Poemas de Mario Bendetti Elementos Literarios

Hay poemas en primera persona del singular, otros en primera del plural, y algunos en segunda o tercera persona del singular.

En general, predominan las estrofas y los versos irregulares, y la rima libre.

En los poemas en los que reflexiona sobre la literatura, Benedetti postula que el lenguaje debe ser simple y estar al alcance de la mano de cualquiera. Discute contra la idea de que la palabra es un elemento abstracto y noble que solo los elegidos pueden alcanzar. Por el contrario, asevera que el lenguaje debe ser una herramienta que sirva a los hombres comunes y corrientes. En "Semántica", el yo lírico se dirige en segunda persona a la palabra y, a través de la siguiente metáfora, en tono amenazante, le advierte que pronto será convertida en un serrucho: "ya verás/ qué lindo serrucho haremos contigo" (p. 97).

Por otra parte, en sus poemas sobre la oficina, Benedetti describe la existencia del oficinista como un acto automático, que se repite día tras día, sin sentido y sin placer. En "Sueldo", a través del siguiente símil, compara el transcurrir de la vida del oficinista con un aceite rancio que no para de gotear:

(...) aquella esperanza que cabía en un dedal
evidentemente no cabe en este sobre
con sucios papeles de tantas manos sucias
que me pagan, es lógico, en cada veintinueve
por tener los libros rubricados al día
y dejar que la vida transcurra,
gotee simplemente como
un aceite rancio.
("Sueldo", p. 42)

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En la primera parte del poema "El verbo", el yo lírico habla del tiempo en el que la palabra era un bien valioso que solo algunos pocos, como él, podían manipular. Se vanagloria de haber vivido en esa época gloriosa en la que el ignorante pueblo no entendía absolutamente nada de lo que él y otros poetas decían.
Sin embargo, en la segunda parte del poema, el yo lírico cambia radicalmente el tono y afirma que, en el futuro, la palabra será del pueblo, y, gracias a su conciencia revolucionaria, este logrará utilizarla en pos del bien común. Este cambio de perspectiva devela que, en la primera parte, el yo lírico estaba siendo irónico.

Poesía.

Muchos de los poemas de Benedetti están situados en Montevideo. Su obra 'Poemas de la oficina', tal como lo indica el título, versa sobre la vida en la oficina.

Humorístico, nostálgico, existencialista y denunciatario.

El protagonista es el yo lírico. No hay un antagonista, aunque en los poemas políticos podría considerarse que las fuerzas represivas de los Estados ocupan ese lugar.

No hay un conflicto único que atraviese la poesía de Benedetti, pero podría afirmarse que la alienación del sujeto en la vida moderna es el conflicto que aparece con mayor recurrencia.

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En la obra de Benedetti hay alusiones literarias e históricas. Entre las literarias cabe destacar el título del poema "Soledades", que alude a la primera obra poética de Antonio Machado, llamada del mismo modo. Entre las históricas, cabe destacar el poema "Muerte de Soledad Barrett", en el que Benedetti poetiza sobre la vida y el asesinato de la joven militante comunista Soledad Barrett.

Las metonimias y las sinécdoques son utilizadas frecuentemente por Benedetti para descolocar al lector, generar un efecto sorpresivo y expandir sutilmente la connotación de sus versos. He aquí un ejemplo de metonimia:

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.
("Amor, de tarde", p. 46)

A través de la metonimia que aparece en el último verso, el yo lírico da a entender que, cuando se dobla los dedos, les "saca las mentiras" que estuvo escribiendo durante su labor en la oficina.

Y he aquí un ejemplo de sinécdoque:

En el después será el verbo
y el verbo tampoco será dios
tan sólo el grito de varios millones de gargantas.
("El verbo", p. 103)

En el último verso, el yo lírico menciona a las personas por una parte de ellas: sus gargantas. Así, hace foco en la voz popular que emanará de la gente cuando el verbo finalmente le pertenezca.

En varios poemas, Benedetti se refiere a la palabra o al lenguaje como si fuera un ser vivo. He aquí un ejemplo tomado del poema "El verbo".

(...) eran las palabras
frágiles transparentes y putas
cada una venía con su estuche
con su legado de desidia
era posible mirarlas al trasluz
o volverlas cabeza abajo
interrogarlas en calma o en francés
ellas respondían con guiños cómplices y corruptos.
(pp. 102-103)

A través del uso de la hipérbole, Benedetti genera un efecto cómico dentro de situaciones dramáticas. Por ejemplo, en "Licencia", el oficinista asevera que en cuatro gigantescas olas podrá hallar la vida que se le escapa durante el año laboral:

Debo apurarme porque hay tantas cosas
recuperar el mar
eso primero
recuperar el mar desde una altura
y hallar toda la vida en cuatro olas
gigantescas y tristes como sueños.
("Licencia", p. 47)

Esa exageración desmedida del oficinista es una hipérbole.

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