Otelo

Otelo Imágenes

Diablos

En torno a la figura de Yago aparecen en la obra imágenes diabólicas que insinúan su rol como agente del mal. Por ejemplo, en la primera escena Yago incita a Rodrigo a despertar a Brabancio para “[infestarlo] de moscas”, bichos que se relacionan con Belcebú –el Señor de las moscas–, otra forma de llamar al diablo.

Animales

Las imágenes de animales en Otelo tienen connotaciones negativas, en su vinculación con lo inmoral, con los actos obscenos y lujuriosos, y con lo que genera repulsión o rechazo. Yago hace uso del imaginario animal para insinuar el vínculo sexual entre Casio y Desdémona, mientras que Otelo asocia lo animal con quienes son vistos como bárbaros, como los turcos.

Elementos naturales

En contraste con Yago, Otelo aparece caracterizado en relación con elementos de la naturaleza, que en la obra se relacionan con las esferas superiores del cosmos, como el cielo, el mar o el viento. Por eso, la tormenta presagia su perdición, y luego del asesinato sostiene que debería producirse una alteración en el cielo, como un eclipse de sol y de luna o una ruptura en la Tierra (V.2. 99-101).

Blanco y negro

Una de las formas en que se presenta el motivo de la luz vs. la oscuridad y el tema de la etnia en Otelo es a través del contraste entre los colores blanco y negro. Muchas veces se hace referencia al color de piel de Otelo como un atributo negativo que el moro, con su comportamiento, sabe contrarrestar. El personaje de Desdémona, por su parte, evidencia una correspondencia absoluta entre su tez blanca y su actitud bondadosa. Es evidente que estos colores ponen de manifiesto los prejuicios que, incluso al día de hoy, asocian lo blanco con el bien y lo negro con el mal. Es en este sentido discriminatorio que el Duque de Venecia sostenga que Otelo es “más bello que negro” (I.3. 287), queriendo decir que con su virtud logra aplacar el mal que ha heredado por su pertenencia étnica.