Divinas palabras

Divinas palabras Metáforas y Símiles

"¡Una vaca como una reina!" (Mari-Gaila, Jornada primera, Escena cuarta, p. 37) (Símil)

Este símil pronunciado por Mari-Gaila refiere a una vaca pintada que pertenece al Alcalde Pedáneo. Esta vaca, según cuenta él, estuvo a punto de morir por beber aguas contaminadas, pero él hizo grandes esfuerzos por salvarla, ya que es una vaca especial. Lo interesante de este símil es que, dentro de la pobreza y el paisaje espantoso en el que viven los personajes, una vaca, simplemente por estar pintada, es comparada con una reina.

"Estos son más ciegos que los que andamos a las oscuras" (El Ciego de Gondar, Jornada segunda, escena segunda, p. 59) (Símil)

El Ciego de Gondar compara la ceguera de los guardias que buscan a El Conde Polaco con la que aqueja literalmente a los ciegos como él. El Ciego de Gondar tiene razón: el Conde Polaco está frente a la guardia cuando pasan preguntando por él, y son incapaces de darse cuenta que él es el Peregrino.

"Y tú, tan nueva, ¿qué harás en este valle de lágrimas?" (Pedro Gailo, Jornada segunda, Escena sexta, p. 77) (Metáfora)

Poseído por los celos y la ira, Pedro Gailo le dice a Simoniña que asesinará a Mari-Gaila, y se pregunta qué será de su hija cuando se quede sin madre. Lo interesante aquí es que Pedro Gailo utiliza "divinas palabras", y con solemnidad llama metafóricamente "valle de lágrimas" al mundo pecaminoso y vulgar en el que viven. La oposición entre solemnidad y vulgaridad, como en toda la obra, busca generar un efecto absurdo, cómico.

"Juntos como dos enamorados quedan en la plaza viendo los castillos de fuego" (La Tatula, Jornada egunda, Escena séptima, p. 83) (Símil)

A través de este símil, Valle-Inclán busca generar un efecto cómico contrastando la lujuria que une a Mari-Gaila y Séptimo Miau con la simple inocencia de una pareja de enamorados que ve los castillos de fuego en la plaza. Armar como espectáculo familiar pequeños castillos de los que salen fuegos artificiales era (y sigue siendo) una costumbre española que, incluso, se reproduce aún hoy en otros países latinoamericanos, como Ecuador o Colombia.

"¡Sois piedras cuando os echáis a dormir!" (Mari-Gaila, Jornada segunda, escena novena, p. 95) (Metáfora)

Tras estar mendigando en las ferias y vivir su amorío con Séptimo Miau, Mari-Gaila vuelve a su casa a la madrugada y, como tardan en abrirle la puerta, compara metafóricamente a Pedro Gailo y Simoniña con piedras. Pedro Gailo le responde con un símil: "¡A los cuerpos cansados de trabajar, no ha de pedírseles que duerman con un ojo abierto como las liebres!" (p. 95). Lo divertido de esta metáfora es que la mujer, con total descaro, se enoja muchísimo porque tardan en abrirle mientras que ella se ausentó de su casa durante días, y él, que en realidad se durmió tarde porque se quedó emborrachándose, se identifica con una persona agotada de tanto trabajar.