El nadador

El nadador Resumen y Análisis Parte 5

Resumen

Se hizo de noche. Neddy mira las estrellas, reconoce constelaciones que no son visibles en verano, y se echa a llorar. Es la primera vez en su vida adulta que llora, y la primera que se siente tan desdichado, cansado y desconcertado. Siente que necesita una bebida, y aunque sabe que podría simplemente caminar a su casa, se dirige a la piscina Gilmartin. Incapaz de zambullirse, baja cojeando los peldaños hacia el agua. Luego pasa por la piscina de los Clydes, donde chapotea de un extremo al otro, aferrándose al borde varias veces para descansar. Ha cumplido su propósito, pero está tan aturdido por el agotamiento que no ve con claridad su triunfo. Finalmente, sube el sendero de su propia casa.

El lugar está oscuro y no hay nadie. Neddy se pregunta si Lucinda se quedó a cenar en casa de los Westerhazy, y si sus hijas se unieron a ella o están en otro lado. Las puertas del garaje están cerradas con llave y los picaportes desprenden óxido. La tormenta desprendió uno de los caños de desagüe. La casa también está cerrada con llave. Al principio, Neddy culpa a la cocinera o la criada, pero entonces recuerda que hace un tiempo que no emplean a nadie. Grita y trata de entrar a la fuerza. Luego mira por la ventana y ve que el lugar está vacío.

Análisis

El final del cuento cierra todo un ciclo en varios niveles: Neddy ha finalizado su viaje, pero también terminó el verano, se hizo de noche y hace frío. Pasó de sentirse extasiado por el hermoso día soleado con el que comenzaba el relato a encontrarse confundido y agotado. Esa articulación le da al cuento un gran valor simbólico.

El momento final y desgarrador de la historia es lo suficientemente ambiguo como para abrir varias interpretaciones. Por un lado, podemos leer el texto como un relato fantástico, oscuro y surrealista, en el que el viaje que el protagonista cree que dura solo unas horas atraviesa en realidad años de decadencia social y financiera. Esta versión mítica de la historia expone una mirada pesimista sobre la vida suburbana de la clase privilegiada de Nueva York, a la vez que reflexiona sobre el paso del tiempo.

Por otro lado, una lectura realista puede interpretar que Neddy simplemente está sufriendo una pérdida de memoria y una confusión generalizada como consecuencia de su consumo problemático de alcohol. No es fácil olvidar que la historia empieza con una resaca y que el narrador enumera las copas que va consumiendo Neddy en su trayecto; el alcohol se erige como un motivo central en el relato. Si consideramos además que buena parte del relato está narrado desde el punto de vista del protagonista, y que cuando el narrador nos ofrece una mirada externa vemos a Ned como un loco semidesnudo parado ante la carretera, podríamos asumir que lo que leímos es, en gran medida, la versión alucinada de un alcohólico que recorre el suburbio donde vive, y que se quedará dormido en la puerta de su casa para despertarse, el lunes por la mañana, con una nueva resaca.

La maestría de Cheever logra que estas dos interpretaciones coexistan en "El nadador" sin resolución; el cuento funciona en ambos niveles y nos invita así a reflexionar tanto sobre la problemática del alcoholismo y las peculiaridades de la vida acomodada de los suburbios neoyorkinos como sobre el paso del tiempo y la decadencia, temas estos últimos que interpelan, directamente, a todos los lectores.