Kafka en la orilla

Kafka en la orilla Resumen y Análisis Capítulos 9-15

Resumen

Capítulo 9

Kafka se despierta rodeado de vegetación. Está desorientado y no sabe cómo llegó allí. Su último recuerdo es el de un día como todos los demás: fue al gimnasio y, luego, a la Biblioteca Conmemorativa Komura. Le duele mucho el brazo izquierdo y en su camiseta hay una mancha de sangre que “tiene la forma de una gran mariposa con las alas extendidas” (p.114). Cuando palpa su cuerpo, se da cuenta de que no tiene ninguna herida y, por lo tanto, la sangre debe ser de otra persona. Se lava la sangre en un grifo, se cambia de ropa e intenta mejorar su aspecto para no levantar ninguna sospecha. Está muy asustado y se siente extremadamente solo.

En ese momento aparece Cuervo, que le pregunta qué ha hecho y le aconseja que no vuelva al hotel. Lo alienta a seguir huyendo e ir al único lugar en el que va a estar seguro, aunque no revela cuál es.

Al principio Kafka piensa en ir a la biblioteca, pero luego saca el teléfono celular de su mochila, junto con el número de Sakura, la chica a la que conoció en el autocar. Por teléfono, ella acepta recibirlo.

Ya en casa de Sakura, ella ve el estado en el que se encuentra Kafka y comprende que está solo porque se ha escapado de su casa. Ella hizo lo mismo a los dieciséis años. Kafka le cuenta su historia, aunque omite la parte sobre la profecía.

Capítulo 10

Nakata continúa buscando a Goma, la gatita tricolor. Esta vez intenta averiguar algo más de un gato a rayas marrones al que decide nombrar señor Kawamura. El gato marrón no es muy bueno comunicándose y Nakata no entiende lo que dice. De pronto, interviene una gata siamesa refinada llamada Mimi. Le explica a Nakata que el gato con el que intenta hablar no es muy inteligente. Ella decide intervenir conversando con el gato y extrayendo cualquier información sobre Goma. Lo que descubre Nakata, gracias a Mimi, es que Goma fue vista en el área. Pero también hay noticias inquietantes sobre una persona que secuestra gatos y los mete en un gran saco.
Nakata se dirige al lote abandonado donde Goma fue vista, y donde “un hombre alto que lleva un extraño sombrero de copa y unas botas altas de cuero” (p.132) ha estado llevándose gatos en un saco. Allí espera ver a Goma mientras se sume en un estado de vaciedad de pensamiento.

Capítulo 11

En el relato de su vida, Kafka le revela a Sakura muchas cosas sobre sí mismo, pero elige no compartir todo. Por ejemplo, le cuenta a Sakura que su madre abandonó la casa de su padre y se llevó a la hermana adoptiva de Kafka cuando él tenía apenas cuatro años. Además, le cuenta que no es la primera vez que pierde el conocimiento o la memoria, aunque sí es la primera vez que se despierta en un templo sintoísta, ensangrentado y sin ninguna noción de lo que ha sucedido en las últimas cuatro horas.

Sakura le da una camiseta limpia e intenta tranquilizar a Kafka, quien teme haberle hecho daño a alguien durante sus horas de inconsciencia. Le sugiere que no piense más en el asunto hasta revisar el periódico del día siguiente para ver si aparece algo sobre un ataque o accidente en la zona por la que él anduvo.

Los dos se acuestan, pero ninguno puede dormir, por lo que Sakura invita a Kafka a su cama, aunque deja en claro que no tendrán sexo, porque ella tiene un novio en Tokio. Cuando Sakura lo abraza, Kafka tiene una erección. Ella le baja los bóxers y lo toca hasta que Kafka eyacula. Mientras esto sucede, ella le habla sobre su hermana; quiere saber si él desea conocerla. Kafka contesta a las preguntas y le pide permiso para imaginarla desnuda. Ella lo manda a su saco de dormir y le aclara que lo que acaba de suceder no fue sexual, sino solo un intento porque él se relajara.

