La vida de Pi

La vida de Pi Metáforas y Símiles

"El hecho de escoger la duda como filosofía de vida es como elegir la inmovilidad como forma de transporte" (pp.52-53) (Símil)

Mediante este símil, Pi realiza una dura crítica al agnosticismo, ya que pone en pie de igualdad una contradicción y la decisión de dudar de todo. Pi no concibe la posibilidad de que una persona pueda vivir sin elegir creer en algo. En gran medida, este personaje considera que los agnósticos se entregan excesivamente a la razón, puesto que la duda es lo que más se opone a la fe. Como considera la fe como un motor de vida, compara su falta con viajar en un automóvil que no se mueve.

"El hecho de ser náufrago supone estar atrapado en un angustioso ballet de círculos" (p.280) (Metáfora)

Con esta metáfora, Pi describe sintéticamente lo que significa para él ser víctima de un naufragio, remitiendo a los movimientos ondulatorios, cíclicos y aparentemente infinitos que vive en el océano. El hecho de que sea como estar en medio de un conjunto de círculos remite directamente a su nombre, ya que el número pi es la constante que relaciona el perímetro de una circunferencia con la amplitud de su diámetro. A su vez, al mencionar que está atrapado en esos círculos vuelve sobre el tópico de la libertad, puesto que identifica las restricciones que imponen sobre él sus necesidades de supervivencia.

"Comía como un animal con ruido, ansia y glotonería, (...) de la misma forma que Richard Parker" (p.291) (Símil)

Pi compara su manera de actuar, durante el período posterior al naufragio, con el comportamiento de Richard Parker. Descubrir que come con la misma ferocidad que un tigre lo horroriza, ya que puede reconocer que dejó atrás los principios éticos que lo caracterizaban: "Se me encogió el corazón" (p.291). A su vez, estos símiles se suman a las identificaciones explícitas e implícitas que Pi establece con Richard Parker, ya sea porque él demuestra tener actitudes animales o porque trata a Richard Parker como si fuera un humano. En todo caso, la identidad entre ambos es muy fuerte, y no es casual, entonces, que en la segunda versión de la historia sean de hecho el mismo personaje.

"Había llegado al cielo de la clorofila" (p.329) (Metáfora)

Esta metáfora le sirve a Pi para reforzar su sensación frente al gran estímulo visual que es la isla carnívora, tras pasar un extenso periodo a la deriva, en medio del océano. La clorofila es el pigmento verde que tienen las plantas, aquel que les permite realizar la fotosíntesis. Pi se sorprende al encontrar una isla en la que predomina "un verde que superaba cualquier colorante o luz de neón" (p.329). La alusión al "cielo" admite una doble interpretación: puede remitir, justamente, a la cantidad o la saturación de este color, por un lado, pero también al carácter paradisíaco que tiene la isla cuando la ve por primera vez.

"La playa, tan suave e inmensa, era como la mejilla de Dios" (pp.360-361) (Símil)

En este símil, Pi describe la llegada a tierra firme equiparando la suavidad de la arena al rostro de Dios. Si tenemos en cuenta que, en los momentos más oscuros del naufragio, Pi dudó de la presencia de Dios en su vida, el fin del naufragio marca entonces el reencuentro definitivo con su fe, la respuesta a sus plegarias.