El abanico de Lady Windermere

El abanico de Lady Windermere Resumen y Análisis Acto Primero

Resumen

La obra comienza en la residencia de los Windermere en Carlton House Terrace, un barrio muy exclusivo de Londres. Lady Windermere está colocando unas rosas en un jarrón sobre la mesa de té, junto al sofá; del otro lado de la habitación hay un escritorio con varios libros y la ventana que da a la terraza. Lady Windermere está ultimando los detalles para su baile de cumpleaños de mayoría de edad, que será esa noche.

Alrededor de la hora del té, Lady Windermere recibe la visita de Lord Darlington, un amigo suyo que comienza a halagarla de una manera que ella considera inapropiada. Luego también conversan respecto de lo buenas o malas que son las personas. Poco tiempo después de que llega la duquesa de Berwick, Lord Darlington se marcha.

La duquesa le dice a Lady Windermere que cree que Lord Windermere está teniendo una aventura. Luego agrega que se dice que su esposo le está dando grandes sumas de dinero a una mujer de carácter cuestionable llamada Mistress Erlynne, y que el rumor de su infidelidad ya se ha extendido por la sociedad londinense.

Después de que la duquesa se va, Lady Windermere comienza a buscar pruebas para ver si lo que ha escuchado es cierto o no. Lady Windermere busca en el libro donde su marido lleva los movimientos bancarios, pero no encuentra nada comprometedor. Luego encuentra otra libreta bancaria con un candado. Lady Windermere lo rompe y descubre que su esposo le dio grandes sumas de dinero a Mistress Erlynne, tal como dijo la Duquesa.

Cuando Lord Windermere llega a casa, Lady Windermere lo confronta por lo que ha encontrado, pero su esposo niega haberla engañado. Es más, incluso sugiere que Lady Windermere debe invitar a Mistress Erlynne a su fiesta de cumpleaños. Lady Windermere, por su parte, se niega categóricamente a hacer esto. Ante la negativa de su esposa, Lord Windemere decide enviar la invitación él mismo a través de Parker, uno de los sirvientes. Lady Windemere amenaza con insultar y golpear a la mujer si se presenta en la fiesta. Luego sale de la habitación y Lord Windermere, cuyo nombre de pila es Arthur, revela que está protegiendo a su esposa al ocultar la identidad de Mistress Erlynne, sabiendo que si su esposa descubriera quién es realmente esta mujer, la vergüenza la mataría.

Análisis

La obra comienza con una didascalia que nos sitúa en la residencia de los Windermere, ubicada en un barrio muy exclusivo de Londres, Carlton House Terrace, lo que ya nos brinda una idea bastante concreta de que los personajes pertenecen a la alta sociedad londinense. Luego, esto se confirma con la breve descripción que hace Wilde de dicha residencia: varias habitaciones, un escritorio con muchos libros, una terraza. Por otro lado, el primer personaje que aparece en escena es Parker, el mayordomo, lo que también ratifica a qué clase social pertenecen los Windermere. De esta forma, se establece el contexto de la obra: la alta sociedad londinense. Al mismo tiempo, el hecho de que Lady Windermere esté haciendo preparativos para el baile de su cumpleaños también da cuenta de un evento típico de las esferas más altas de la sociedad victoriana.

La edad es un tema importante desde el comienzo del Acto Primero, cuando Lady Windermere revela que la fiesta que tendrá lugar es por su cumpleaños y que es un cumpleaños especialmente importante: "(…) hoy es mi mayoría de edad. Un día muy importante en mi vida, ¿verdad? Por eso voy a dar la fiesta esta noche" (130). Lady Windermere, aunque claramente bastante joven, ya se ha casado y ha tenido un hijo, lo que demuestra la rapidez con la que los niños se convierten en adultos en la sociedad victoriana. El tema de la edad regresa más tarde cuando Mistress Erlynne habla de la suya, y varios hombres conversan sobre los cambios que han experimentado en sus puntos de vista sobre la vida a medida que envejecen.

Wilde es famoso por su estilo satírico, y hay grandes y pequeñas ironías esparcidas por El abanico de Lady Windermere. Por ejemplo, una pequeña ironía al comienzo del Acto Primero es que Lady Windermere estaría enojada con Lord Darlington por hacerle cumplidos, en lugar de responder al estereotipo de las mujeres de esa época, que aceptaban cualquier tipo de cumplido por parte de los hombres.

Ya en el primer diálogo entre Lady Windermere y Lord Darlington, Wilde también comienza a tocar el tema del absolutismo moral. A lo largo de la obra, los personajes discuten si todas las personas son "buenas" o "malas", y prestan especial atención a cómo esto se aplica a los hombres, a las mujeres y a Mistress Erlynne en particular, a través de su relación con los otros. Lord Darlington se burla de este tema incluso mientras se presenta, diciendo: "¿Sabe usted que creo que la gente buena hace mucho mal en este mundo? Lo peor que hacen es considerar muy importante la maldad. Es absurdo dividir a las personas en buenas y malas. La gente es encantadora o aburrida. Yo estoy al lado de la encantadora, y usted, Lady Windermere, no puede menos de estarlo también” (135).

