Oshima, que le anuncia que hay una llamada para él. Es la recepcionista del hotel, que le confirma que se puede hospedar en el hotel con descuento. Oshima percibe que Kafka está en una situación delicada y le pregunta si puede arreglárselas solo. Kafka le asegura que sí, y conversan sobre el escritor Franz Kafka, que les gusta a ambos.
Por siete días, Kafka mantiene la misma rutina entre el hotel, el gimnasio y la biblioteca. El octavo día, “este estilo de vida, ordenado, centrípeto y frugal, se acabó” (p.97).

Capítulo 8

En este capítulo retomamos las entrevistas del alférez Robert O’Connell a los involucrados en los incidentes del año 1944. En esta ocasión, el entrevistado es Shinegori Tsukuyama. Como especialista en el campo de la psiquiatría, fue convocado para evaluar a los chicos que padecieron los desmayos en la montaña del bol de arroz.
Tsukuyama describe la situación difícil en la que se encontraban las universidades durante la guerra, ya que la mayoría de los estudiantes habían sido llamados para el servicio militar.

Desde el punto de vista médico, los niños que habían perdido el conocimiento en la montaña no tenían ningún tipo de secuela física. Faltaba determinar qué secuelas podía haber dejado el episodio en sus psiquis. Los niños que habían despertado no recordaban absolutamente nada sobre el episodio. Tsukuyama saca la conclusión de que pudo tratarse de un extraño caso de hipnosis colectiva. No obstante, Nakata, el único niño que tardó en despertar, presentaba una anomalía frente a otros pacientes en coma: no estaba soñando, sino que parecía como ausente. Acá el profesor echa mano de los relatos tradicionales japoneses que hablan de “la proyección del espíritu”, que consiste en que el alma deja el cuerpo temporalmente para realizar “un cometido de vital importancia" (p.108). A pesar de los esfuerzos por despertar a Nakata, nada surtió efecto hasta que, dos semanas después, se despertó por sí solo. A diferencia de los demás, Nakata perdió la memoria por completo: no solo no sabía lo que había sucedido en la montaña, sino que no recordaba ni su nombre, “como una hoja de papel en blanco” (p.110).

Análisis

La novela inicia con un capítulo titulado “El joven llamado Cuervo”, que sirve de prólogo y establece el conflicto principal de la novela y algunos de los temas que atraviesan las distintas tramas que van a desarrollarse. En primer lugar, a partir de esa primera “conversación” entre el protagonista y su alter ego, descubrimos que Kafka tiene decidido abandonar su casa y viajar lejos, donde nadie lo pueda encontrar. Por otra parte, lo que se revela en ese intercambio es que Kafka se siente atrapado en su cuerpo por el peso de su herencia. Cuervo, el alter ego, le advierte que escapar de su destino es imposible; tarde o temprano tendrá que enfrentarlo.

Para ilustrar la inevitabilidad del destino de Kafka, Cuervo lo compara con una tormenta de arena que cambiará de dirección para perseguirlo sin importar hacia adónde huya. Ofrece una imagen de esa tormenta en la que hay “arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo” (p.10). Esta cita hace eco de lo que Cuervo menciona antes sobre Kafka interactuando con su destino como con “una danza macabra con la Muerte antes de amanecer” (p.10). Ambas imágenes se refieren a la muerte; la última, de manera puntual y explícita y la primera, a través de la mención de “polvo de huesos”. Kafka se imagina la tormenta que describe su alter ego y piensa: “va a engullirme de un momento a otro” (p.10). Esto da cuenta de cuán vulnerable se siente.

Por ahora, los lectores desconocen cuál es la pesada herencia que carga Kafka y de qué quiere huir. Lo que sí queda claro es que está por embarcarse en un viaje que lo va a transformar: “Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. ¡No! No siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella” (p.11).

Kafka en la orilla efectivamente puede ser considerada una novela de aprendizaje porque su protagonista, un chico de quince años, va a vivir una serie de experiencias que lo van a hacer madurar y transformarán el modo en que se relaciona con el mundo. Ya en sus primeras experiencias, una vez que se escapa de la casa, Kafka se enfrenta a una serie de obstáculos que debe sortear. También algunos aspectos de su carácter nos muestran que no se adapta a las normas sociales impuestas, y que se encuentra en crisis con su mundo. Por ejemplo, no tiene amigos en el colegio y tiene una relación conflictiva con su padre. Todos estos rasgos son los que suelen manifestar los protagonistas de las novelas de aprendizaje, así como la ruptura con el mundo conocido, que es lo que lo expondrá a nuevas experiencias transformativas.

Uno de los temas que explora la novela es la libertad y la soledad como experiencias complementarias. Kafka se siente libre ahora que ha dejado atrás la casa de su padre, pero también siente intensamente la soledad. Quien mejor percibe esto que Kafka experimenta es Oshima, el bibliotecario. El joven inmediatamente siente simpatía por Kafka -en parte porque ambos admiran la literatura del escritor checo- y sospecha que se encuentra en una situación delicada. Oshima le cuenta al adolescente sobre El banquete de Platón, y cómo, según un mito relatado por él, hubo un tiempo en que los seres humanos estaban formados por dos personas y vivían satisfechos. Cuando los dioses partieron al ser humano por la mitad, las personas empezaron a buscar desesperadamente la mitad que les faltaba. Al parecer, Oshima percibe en Kafka su desesperación y la búsqueda de otro. Sabemos que la madre de Kafka lo abandonó cuando niño y él mismo reconoce: “Cada vez que veo a una mujer de mediana edad hermosa (o simpática) pienso lo mismo. Ojalá fuese mi madre” (p.65). Algo parecido le pasa con su hermana, a quien tampoco ve desde que eran niños. Cuando Kafka conoce a Sakura, lo primero que considera es que podría ser su hermana.

Paralelamente, en la novela se desarrollan otras tramas. Por una parte, seguimos el caso del “Incidente en la montaña del bol de arroz”. Los lectores accedemos a esa narrativa desde las voces de los personajes en lugar de un narrador, a diferencia de las secciones posteriores referidas a Nakata, que son narradas en tercera persona, o las secciones dedicadas a Kafka, relatadas en primera persona. Además del cambio de narrador, el “incidente” cambia el tiempo en el que transcurren los hechos, ya que se trata de un algo que sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. A través de ese episodio del pasado, los lectores tienen un retrato de una época de crisis en Japón. En la decisión de ocultar del público el caso de los niños para evitar bajar aún más los ánimos y la confianza de los pobladores, se revela la fragilidad del gobierno, así como la misma excursión a recoger setas revela las necesidades que vive el pueblo.

Los reportes del “Incidente” nos presentan un personaje que va a tener su propia línea narrativa. Se trata de Nakata, el único niño que no despertó inmediatamente luego del desmayo. Más tarde, cuando finalmente lo hace, es como una hoja en blanco. Resulta interesante la contraposición entre el discurso oficial y científico de los reportes que investigan el caso con lo que subyace a la historia: un caso de “proyección del espíritu”. Hasta ahora, la trama de Nakata es la que introduce elementos mágicos en la narrativa, como la capacidad de este personaje para comunicarse con los gatos. Murakami crea un marco realista -acentuado por la inclusión de reportes oficiales y científicos- en el que aparecen elementos mágicos que se integran sin costuras a la narrativa.