Fuenteovejuna

Fuenteovejuna Resumen y Análisis Acto III (Segunda parte)

Resumen

La escena cambia bruscamente y se traslada al Palacio de los Reyes Católicos. Manrique le dice al rey que Ciudad Real ya fue reconquistada. Luego llega Flores ante el rey para comunicarle que los villanos de Fuenteovejuna mataron a su señor. Les dice que sus súbditos se rebelaron con escasa justificación, acusándolo de tirano. Les dice que cuando el Comendador, como caballero, ofreció pagar sus deudas, no lo escucharon y acometieron contra él con crueldad. Luego lo arrojaron por la ventana, y abajo lo recibieron las mujeres con lanzas. Después le arrancaron la barba y el cabello y lo descuartizaron. Flores agrega que los villanos han cambiado los emblemas del Comendador por los emblemas reales y se han repartido sus bienes. Finalmente, le pide que castigue a los “bárbaros delincuentes”. Entonces el rey envía a un juez para que investigue y castigue a los culpables, para dar así el ejemplo.

En la plaza de Fuenteovejuna, los labradores han expuesto una imitación de la cabeza del Comendador clavada en una lanza. Allí, Frondoso, Barrildo y Mengo cantan coplas dedicadas a los reyes Isabel y Fernando. Luego, Juan Rojo cambia el escudo de la Orden de Calatrava por el de los Reyes Católicos. El Alcalde, Esteban, propone que cuando se interrogue al pueblo para encontrar a un culpable de la muerte del Comendador, todos digan que el culpable es “Fuenteovejuna”. Entonces ensaya con Mengo un interrogatorio en donde lo torturan para sacarle información y él responde exclusivamente que el responsable es “Fuenteovejuna”. A continuación se anuncia la llegada de un juez y de un capitán.

En otro lugar, un soldado informa al Maestre de Calatrava que los habitantes de Fuenteovejuna han matado al Comendador. El maestre quiere destruir todo el pueblo, pero el soldado le sugiere actuar con precaución. La acción se traslada nuevamente a la villa. Laurencia teme por el daño que podría sufrir Frondoso. Este llega y ella le dice que huya, pero Frondoso se niega. Luego, oyen que el juez tortura a un anciano, a Esteban, a un niño, a Pascuala y a Mengo, y no consigue sacarles más respuesta que la acordada. El juez se rinde. Entonces el pueblo festeja y le dan vino a Mengo para felicitarlo por su valor.

La acción se traslada nuevamente al palacio real. Frente a los reyes se presenta el Maestre y les pide perdón. Les dice que ha sido mal aconsejado por Fernán Gómez y se ofrece a estar al servicio de ellos. Los reyes lo perdonan. Luego se presenta el juez que vuelve de Fuenteovejena y les dice que ha cumplido su tarea con rigor y que todos han atribuido la culpa a Fuenteovejuna, incluso los niños. Agrega que deberán perdonarlos o matar a todo el pueblo, y que los aldeanos se han presentado para confirmar el hecho.

Los reyes los reciben y Esteban, Frondoso y Mengo explican los motivos por los cuales Fuenteovejuna mató al Comendador. Esteban les dice después que quieren que ellos sean sus señores. Finalmente, el rey condena el acto, pero los perdona por falta de pruebas que identifiquen a los responsables.

Análisis

Lope ha dejado fuera de escena el momento de la muerte del Comendador. En el momento en }que la violencia llega a su punto más alto, la escena se traslada al palacio real. Allí, Manrique explica que Ciudad Real fue reconquistada. Flores se presenta entonces ante el rey y trae la noticia de la muerte del Comendador, pero relata una versión tergiversada de los hechos. Astutamente señala la alevosía de los actos de los aldeanos, llamándolos “aleves”: “Muerto Fernán Gómez queda / por sus súbditos aleves” (vv 1966-1967). Refiriéndose al pueblo, en su relato también habla de su “pecho inclemente” (v 1963). Luego dice que los villanos “con leve causa se atreven” (v 1969) y hace parecer que el título de tirano que le atribuyen al Comendador es una opinión antojadiza de los aldeanos para cometer un acto “fiero”, es decir, feroz: “Con título de tirano, / que le acumula la plebe, / a la fuerza desta voz / el hecho fiero acometen.” (vv 1970-1973).

Además, el sirviente llama “caballero” al Comendador: “no atendiendo a que se ofrece / por la fe de caballero / a que pagará a quien debe, / no sólo no le escucharon, / pero con furia impaciente / rompen el cruzado pecho.” (vv 1975-1980). El pecho “cruzado” señala también su condición de noble, pues se refiere a la insignia que tenía por ser miembro de la Orden de Calatrava. De esta manera, el discurso de Flores tergiversa los hechos y logra convencer al rey de la atrocidad de la conducta de los aldeanos.