A través de esta cita, Wilde satiriza a aquellas personas que creen en el absolutismo moral, planteando como absurda una categorización tan reduccionista. Vale decir que la época victoriana se caracteriza por contar con una escala de valores muy rígida, de la que se desprende esta categorización reduccionista de las personas en "buenas" o "malas". Así y todo, vale la pena aclarar que la gente adhería a estos criterios morales fundamentalmente en el plano discursivo, ya que en el plano de los actos muchas veces las personas los trasgredían. En ese sentido, la satirización que propone Wilde pretende reflejar la hipocresía de una sociedad que aparentaba ser una cosa, pero que luego actuaba de una manera diferente a escondidas. Por otra parte, en la dicotomía aún más frívola que propone Lord Darlington para las personas ("encantadoras" o "aburridas") podemos ver también la satirización de un tipo específico de aquella sociedad: el hombre victoriano de clase alta, que solo se preocupa por cuestiones superficiales como los bienes materiales y el dinero. Así, en esta cita, Wilde expone dos rasgos cuestionables de la sociedad victoriana a la que pertenece: por un lado, esa hipócrita devoción por el absolutismo moral que poseen algunos; por otro lado, esa frivolidad y superficialidad que ostentan otros (especialmente los hombres de la alta sociedad).

Por otro lado, el conflicto de la obra comienza cuando la duquesa de Berwick revela los rumores que circulan por la sociedad sobre la relación de Lord Windermere con Mistress Erlynne. Aún no conocemos a Mistress Erlynne, y esta conversación comenzará la caracterización que se lleva a cabo principalmente a través de rumores, chismes y conversaciones paralelas, incluso una vez que Mistress Erlynne haya aparecido oficialmente en el escenario. La forma en que el público llega a entender a Mistress Erlynne muestra y satiriza el papel que desempeñaban los chismes en la alta sociedad victoriana.

"¿De verdad que no lo sabe? Le aseguro que nosotros estamos muy disgustados por eso. Precisamente anoche, en casa de Lady Jansen, todos hablaban de lo extraordinario que era que entre todos los hombres de Londres fuese Lord Windermere el que se comportase de esa forma" (141): de esta forma la duquesa de Berwick le comenta a Lady Windermere sobre los rumores que involucran a su esposo con Mistress Erlynne. Es interesante analizar cómo la duquesa de Berwick va administrando la información del rumor. En principio, al preguntarle a Lady Windermere si realmente "no lo sabe", le está dando a entender que el rumor ya se ha extendido por toda la sociedad londinense. Por otro lado, inmediatamente después se solidariza con ella, diciendo que todos están "muy disgustados" con la actitud de Lord Windermere. Al final, también expresa cierto dejo de incredulidad respecto de que sea un hombre como Lord Windermere el que esté haciendo eso. El problema es que, hasta aquí, la duquesa de Berwick no ha dicho nada en concreto. En ese sentido, podría pensarse que existe cierto goce por parte de la duquesa de Berwick en el hecho de dilatar la revelación del contenido específico de ese rumor, como si quisiera que Lady Windermere sufriera un poco ese suspenso. Después de todo, la envidia y el recelo también estaban muy presentes en las relaciones sociales de la alta sociedad victoriana. Sin duda, la duquesa de Berwick es un personaje a través del cual Oscar Wilde busca reflejar esa hipocresía de la sociedad de su época, que basaba sus relaciones en las apariencias.

Ya desde el Acto Primero nos damos cuenta de que Lady Windermere es un personaje complejo, en el sentido de que no encaja con las expectativas que el público de la sociedad victoriana podía tener de un personaje femenino. Por un lado, se incomoda por los halagos de un hombre, Lord Darlington, cosa poco frecuente entre las mujeres de su época. Al mismo tiempo, adopta una posición activa frente al rumor de que su esposo la está engañando y decide violar la privacidad de Lord Windermere al revisarle sus libretas bancarias. Luego amenaza con insultar y golpear a Mistress Erlynne si se presenta a su fiesta. Por otra parte, tampoco responde el estereotipo de madre, ya que no se la ve interactuar ni una sola vez en la obra con su hijo. De esta forma, Lady Windermere no responde a las expectativas que el público de la sociedad victoriana podía tener respecto de un personaje femenino, porque adopta un rol protagónico y activo frente a las circunstancias. Vale la pena aclarar que en la sociedad victoriana imperaba una fuerte lógica patriarcal, y que las mujeres normalmente ocupaban un lugar de subordinación respecto de los hombres. Oscar Wilde, de alguna manera, critica esta concepción machista de sociedad a partir de otorgarle a Lady Windermere cierta autonomía y capacidad de trasgredir las expectativas sociales que recaían sobre ella.