Casa de muñecas

Casa de muñecas Lista de Personajes

Nora Helmer

Es la protagonista de la obra. Es una mujer joven, casada hace ocho años con Torvaldo Helmer, y es madre de tres hijos. Se presenta como una mujer alegre, enérgica, amable, respetuosa. Es el personaje que presenta una transformación sustancial en la obra.

Hija de una madre ausente, se crió con Ana María, niñera, y con su padre, ahora fallecido. Nora pasó de vivir según la voluntad de su padre a hacerlo según la de su marido. Ella es hábil para mantener apariencias y nadie sospecha que esconde un secreto: es la responsable de salvar la vida de su marido sin que él lo sepa. El secreto hace que el personaje de Nora tenga más de una faceta. Por un lado, es la Nora que su marido cree: una ingenua pero dulce y bella mujer, casi infantil, que es feliz con lo que tiene y lo expresa cantando y bailando. Torvaldo se dirige a ella como su “alondra”, “niña”,”muñeca”. Esta sería la faceta más “pasiva” de Nora, con una actitud de mansedumbre ante su marido. La otra faceta de Nora es, por el contrario, completamente activa. Nora es también una mujer que toma decisiones y a la que no le importa cometer un acto ilegal o mal visto siempre y cuando el motivo sea el amor. En el acto de contraer un préstamo falsificando una firma, el móvil de su acción es el amor por su marido. Al romper con la tradición y las normas abandonando su casa, el móvil de Nora también es el amor, pero esta vez por sí misma y por la libertad y el deseo de cambio social.

En la obra, Nora representa al individuo que enfrenta las normas injustas de la sociedad. Ella es víctima de las condiciones de vida social impuestas y, por lo tanto, trata de modificarlas. Los conflictos de Nora se relacionan con su voluntad de ayudar a su marido, que choca contra las limitaciones que impone la sociedad al desempeño de la mujer. Al final, ella exige como condición para regresar a su casa ciertas condiciones de igualdad y respeto que permitan consolidar “un verdadero matrimonio”. Por lo tanto, la exigencia no es solo a su marido, sino a la sociedad toda.

Torvaldo Helmer

Marido de Nora y padre de tres hijos. Abogado. Recientemente nombrado Director del Banco de Acciones. Este personaje encarna la figura de autoridad dentro de la casa. Al principio, aparece como un hombre que cuida meticulosamente su honor y el de su familia. Se exhibe severo pero amable; parece gobernarlo un espíritu protector. Procura conservar las apariencias ante todo. La opinión de los demás le es fundamental para realizarse dentro de la sociedad. Suele repetir la importancia de los valores morales, como la honestidad, la pulcritud y la independencia económica. Sostiene que “en el hogar fundado sobre préstamos y deudas se respira una atmósfera de esclavitud”.

No sospecha lo que su esposa ha hecho para que él se curara de su enfermedad. Le reprocha a Nora que despilfarre dinero, como un “estornino”, aunque ese defecto de ella le divierte en tanto la convierte en una "verdadera mujer". Ignora la faceta oculta de su esposa, a la que solo ve como una muñeca frágil y delicada, una encantadora “alondra” a la que debe cuidar. Incluso controla lo que ella come, privándola de golosinas, como a una niña. Le enorgullece mostrarla en las reuniones con amigos y saberla “suya”. También disfruta de “perdonarla” y sentir así que es, además de su mujer, su “hija”.

En el momento clave del conflicto, deja en evidencia que para él es más importante conservar las apariencias y el propio honor frente a la sociedad, que el amor y el respeto por su pareja. Se muestra profundamente egoísta y trata a su esposa como a una criminal. Sólo modifica su actitud cuando se entera que su reputación no corre peligro. Y entonces vuelve a tratar a su esposa como si nada hubiera sucedido, desacreditando incluso la valentía de ella.

En la obra, Torvaldo representa a la sociedad hipócrita y conservadora que atenta contra la libertad espiritual del individuo y frente a cuyas normas se rebela Nora.

Krogstad

Es un empleado subordinado a Torvaldo en el banco. Procurador. Padre soltero. Es quien prestó el dinero a Nora para el tratamiento de Torvaldo. Desea prosperar y contar con el respeto de los demás. Se desespera cuando Torvaldo descubre desprolijidades en su desempeño (falsificación de firmas) y decide despedirlo. Extorsiona a Nora: le pide que intervenga para que Torvaldo le dé un empleo importante, o él contará todo y arruinará la reputación de los Helmer.

En el pasado, mantuvo una relación con Cristina Linde. Ella lo dejó porque tenía que cuidar a su familia y necesitaba casarse con alguien que tuviera dinero. Krogstad, desde entonces, quedó “sin tierra firme”, como un “náufrago agarrado a una tabla”. Cristina le confiesa que volvió a la ciudad en busca de él, y le propone que sean “dos náufragos” unidos en “una misma tabla”. Krogstad, que nunca dejó de amarla, acepta entusiasmado. Al sentir felicidad, deja de extorsionar a Nora. Le envía los recibos para que ella pueda hacerlos desaparecer.