A la mañana siguiente, cuando Kafka se despierta, Sakura se ha ido a trabajar. Kafka decide ordenar el departamento y llama al hotel para decir que no volverá a hospedarse allí. También escribe una nota despidiéndose y agradeciéndole su hospitalidad a Sakura, y se encamina a la Biblioteca Conmemorativa Komura. No sabe bien por qué se dirige allí: “decido coger el tren y dirigirme a la Biblioteca Komura. Tal vez la solución esté allí. Es solo un presentimiento sin fundamento alguno. El destino me lleva por derroteros cada vez más extraños” (p.150).

Capítulo 12

En el Capítulo 12 volvemos a la trama del “Incidente de la montaña del bol de arroz”. Esta vez se trata de una carta que le escribe la profesora Setsuko Okamochi al especialista en el campo de psiquiatría que participó de las pesquisas del incidente. El motivo es que siente remordimiento por no haber sido del todo transparente durante la investigación.

Lo que narra Setsuko en esa carta empieza con un sueño que ella tuvo el día del incidente. Soñó que tenía sexo con su marido, que había ido a la guerra, y se despertó con la sensación de que el sueño había sido realidad. Más tarde, mientras se encontraba en la excursión con los niños, Setsuko empezó a menstruar. Se sentía avergonzada por la cantidad de sangre que había y se adentró en el bosque para asearse y esconder las toallas. Desgraciadamente, unos minutos después, la profesora vio cómo Nakata se acercaba con las toallas manchadas de sangre. Setsuko reaccionó con violencia y le pegó al niño.

Luego, Setsuko brinda detalles sobre Nakata antes del incidente. Al parecer, era un niño sumamente inteligente, guapo y bien vestido. A pesar de lo bueno que era como alumno, Nakata era reservado y no parecía feliz, sino resignado. Setsuko sospecha que se esperaba demasiado de él. Además, cree que es probable que en su casa hubiera violencia. En el pueblo eso no extraño porque, según Setsuko, “las familias rurales son muy violentas” (p.161). Sin embargo, en el caso de Nakata, llamaba la atención porque su padre era profesor de universidad y su madre, una mujer educada. Esto hace que Setsuko sienta aún más culpa por haber sido violenta con él el día del incidente.

Capítulo 13

De vuelta en la trama principal, Kafka está en la Biblioteca Komura. Oshima se acerca a él durante el almuerzo y le ofrece comida. Desde el principio Oshima ha sospechado que Kafka está solo, pero esta es la primera vez que Kafka lo reconoce. Hablan de literatura. Kafka está leyendo la novela de Natsume Soseki, El minero. A Oshima no le parece un gran libro, y le da curiosidad conocer la opinión de Kafka. Este explica: “Es la historia de un señorito incauto que se ve arrastrado hasta los estratos más bajos de la sociedad” (p.164). Lo que valora de la obra es que es un personaje pasivo que no juzga ni elige lo que le sucede, y sus experiencias no lo llevan a madurar.

Oshima quiere ayudar a Kafka a solucionar el asunto de la vivienda. Su idea es pedirle a la señorita Saeki que le permita a Kafka vivir en la biblioteca y ayudar con algunos asuntos administrativos a Oshima. Hasta gestionar ese permiso, le ofrece una cabaña en un bosque que Oshima y su hermano heredaron.

Al finalizar la jornada en la biblioteca, Oshima lleva a Kafka a la cabaña en su auto. Maneja de modo temerario y le explica a Kafka que lo hace con total seguridad de que no se va a accidentar porque padece de hemofilia, y un accidente implicaría la muerte segura. Cuando llegan a la cabaña, Kafka descubre que es tan rústica que no tiene siquiera un baño.

Capítulo 14

Nakata regresa varios días seguido al lote abandonado en busca de Goma. Una tarde, un gato le advierte que sería mejor que dejara de hacerlo, porque está enredándose en algo peligroso.

Esa misma noche, de repente, un perro enorme de color negro se planta enfrente de Nakata. A pesar de la agresividad del animal, Nakata no comprende los riesgos y no siente temor. De hecho, cuando el perro le ordena levantarse y seguirlo, Nakata no duda en hacer lo que se le pide. Detrás del perro, recorre muchos barrios conocidos hasta que cruza a un lugar totalmente nuevo para él.

Finalmente, llegan a una casa en la que Nakata conoce al hombre que ha estado secuestrando gatos en el lote. Se presenta como Johnnie Walker y le dice que ha tomado prestado el nombre y el aspecto de la etiqueta del famoso whiskey inglés. El hombre le ofrece a Goma a cambio de un favor, pero no revela qué es lo que necesita de él.

