Divina Comedia: Paraíso

Divina Comedia: Paraíso Elementos Literarios

Altavoz o Narrador, y Punto de Vista

El poeta emplea, generalmente, la primera persona, aunque en ocasiones utiliza la segunda, cuando se dirige al lector.

Forma y Medidor

Terceto encadenado.

Metáforas y Símiles

"y como aquella flecha que el blanco
golpea mientras vibra aún la cuerda
así corrimos al segundo reino"
(V, vv. 91-93)

Dante utiliza este símil para describir la gran velocidad a la que ascienden él y Beatrice al cielo de Mercurio ("segundo reino"), comparándola con la velocidad de una flecha que alcanza el blanco antes de que la cuerda del arco termine de vibrar. A diferencia de los viajes a través del 'Infierno' y del 'Purgatorio', en los que se destaca la dificultad que ofrece el camino, el viaje a través del Paraíso se presenta como placentero y fácil, coincidiendo con el cambio tonal y temático de este cántico centrado en la alegría, la caridad y el amor, en lugar del castigo.

Aliteración y Asonancia

"(...) se alejó / como por agua opaca algo pesado" (III, vv. 122-123)

La aliteración describe y llama la atención sobre el movimiento con el cual Piccarda se aleja luego de haber hablado con Dante. Además, la comparación contrasta con el símil con el que el poeta describe, al comienzo del canto, cómo ve su rostro cuando ella se aproxima a él: "Como por vidrio transparente y terso, / o bien por agua nítida y tranquila, / no tan profunda que se pierde el fondo (...)" (III, vv. 10-12).

Irony

"(...) para que veas con cuanta razón
se mueve contra el signo sacrosanto
quien se apropia de él o a él se opone"
(VI, vv. 31-33)

Justino advierte sobre la gravedad de los actos que atentan contra el Imperio romano. "Con cuanta razón se mueve" acá es irónico, puesto que la demostración que el emperador desarrolla se orienta a mostrar lo contrario.

Genero

Poema narrativo.

Ajuste

Paraíso. Miércoles posterior a Pascua del año 1300.

Tone

Formal, solemne.

Protagonista y Antagonista

El protagonista es Dante. Funciona como antagonista la vida carente de virtud.

Conflicto Principal

El conflicto principal es el afán de Dante por comprender las realidades divinas, que la mente humana solo puede vislumbrar parcialmente.

Climax

El clímax tiene lugar en el canto final, cuando Dante, en una visión mística, contempla a Dios y comprende misterios inaccesibles para el intelecto humano.

Presagio

"Como partió Hipólito de Atenas
por la madrastra despiadada y pérfida,
así deberás irte de Florencia."
(XVII, vv. 46-48)

Cacciaguida presagia a Dante, de manera explícita, que será expulsado de su ciudad natal, Florencia. La comparación con Hipólito, hijo del rey Teseo, acusado injustamente por su madrastra, Fedra, eleva la dignidad del protagonista y le otorga al acontecimiento una dimensión épica.

Atenuación

N/A

Alusiones

En el poema abundan las alusiones bíblicas. Por ejemplo, las palabras con las que Beatrice se dirige a los salvados en la apertura del canto XXIV ("Oh, invitados elegidos a la cena del bendito Cordero") remiten al libro del 'Apocalipsis': "Después el Ángel me dijo: «Escribe esto: Felices los que han sido invitados al banquete de bodas del Cordero» (...)" (19, 9).

Metonimia y Sinecdoque

"(...) así volvió él a hablar: «Hasta este reino
nunca subió quien no creyera en Cristo
ni después ni antes que se clave al leño. (...)»"
(XIX, vv. 103-105)

El águila se refiere a cruz donde murió Cristo mediante una sinécdoque ("leño"). Sus palabras significan que solo los que creyeron en Cristo (antes y después de su muerte: los judíos que lo esperaron como mesías y los cristianos) accedieron al Paraíso (“este reino”).

Personificación

En el canto XI, donde se narra la vida de san Francisco, la pobreza está personificada como una mujer, a quien el santo amó y con quien se casó.

Hyperbole

"Ningún hijo en la Iglesia militante/ hay con más esperanza (...)." (XXV, vv. 52-53). En el canto dedicado al examen de Dante acerca de la esperanza, Beatriz afirma, de manera hiperbólica, que no existe entre los cristianos alguien con más esperanza que él.

Onomatopoeia

"Como el reloj, entonces, que nos llama
en la hora en que la esposa de Dios surge
cantando al novio para que la ame,

en que una parte tira y otra empuja
tin tin sonando con tan dulce nota
que el alma bien dispuesta de amor llena

así vi yo que esta gloriosa rueda
giraba y devolvía voz a voz
de armonía y dulzura inconocibles
si no es allí donde el placer se ensiempra"
(X, vv. 1139-147)

La onomatopeya "tin tin" reproduce el sonido del reloj que este pasaje se evoca. Acá se compara la dulzura del tintineo que llama a los monjes a rezar a primera hora de la mañana con el canto de las almas, cuya dulzura y armonía solo puede conocerse en el Paraíso ("allí donde el placer se ensiempra").