Y No Quedó Ninguno

Y No Quedó Ninguno Resumen y Análisis de Manuscrito

El capítulo final es una extensa confesión, en la cual Wargrave explica porque asesinó a todos y como lo hizo. “Desde muy temprana edad tuve el deseo irrefrenable de matar…” Capítulo 18, pág. 261 Estos sentimientos estaban mezclados con una plena convicción de la importancia de la ley y el orden, por lo que llegó a ser juez. Su pasión por la literatura narrativa detectivesca también le llevó a planear maneras inteligentes de matar gente. Le encantaba castigar a los culpables, especialmente condenarles a la pena de muerte, pero odiaba la idea de que una persona inocente fuera castigada. Eventualmente, se dio cuenta de que condenar gente a la pena de muerte simplemente no era suficientemente satisfactorio – deseaba asesinar a alguien él mismo. Después de enterarse que tenía cáncer, comenzó a planear el crimen perfecto con el que siempre había soñado. Una conversación con un médico, que era el doctor de Jennifer Brady, le sugirió a Wargrave el escenario perfecto – podía dar satisfacción conjunta a todos sus impulsos asesinando a los culpables que ningún tribunal podía castigar.

Encontró a Armstrong cuando una monja le mencionó el caso de un doctor borracho que mató a alguien en la mesa de operaciones. Fue capaz de encontrar al resto de sus víctimas simplemente sacando a colación el tema de la justicia durante conversaciones casuales. Parecía como si todo el mundo tuviera alguna historia que contar acerca de alguien que había evadido a la justicia. Vera fue la última que descubrió durante un viaje oceánico. Conoció a un borracho llamado Hugo Hamilton que era infeliz. Hugo le contó a Wargrave la historia de una mujer que había asesinado a su sobrino como resultado de un amor enfermizo por él. Nadie había sospechado de ella, pero al volverla a ver, instantáneamente Hugo pudo ver en sus ojos que había matado a Cyril. Wargrave necesitaba a una décima víctima para adecuarse a la canción de cuna, ya que no se consideraba a sí mismo culpable de nada. Encontró a Morris, un criminal al que conoció al estar relacionado con la hija drogadicta de un amigo. Después de enterarse de que su cáncer era incurable, utilizó a Morris para comprar la isla del Negro y comenzó a poner su plan en marcha, atrayendo a todos a la isla.

Wargrave mató a Morris dándole una cápsula envenenada que tenía el efecto de simular una indigestión. Morris nunca había sospechado nada. Wargrave determinó que iba a intentar matar a todos siguiendo un orden basado en su grado de culpabilidad, el menos culpable primero. Había observado los rostros de todos mientras las acusaciones estaban siendo leídas y basándose en sus años de experiencia, estaba seguro de que todos eran culpables. Mató a Marston poniendo subrepticiamente cianuro en el vaso mientras todos estaban distraídos, luego puso una sobredosis de somníferos en el vaso de coñac que Rogers llevó para que tomara su esposa. Al día siguiente, esperó a que todos estuvieran alejados de la terraza, se escabulló y mató a Macarthur, luego volvió rápidamente a la terraza antes de que nadie se percatara de su ausencia. A continuación reclutó a Armstrong para que le ayudara a ‘encontrar al asesino’. Armstrong estaba seguro de que Lombard era el asesino y Wargrave propuso que le podían atrapar. Wargrave se levantó temprano al día siguiente, mató a Rogers, robó la llave y volvió a la cama. Después de que todos fueran abajo para buscar a Rogers, le robó el arma a Lombard. Durante el desayuno, Wargrave puso el último de sus somníferos en el café de Emily y una vez que esta cayó dormida y todos se fueron de la habitación volvió furtivamente y la inyectó con el cianuro que le quedaba.

Wargrave escondió el revólver dentro de la despensa, en el interior de una caja de galletas. Después de esconder el revólver dentro la caja puso cinta convenientemente de forma que pareciera que nunca había sido abierta. Esa noche, él y Armstrong pusieron en práctica su plan. Colocó el alga en la habitación de Vera y luego cuando todos corrieron, se puso su disfraz y se aplicó algo de pintura roja en la frente. Cuando todos regresaron al salón que estaba iluminado con velas, únicamente Armstrong examino el cuerpo. Nadie más se acercó lo suficiente como para darse cuenta de que no estaba muerto. Más tarde esa noche, convenció a Armstrong para ir a las colinas y una vez allí le empujó en el sitio adecuado. A continuación volvió a la casa e hizo suficiente ruido como para que Blore y Lombard se dieran cuenta de que Armstrong había desaparecido. Después de eso se escondió en su cama. Cuando acto seguido los sobrevivientes registraron la casa, todo lo que hicieron fue levantar la sabana de su cara para asegurarse de que el cadáver correcto estuviera en la cama correspondiente. Mientras todos se encontraban buscando afuera, Wargrave puso nuevamente el revólver en la habitación de Lombard.

Wargrave vigiló a las tres personas que quedaban, preguntándose quien mataría a quien. Cuando Blore se aproximó a la casa, empujo el reloj desde la ventana. Wargrave a continuación observó a Lombard y Vera. Se alegró cuando Vera mató a tiros a Lombard porque sabía que había pocas posibilidades de que Lombard se suicidara. Vera, sin embargo estaba lo suficientemente desequilibrada. Wargrave entonces escribió su confesión, la encerró dentro de una botella y arrojo la botella al mar. Había cometido un crimen que no podía ser resuelto pero no podía resistir la tentación de que alguien fuera participe de su genialidad por lo que escribió una confesión, aunque dicha confesión pudiera no ser encontrada jamás. Wargrave cree que el crimen es imposible de resolver, excepto por tres pistas. 1. Él era la única persona inocente en la isla. 2. El verso del arenque en la canción de cuna sugiere alguna clase de truco que involucra al doctor. 3. El orificio rojo en la frente de Wargrave es la marca de Caín. Wargrave entonces sujetó una cuerda elástica a la pistola y a sus lentes de tal forma que pudiera dispararse a sí mismo en la cabeza mientras yacía tendido en la cama y la pistola sería arrojada al otro extremo de la habitación, después de dispararse en la frente, simulando que la pistola había sido dejada caer allí por alguien mucho después del asesinato de Wargrave.

Seguimiento del Tema: Culpabilidad y Responsabilidad 17

Seguimiento del Tema: Confianza y Sospecha 17