Capítulo 15

Kafka se queda solo en la cabaña de Oshima. No se siente tan a gusto allí; todo es nuevo y los sonidos del bosque le hacen pensar en “seres vivos que pueblan las tinieblas” (p.202). Además, siente muy intensamente que alguien lo está observando. En ese estado, Cuervo aparece en la mente de Kafka para burlarse de sus miedos, pero Kafka quiere demostrar su valentía. Con fuerzas renovadas, se alienta a sí mismo: “Voy a ser capaz de reseguir con el dedo las sombras del pasado que trascienden el tiempo. Voy a lograr sobreponer mi figura a esas sombras” (p.203).

La mañana siguiente, sale a buscar agua a la vertiente en el bosque, desayuna y lee uno de los libros que encuentra en la cabaña. Se trata de un libro sobre el juicio a Adolf Eichmann, la mente detrás de la Solución Final durante la Segunda Guerra Mundial, que buscaba “deshacerse de los judíos en un corto periodo de tiempo y con el menor coste posible” (p.205). Esa lectura lo lleva a reflexionar sobre las palabras de Yeats, el poeta inglés: “La responsabilidad empieza en los sueños” (p.206). Piensa en sus propios sueños y en el día en que recobró la conciencia con su camiseta cubierta de sangre.

Más tarde, se aventura al bosque. Recuerda la advertencia de Oshima sobre nunca perder de vista la cabaña. La primera vez que va, regresa relativamente rápido, pero cada vez se siente más confiado y se adentra más en el bosque. Se encuentra completamente cómodo en el lugar y parece despreocupado. No obstante, Cuervo no lo deja olvidar las posibles consecuencias que le traerán sus sueños, y sugiere que en ese mundo onírico puede terminar violando a su madre o a su hermana: “Temes a la imaginación. Y a los sueños más aún. Temes a la responsabilidad que puede derivarse de ellos. Pero no puede evitar dormir” (p.215).

Análisis

En estos capítulos, un tema en particular se vuelve central: el poder de los sueños y la imaginación. Esta sección empieza con el capítulo en el que Kafka se despierta, luego de permanecer algunas horas inconsciente, y se encuentra con que algo terrible ha sucedido, porque su camiseta está ensangrentada. Más tarde, cuando se encuentra en la cabaña de Oshima, el adolescente reflexiona sobre el impacto de los sueños en el mundo real y para ello cita a Yeats: “La responsabilidad empieza en los sueños” (p.206). No es la primera vez que Kafka considera que la imaginación no es inocente: durante la noche en la que acude a Sakuro, él le pide permiso para imaginársela desnuda, como intuyendo que lo que sucede en su mente impacta en la realidad. Al parecer, entre el mundo de lo real y tangible y el de las imágenes mentales y la imaginación, no hay una frontera clara. Los sueños, sin duda, están teñidos por lo que pasa en la realidad, pero más llamativo es el modo en que la imaginación parece tener consecuencias concretas en la realidad.

Esta misma noción del impacto de los sueños y la imaginación en el mundo físico es la que lleva a Setsuko, la profesora del “Incidente del bol de arroz”, a escribir una carta al experto en psiquiatría que participa en la investigación del caso. Ella recuerda que el día del incidente tuvo un sueño tan vívido que, como consecuencia, sufrió una menstruación muy abundante, atípica. Esa circunstancia, a su vez, fue el motivo por el cual la profesora le pegó con violencia a Nakata.

En estos casos, vemos cómo la novela remarca el modo en que se desdibujan las fronteras entre la realidad y otros planos. Hemos visto que los límites entre la realidad y los sueños o la imaginación son permeables. Asimismo, otras fronteras también aparecen franqueadas. Murakami plantea para sus personajes la posibilidad de moverse en varios planos a la vez, así como la irrupción de elementos sobrenaturales en la realidad. Un ejemplo de esto es la comunicación entre Nakata y los animales, que indica que la frontera que separa al ser humano y otras especies no es tan tajante. La escena en la que Nakata conoce a Johnnie Walker también parece estar ubicada en un lugar intermedio entre lo real y lo sobrenatural. De hecho, un perro es quien conduce a Nakata hacia el encuentro con Johnnie Walker. Asimismo, cuando llega al barrio en el que se encuentra la casa de Johnnie, Nakata ya no reconoce las casas y piensa que es porque caminó durante mucho tiempo. En realidad, Nakata no reconoce el barrio porque es como si hubiese cruzado un umbral hacia un mundo paralelo en el que es posible construir un instrumento musical hecho de almas de gatos.

