La vida de Pi

La vida de Pi Ironía

Contra lo que cualquiera podría llegar a esperar, estar solo con un tigre en medio del mar es lo que le permite sobrevivir a Pi (Ironía situacional)

Devastado tras el hundimiento del Tsimtsum, Pi termina por quedarse solo con un tigre de Bengala adulto en un bote salvavidas. Resulta irónico que una criatura que podría matarlo y comérselo en cualquier momento sea, en definitiva, la que garantiza su supervivencia. Sin embargo, así sucede, ya que adiestrarlo significa para él evitar pensar en sus circunstancias trágicas. Allí reside su instinto de supervivencia: "Es la pura verdad: sin Richard Parker hoy no estaría vivo para contarte mi historia" (p.216).

La isla que parece ser la salvación de Pi en realidad amenaza con devorarlo (Ironía situacional)

La aparición de la isla en medio del mar es prácticamente un milagro para Pi. Aparece en medio del mar después de sobrevivir a una gran tormenta y al episodio del francés. Contar con comida, agua dulce y sombra es inimaginable para él en ese momento: “En una palabra: resucité” (p.343). Resulta irónico, entonces, que en su interior se cifre una amenaza sin igual: el suelo de isla disuelve la carne y sus plantas dan como fruto dientes humanos.

Contra todo pronóstico, Pi sostiene que los animales en cautiverio son más libres que los que están en libertad (Ironía situacional)

Gran parte de la primera sección del libro, Toronto y Pondicherry, está dedicada a los recuerdos de Pi sobre su infancia en el zoológico de su padre. Aunque el cautiverio animal represente un escenario de restricción en el ideario popular, irónicamente, Pi defiende que los zoológicos son espacios en los que los animales viven en libertad. Poder tener sus necesidades satisfechas les garantiza una vida mejor y una mayor independencia, según su visión.