La vida de Pi

La vida de Pi La ambigüedad de sentido en 'La vida de Pi': un desafío para la adaptación cinematográfica

En el año 2012 se estrena la adaptación cinematográfica de la novela, llamada La vida de Pi o Una aventura extraordinaria. Desde 2002, algunos directores se mostraban interesados en llevar la obra al cine, pero había un consenso generalizado sobre la aparente imposibilidad de adaptar lo escrito por Yann Martel. Sin embargo, Ang Lee consigue no solo filmar La vida de Pi, sino que también gana el Premio Óscar al mejor director por esta película.

La adaptación tiene muchísimo éxito, principalmente, por el uso sofisticado de la animación en 3D para recrear las imágenes de los animales. Esta técnica contribuye a profundizar la experiencia del espectador que, como Pi, siente estar en presencia de lo que aparece en pantalla. El equipo de trabajo encargado del 3D también recibe numerosos premios, incluyendo el Óscar. Por su parte, el propio Yann Martel considera que esta animación funciona muy bien para representar su historia, aunque reconoce que el final de la película no es tan ambiguo como el del libro. Así y todo, concede que plantea las mismas preguntas importantes sobre la verdad, la percepción y las creencias.

Las dificultades de adaptación de la que se hablaba antes de la película se debían, en este punto, a que resultaba difícil encontrar una manera de dar cuenta de las dos versiones narradas por Pi en la novela. En gran medida, la historia que Pi relata en la tercera parte de la novela deshace y altera lo que construyó en la narración de la segunda parte. Algunos estudios críticos señalan que la segunda versión es más cruel y, por lo tanto, más verídica. Así, una lectura posible es que estos hechos hayan sucedido y que la historia que Pi le cuenta al autor sea una versión alegórica o ficcional de lo que efectivamente pasó en esos 227 días.

Ahora bien, ¿qué razones tiene Pi para contar una historia ficcional? ¿Qué motivos lo llevan a considerar que su relato debe estar protagonizado por animales, como las fábulas, en lugar de ser fiel a la realidad y dar a conocer qué sucedió después del naufragio del Tsimtsum? Para intentar responder a estar preguntas, es necesario tener en cuenta una característica que Pi recuerda varias veces en la segunda parte: él es tan sólo un chico, un adolescente. En este punto, uno de los temas principales de la novela tiene que ver con la aproximación de la obra al género al relato de aprendizaje: la pérdida de la inocencia.

A diferencia de otras novelas de aprendizaje (también conocidas como coming-of-age y bildungsroman), en La vida de Pi el protagonista pierde su inocencia de manera traumática. Aprender, en este sentido, volverse adulto, implica la pérdida de su familia y de todo mundo conocido. No sólo eso, sino que también supone la necesidad de sobrevivir en el mar, una de las situaciones más extremas a las que puede estar expuesto un ser humano. En este sentido, D'Alessandro señala que "la historia con animales" surge como una manera narrativa de asimilar la tragedia: "La mente de Pi genera personajes alegóricos para poder manifestar su trauma" (2016: p.79). Sólo a partir de figuras que son conocidas para él, como los animales, Pi puede reconstruir el horror de su experiencia. Dicho de otro modo, contar la historia como fue supone para Pi una crueldad imposible de tolerar.

Desde este punto de vista, entonces, los hechos reales, la segunda historia, es inaccesible para Pi en primera instancia. Él prefiere recordar y relatar su versión alegórica para intentar lidiar con lo que le pasó. La verdad se convierte en indecible o, teniendo en cuenta la centralidad del acto de narrar en la novela, se vuelve estrictamente inenarrable. Así, Pi solo accede a narrarla cuando dos adultos, el señor Okamoto y el señor Chiba, demuestran el bajo nivel de verosimilitud de su historia alegórica e inocente. Entonces, cuenta experiencias de una manera mucho más sucinta y descarnada, de modo que no solo hay un contraste obvio entre la longitud de las dos historias, sino que también existe entre los estilos narrativos utilizados.

Estas diferencias entre las dos historias de Pi y las interpretaciones que despiertan son, en gran medida, un efecto propio de la literatura fantástica. Según Tzvetan Todorov, una de las características de este tipo de relatos es que presenta una ambivalencia de sentido, un momento de vacilación en la explicación de los acontecimientos narrados. La literatura fantástica siempre incluye un momento en el que se pone en duda si lo que está sucediendo es real o no, en la medida en que acontecen hechos que no cumplen con las leyes del mundo real.

En La vida de Pi, este efecto de ambigüedad se tensiona hasta el final gracias al recurso de la narración en primera persona de Pi. Es decir, al interior del relato enmarcado no existe una voz objetiva, externa al personaje, que permita desambigüar los hechos. Es esperable que no sea intuitivo un equivalente cinematográfico, por lo que la adaptación fue tildada de "imposible". Sin embargo, la película de Lee encuentra una manera ingeniosa de reflejar las narraciones diferenciadas de cada historia.

Así como en el libro, la adaptación cinematográfica hace que "la historia con animales" ocupe la mayor parte de la película. Las escenas siguen las descripciones de Pi y a menudo escuchamos la voz en off del Pi adulto relatando los detalles a un tercero. Hasta la llegada de Pi a México, el hecho que culmina la segunda parte de la novela, la película se desarrolla de esa manera. Sin embargo, con la llegada de los japoneses al Hospital Benito Juárez se transforma totalmente la narración. El Pi adolescente, ya no el adulto, les cuenta la segunda historia a los funcionarios, pero nada de lo que cuenta está filmado. Durante todo el relato, lo que vemos como espectadores es el rostro de Pi dirigiéndose hacia un fuera de campo donde están sus oyentes. Ninguno de los hechos atroces que describe aparece en pantalla.

D'Alessandro apunta un paralelismo interesante entre sus tesis de la versión alegórica en la novela y esta transformación en la película. En gran medida, lo que en el texto de Martel es indecible e inenarrable para Pi, en la película se torna inmostrable. Si hasta ese punto pudimos ver en pantalla todo lo que el Pi adulto nos quiso mostrar y tal cual quiso contarlo, esta segunda historia se remite únicamente a un diálogo filmado, sin imágenes ilustrativas. De esta manera, la película replica el contraste entre las dos historias que existe en el libro.