Chac Mool

Chac Mool Guía de Estudio

Carlos Fuentes publica “Chac Mool” en su primer libro de cuentos, Los días enmascarados, en 1954, por la editorial mexicana Los Presentes. Es considerado uno de los más logrados cuentos del escritor, quien también lo destacó como el mejor de los seis relatos fantásticos del volumen. Más adelante, “Chac Mool” es incluido en las colecciones del autor Cuerpos y ofrendas (1972) y en Chac Mool y otros cuentos (1973).

Es importante tener en cuenta las reflexiones sobre lo mexicano y la mexicanidad que hacen al contexto de publicación del cuento de Fuentes. Los estudios filosóficos de Ezequiel A. Chávez, la obra de Samuel Ramos (El perfil del hombre y la cultura en México, 1934) y, más adelante, el reconocido ensayo de Octavio Paz, El laberinto de la soledad (1950), fomentaron la discusión acerca de qué es ser mexicano, cómo se relaciona la espiritualidad religiosa con las costumbres y los ritos de la sociedad mexicana y cómo los procesos históricos de la conquista y la revolución incidieron en la mentalidad y la idiosincrasia mexicana. Estas reflexiones fueron luego continuadas por el grupo Hiperión, que organizaron encuentros sobre estos temas entre 1949 y 1952, y publicaron sus trabajos en la revista Filosofía y Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en la colección de libros México y lo mexicano, publicados entre 1952 y 1955.

El cuento de Fuentes se inscribe en este marco de reflexiones porque ofrece una mirada sobre el vínculo del mexicano contemporáneo con el pasado prehispánico, que se encarna simbólicamente a través de la figura enigmática de Chac Mool, una estatua que representa una figura humana reclinada, con las piernas recogidas y la cabeza girada hacia un costado, y un recipiente circular o cuadrado en el medio del vientre. El origen y la función del Chac Mool en el pasado precolombino no está del todo esclarecida. El viajero británico Auguste Le Plongeon encontró una de estas estatuas en sus excavaciones en Chichén Itzá a finales de 1874. Le puso el nombre “Chac Mool”, que significa en maya “jaguar rojo”, asociando la figura con ofrendas y sacrificios de guerra. Nuevos descubrimientos en distintas regiones de México y países centroamericanos llevaron a otras conjeturas: la vasija sobre el vientre pudo haber sido utilizada para contener alimentos, maderas, flores o corazones humanos. Entre los mexicas, se utilizaba como portador de las ofrendas para Tláloc, el dios de la lluvia. “Chaac” es también el dios de la lluvia para los mayas, asociación que el cuento de Fuentes aprovecha para la construcción literaria de esta estatua como un hombre-deidad que cobra vida por influjo del agua.

En Los nuestros, de Luis Harrs, se recupera que Carlos Fuentes se inspiró en una excursión por Europa de la estatua para una exposición de arte mexicano, que se creía desencadenó tormentas en alta mar y lluvias por todo el continente en 1952. Varios campesinos, cuenta Fuentes, enviaron monedas para depositar en el vientre del “Chac Mool”, consiguiendo así que lloviera en valles que sufrían grandes sequías. Por eso el cuento de Fuentes hace honor a este “dios de la lluvia del panteón azteca, cuyos poderes no parecen haber disminuido con la civilización moderna” (Harss 1966, p.349).