En cuanto al desarrollo del protagonista, en estos capítulos apreciamos la contradicción en el personaje de Kafka. Por un lado, se trata de un chico activo y con iniciativa -dejó su casa a los quince años siguiendo un plan premeditado-, pero también es cierto que se deja llevar por impulsos o meras intuiciones. Hay una contradicción en el modo en que actúa el personaje, porque oscila entre la actitud proactiva de escaparse de su destino y una calma resignación al dejarse llevar por él. En muchas de las decisiones que toma es como si estuviera sujeto a algo ajeno a su conciencia. Por ejemplo, luego de despertarse en un descampado con la camiseta ensangrentada, a un nivel consciente Kafka considera que lo que debe hacer es ir a la Biblioteca Komura, pero, como si se tratase de un reflejo, saca el teléfono y le pide a ayuda a Sakuro. Más adelante, apreciamos que ese encuentro es esencial para que Kafka cumpla cabalmente con la profecía, porque allí el deseo sexual de Kafka aparece al mismo tiempo que Sakuro expresa su deseo de que ellos sean como hermanos. Esa charla y la masturbación anticipan la violación de Sakuro por parte de Kafka.

Quizá esta pasividad que manifiesta Kafka en estos capítulos se deba al miedo que él siente de sí mismo y sus decisiones, porque en su interior pueden estar operando oscuros mecanismos heredados que lo conducen a la profecía. Vivir su vida dejándose conducir por las circunstancias sin un juicio y sin tener que ejercer su libertad es precisamente lo que Kafka aprecia de El minero, la novela que está leyendo.

En Kafka en la orilla, el arte puede ser un disparador del cambio o un reflejo de lo que sucede en el interior de un personaje. Oshima, por ejemplo, es especialmente sensible a la música, como lo será el personaje de Hoshino, que aparece más tarde. En el caso de Kafka, desde chico acude a los libros para formarse y los considera un refugio. El arte, la literatura y la música tienen la capacidad de acompañar el proceso de autoconocimiento. En el Capítulo 13, Kafka disfruta de un libro porque hace eco de algo que él está experimentado: entregarse a la vida sin un juicio. Kafka dice que le gusta la idea de que las experiencias por las que atraviesa el protagonista de la novela no lo llevan a cambiar o madurar. Al considerar las dificultades y obstáculos que debe sortear el héroe de una novela como un camino de superación, Kafka tendría que aceptar su destino como algo positivo y formador en su vida. Por el contrario, prefiere pensar que las cosas pasan, no para nuestro bien, sino por mera casualidad. En definitiva, el miedo más grande de Kafka es a sí mismo.

Finalmente, en estos capítulos Murakami aborda varios tabúes, algunos vinculados a la sexualidad y otros referidos a la crueldad animal, particularmente a la crueldad para con animales domésticos. Por una parte, Setsuko menciona cómo la sexualidad y la menstruación son temas que la avergüenzan y que, cuando expuestos, la conducen a actuar con violencia. Kafka, por su parte, vive una experiencia sexual con Setsuko que sugiere algo muy semejante al incesto. Las relaciones incestuosas, que acá apenas aparecen insinuadas, luego serán centrales para Kafka, cuyo destino edípico será imposible de sortear. Por otra parte, Murakami utiliza la voz de la gata Mimi para referirse a todos los maltratos a los que han estado sujetos los gatos en distintos momentos de la historia. Murakami ha expresado varias veces cuánto le gustan los gatos, y estos suelen aparecer en sus novelas de uno u otro modo. Al lector le conmueve la conciencia de Mimi sobre la vulnerabilidad de los gatos, sujetos al antojo de los seres humanos. En los capítulos que siguen, el maltrato de los animales se va a desarrollar en tanto detalle que puede llegar a ser perturbador para el lector.