Kafka en la orilla

Kafka en la orilla Metáforas y Símiles

"Tu corazón es como un gran río crecido tras un largo periodo de lluvias" (Símil) (p.19)

Con este símil, Cuervo describe la turbulencia emocional que está experimentando Kafka. Como se siente tan abrumado por la profecía de su padre, no tiene una clara dirección. El río crecido tapa todos los postes indicadores en el camino, y Kafka se encuentra solo en el mundo.

"Las agujas del reloj sepultado dentro del alma de la señora Saeki se detuvieron justo alrededor de aquel punto" (Metáfora) (p.252)

Oshima le cuenta a Kafka la historia de la señora Saeki. Cuando murió su novio, el tiempo en la vida de Saeki se detuvo. La metáfora expresa el modo en que la experiencia subjetiva de Saeki en relación con el tiempo se ve transformada por el trauma de perder a su novio.

"Pero su voz va lavando la mente con suavidad como la lluvia de primavera humedece las piedras planas de un camino en un jardín" (Símil) (p.350)

Con este símil, Kafka describe el efecto que tiene la voz de la señora Saeki cantando "Kafka en la orilla". Cada vez que escucha la canción, Kafka siente que le hablan a él, y por eso encuentra alivio como la lluvia de primavera. La imagen remite a un paisaje placentero y sereno. La música se convierte en un refugio para él.

"... habéis lanzado una piedra a una diana que está muy lejos" (Metáfora) (p.447)

Esto lo dice la señora Saeki cuando Kafka comparte con ella su hipótesis sobre la identidad de su madre. La señora Saeki nunca confirma si es o no la madre de Kafka, pero sí le dice a Kafka que si hipótesis es arriesgada.

"... esta pregunta ha abrasado como un hierro candente mi corazón" (Metáfora y símil) (p.607)

En este punto de la novela, Kafka está lidiando de manera más directa con el trauma del abandono. Algo que le marcó mucho en su vida es la pregunta de por qué su madre no lo quiso. Con esta metáfora, Kafka expresa qué tan doloroso ha sido para él hacerse esa pregunta toda su vida.