Es de notar que, en su relato, Flores dice que los aldeanos: "Sus armas borran con picas / y a voces dicen que quieren / tus reales armas fijar, / porque aquéllas les ofenden." (vv 1994-1997). Las "armas" son los escudos y emblemas. De manera que esto quiere decir que han sacado los emblemas del Comendador y los han sustituido por los de los Reyes Católicos. Con esto queda claro que los aldeanos quieren subordinarse directamente a la autoridad de los reyes, a quienes consideran más justos y más dignos de ejercer el gobierno.

Además, Flores también da detalles de lo que hicieron con el cuerpo inerte del Comendador. De esta manera, queda claro que se ha dejado fuera de escena otro momento altamente violento, pero la descripción de Flores contribuye a aumentar el horror del relato presentado a los reyes. En primer lugar, dice, le arrancaron las barbas, lo cual era considerado una grave deshonra. Luego, Flores agrega que las orejas son las partes más grandes que quedan de su cuerpo: “que las mayores tajadas / las orejas a ser vienen” (vv 1992-1993). Con esto se entiende que lo han descuartizado, lo que subraya la bestialidad del acto cometido por el pueblo. Persuadido por estas palabras, el rey califica el acto como un “atrevimiento” (v 2026) y, por eso, considera que los responsables merecen un castigo.

Sin embargo, los aldeanos no son “bestias”, como pretende retratarlos Flores. Por el contrario, como está demostrado, lo que los mueve es la restitución del orden social. Es por eso que, aún siendo torturados, dejan de lado las ventajas personales en pos del beneficio comunitario. Así cumplen con el pacto de señalar como responsable de la muerte del Comendador a todo la comunidad de Fuenteovejuna.

El momento de las torturas también queda hábilmente fuera de la vista del espectador, que solo oye las voces del juez y de los torturados, mientras que la escena muestra a Laurencia y a Frondoso oyendo y comentando lo que sucede. Por otra parte, el dramaturgo incorpora un comentario gracioso en el momento de mayor tensión dramática para suavizar el efecto de horror de la escena: "Juez: ¿Quién le mató? Mengo: Señor, Fuenteovejunica. Juez: ¿Hay tan gran bellaquería? / Del dolor se están burlando." (vv 251-254).

El Maestre, por su parte, igual que los habitantes de Fuenteovejuna, deja de lado su interés personal, soslayando el instinto inmediato que le surge después de enterarse de la muerte del Comendador, que consiste en destruir a todo el pueblo. En cambio, decide someter el caso a la autoridad y juicio de los reyes. Esto también demuestra que él sabe escuchar el consejo de un súbdito, a diferencia del Comendador. Luego, frente a los reyes, recupera su honor de caballero: “Con vergüenza voy, mas es / honor quien puede obligarme, / y importa no descuidarme / en tan honrado interés.” (vv 2159-2162). Finalmente, pide dos veces “humilde perdón” (vv 2316 y 2324).

Para establecer un nuevo pacto social, el Maestre deja de lado su interés personal en favor de la comunidad, tal como lo explica ante el rey, y vuelve a adquirir la condición de caballero que le otorgan las “cruces rojas” : “El consejo de Fernando / y el interés me engañó / —injusto fiel— (…)” (vv 2321-2323), “plantaré mis cruces rojas / sobre sus altas almenas.” (vv 2335-2336).

Finalmente, ante el rey, Mengo llama “Nerón” al Comendador (v 2425) para destacar su cualidad de tirano, pues el emperador romano Nerón (siglo I d. C.) es el tirano por antonomasia. Al final, está claro que Fuenteovejuna no desea rebelarse contra la autoridad, sino que quiere someterse a la autoridad de los reyes, que son señores realmente, a diferencia del Comendador, que es un tirano y un traidor.

La traición del Comendador hacia los Reyes Católicos y su tiranía hacia los labradores justifican su muerte. Así, en oposición al desorden que él ha causado a las normas sociales, los Reyes Católicos serán los que promuevan el nuevo orden.

Las palabras finales de Frondoso están dirigidas directamente al espectador, llamado “senado”: “Y aquí, discreto senado, / Fuenteovejuna da fin.” (vv 2455-2456). Este era un recurso habitual de las obras teatrales, las cuales terminaban apelando al público y mencionando el título de la obra.

Sobre la versificación

Finalmente, detallamos a continuación el sistema métrico que encontramos en esta parte de la obra. Además de las formas que ya aparecieron anteriormente a lo largo de la obra, encontramos aquí el soneto. Se trata de una estrofa compuesta por catorce versos de once sílabas cada uno, agrupados en dos estrofas de cuatro versos (cuartetos) y dos estrofas de tres versos (tercetos). La rima de la composición sigue la estructura abba-abba-cdc-dcd.

1922-1949: redondillas;

1950-2029: romance é-e;

2030-2160: redondillas con estribillo;

2161-2174: soneto;

2175-2456: redondillas.