Krogstad es un personaje secundario aunque fundamental para la trama. Sus acciones son determinantes para el conflicto y el desenlace de la obra.

Cristina Linde

Amiga de la infancia de Nora. Viuda, busca un empleo. Llega a la ciudad después de muchos años, los mismos que Nora lleva casada. Helmer la contrata en el banco. Le dan el puesto de Krogstad, que es echado.

Años atrás tuvo un amor con Krogstad, pero lo dejó para casarse con otro hombre porque necesitaba de su dinero para cuidar a su madre enferma y a sus hermanos. En el momento de la obra dice sentirse sola, vacía y querer servir a alguien, tener a quien consagrarse. Acaba diciéndole a Krogstad que volvió por él, y le propone formar una pareja. Él acepta, feliz.

Es el único personaje a quien Nora le confía la verdad. Ella mantiene el secreto y ayuda a su amiga. Le aconseja que le diga la verdad a Torvaldo.
Es un personaje secundario, funcional a la trama por su carácter de “testigo”. Como ha estado ausente durante toda la vida de casada de Nora, esta la “pone al día” con información. Eso funciona como “excusa” dramática para brindar información al espectador/lector sobre los hechos sucedidos antes de comenzada la acción dramática.

Cristina también funciona para presentar una figura femenina que mantiene una relación con las costumbres sociales distinta a la que mantiene Nora: mientras Nora se siente asfixiada e infeliz por el rol que desempeña en la casa familiar, Cristina se siente vacía por carecer de familia y busca una pareja para tener a quien consagrarse.

Doctor Rank

Médico, adinerado y amigo del matrimonio Helmer. Ambos lo consideran parte de la familia. Siente una atracción secreta hacia Nora y se la termina confesando. Está enfermo y le queda poco tiempo de vida. Se dice que padece una especie de "tuberculosis de la espina dorsal" y que contrajo esa enfermedad cuando era niño, debido a que su padre tenía muchas “queridas” y se entregaba a demasiados placeres.

En su última aparición en la obra, Rank da a entender que morirá pronto: dice que al próximo baile de máscaras irá con disfraz de “invisible”. Poco después deja en el buzón de los Helmer su tarjeta personal marcada con una cruz. Es una señal de que se encerrará hasta morir, tal como le había explicado a Nora.

El doctor Rank es un personaje secundario cuyo valor reside en que, debido a su profesión, funciona como “voz autorizada”. Representa los valores de la sociedad en relación a la ciencia. Utiliza expresiones que mezclan términos de lo social con terminología de la salud, lo cual era común en la época (siglo XIX). Por ejemplo, acusa a Krogstad de ser un “enfermo moral”.

Ana María

Niñera. Cuidó de Nora cuando era niña, razón por la cual dejó la crianza de su propia hija en manos ajenas. Ahora está al cuidado de los hijos del matrimonio Helmer. Nora no tuvo madre presente, así que Ana María es la figura materna para ella.

La presencia de este personaje en la obra adquiere relevancia al comienzo del segundo acto, cuando mantiene un diálogo con Nora. Allí, Nora deja ver sus inquietudes respecto al abandono de los hijos y la posibilidad de que Ana María cuide de ellos.El contenido de esa conversación anticipa, de cierto modo, la decisión que toma Nora al final de la obra.

Los hijos

Ivar, Bobby y Emmy son los hijos de Nora y Torvaldo. Son de muy corta edad. Su papel durante la obra es casi nulo. No tienen parlamentos. Cumplen más bien una función testimonial: Torvaldo asusta a Nora diciéndole que la corrupción es hereditaria, y que los niños no deberían ser criados por una persona que no pueda jactarse de un desempeño impecable en cuanto a la ley y la moral.

Los niños aparecen en escena para jugar con su madre. Esa situación cobra relevancia porque no vuelve a repetirse, ya que Nora, influenciada por lo que dice su marido, le pide a la niñera que mantenga a sus hijos lejos de ella. La existencia de los niños funciona también para aumentar el dramatismo del final, ya que Nora no solo abandona a su marido, sino también a sus tres hijos pequeños.

Helena

Joven asistente de los Helmer. La función de este personaje se reduce a la tarea de anunciar las visitas y hacerlas pasar; así como la llegada de las cartas. La presencia de este personaje puede deberse, también, a ampliar el número de integrantes de la servidumbre de la casa de los Helmer, lo que contribuye a ilustrar el status social y económico de la familia.

Portero

Aparece al comienzo de la obra, simplemente para entregar de árbol de Navidad al hogar de los Helmer.