Coplas por la muerte de su padre

Coplas por la muerte de su padre Lista de Personajes

Yo lírico

Es la voz de todas las coplas. La relación entre el yo lírico y Manrique es estrecha porque se trata de un poema elegíaco en el que el poeta se lamenta por la muerte de su padre. No obstante, el yo lírico del poema, además de mantener un tono solemne, apropiado para recordar a su padre, asume una actitud admonitoria con la que exhorta a los lectores a considerar temas filosóficos y espirituales. En los momentos en los que predomina la exhortación, el yo lírico utiliza verbos en imperativo o estructuras equivalentes. En cambio, cuando su actitud es más reflexiva que exhortativa, utiliza la primera persona plural para incluir al lector y destacar la experiencia colectiva sobre la cual medita. En dos ocasiones el yo lírico cede la voz a otros personajes: la primera es cuando la Muerte personificada habla con don Rodrigo Manrique, padre del poeta, y la segunda ocasión es cuando don Rodrigo le contesta a la Muerte.

Don Rodrigo Manrique

Es el padre del poeta y, al mismo tiempo, el asunto principal del poema. Al tratarse de una elegía, el poema es un lamento por su muerte. Don Rodrigo Manrique fue un noble que se dedicó al oficio de la guerra y recibió honores por su servicio; por ejemplo fue nombrado maestre de la Orden de Santiago. Participó en la escena política exterior en campañas de reconquista que tenían como propósito expulsar los últimos reductos musulmanes de la península ibérica y también en los enfrentamientos internos en el proceso de distribución del poder dentro de los reinos de Castilla, Aragón y Portugal. En el poema su figura se perfila como modelo de un noble cristiano medieval, y por ello su virtud más destacada parece ser su devoción cristiana expresada en sus empresas militares contra los moros y en la aceptación absoluta de la voluntad de Dios.

La Muerte

La Muerte aparece personificada en la obra, pero su caracterización no es consistente a lo largo de toda la obra. En más de una ocasión el poeta utiliza el recurso del apóstrofe para dirigirse a la Muerte y hacerle preguntas. Esto sucede sobre todo en la parte de la elegía dedicada al tópico clásico del ubi sunt en el que el poeta se pregunta dónde están personas ilustres que ya han muerto. En algunas ocasiones, el poeta dirige esa pregunta directamente a la Muerte como parte de la convención de dicho tópico. En esa parte de la obra, la Muerte aparece caracterizada como cruel e iracunda. Sin embargo, hacia el final del poema, cuando la Muerte aparece como personaje que sostiene una conversación con don Rodrigo, el padre del poeta, Manrique no la presenta como despiadada. Por el contrario, al final de la obra la Muerte es galante, ya que llama a la puerta de don Rodrigo y lo invita a aceptar su propia muerte con valentía; incluso lo alaba y le dice que sabe de la buena fama con la que cuenta. En ningún momento el poeta describe a la Muerte físicamente a pesar de que en la Edad Media era común que la muerte apareciera personificada e, incluso, que se hicieran representaciones gráficas de ese personaje. En las Danzas de la muerte, obras medievales que combinaban textos y grabados, la muerte era representada como truculenta y macabra. Jorge Manrique evita eso y se limita a presentar su personalidad de manera indirecta a través de su discurso cortés ante don Rodrigo.

Juan II de Castilla

El rey Juan II de Castilla. Hereda el trono de su padre cuando niño y gobierna junto con sus regentes hasta que en 1419 cumple la mayoría de edad y gobierna solo. Muere en 1454. Es uno de los personajes que menciona el poeta cuando trata el tópico del ubi sunt.

Los infantes de Aragón

Son los hijos de Fernando I de Aragón, tío de Juan II. Aparecen en el desfile de personajes ilustres que menciona el poeta.

Enrique IV de Portugal

El rey Enrique IV de Portugal fue heredero de Juan II. Estuvo en constante enfrentamiento con los infantes de Aragón quienes le disputaban el poder. Es uno de los personajes ilustres que aparece en las coplas dedicadas al ubi sunt.

Infante Don Alfonso

Participó en la disputa por la corona tras la muerte de Juan II. Una facción de nobles lo nombró rey de Castilla, prefiriéndolo por encima de su medio hermano Enrique IV. Muere a los catorce años.

Álvaro de Luna

Fue un noble que tuvo una influencia importante sobre el rey Juan II, quien confiaba en él para los asuntos más importantes. Luego, cayó en desgracia, el rey ordenó su detención, fue condenado y murió decapitado. Es otro de los hombres ilustres que el poeta menciona en las coplas dedicadas al ubi sunt.

Juan de Pacheco

Noble de Castilla que logró mantener un buen grado de influencia durante el final del reinado de Juan II y el reinado de Enrique IV. Aparece cuando el poeta trata el tópico del ubi sunt.

Pedro Girón

Hermano de Juan de Pacheco. Aparece en la misma copla que su hermano.

Octaviano

El primer emperador romano. Aparece como arquetipo de hombre afortunado.

Julio César

Tío de Octaviano, político y militar romano. En el poema es el arquetipo del militar victorioso.

Escipión el Africano

General romano que participó en la segunda guerra púnica contra los cartagineses. Escipión se enfrentó a Aníbal, general a la cabeza de los cartagineses. En la obra es el arquetipo de la virtud.

Aníbal

General cartaginés durante la segunda guerra púnica. En la obra es el arquetipo del conocimiento y el esfuerzo.

Trajano

Emperador romano. Manrique lo nombra como arquetipo de la bondad.

Tito

Emperador romano. Es el arquetipo de liberalidad y alegría.

Aureliano

Emperador romano.

Marco Atilio

General romano a quien Manrique menciona como arquetipo de la honestidad.

Antonio Pío

Emperador romano a quien Manrique menciona como arquetipo de clemencia.

Marco Aurelio

Emperador romano. Manrique lo menciona como arquetipo de ecuanimidad.

Adriano

Emperador romano. Manrique hace referencia a él como arquetipo de elocuencia.

Teodosio

Emperador romano, arquetipo de humanidad.

Aurelio Alexandre

Emperador romano, arquetipo de disciplina y rigor militar.

Constantino

Emperador romano, arquetipo de hombre de fe.

Camilo

Senador romano, arquetipo de patriotismo.

Los moros

Los moros son los musulmanes que establecieron sus reinos en la península ibérica desde el siglo VIII hasta fines del siglo XV. La misión más importante de los caballeros consistía en participar de las guerras de reconquista y recuperar los territorios para los reinos cristianos. La misión de los señores y caballeros que participaban de la Reconquista no era únicamente política, sino también religiosa. Al final de la elegía, la Muerte le dice que don Rodrigo que puede morir tranquilo con la confianza de haberse ganado el cielo en sus batallas contra los moros: "tanta sangre derramaste / de paganos, / esperad el galardón / que en este mundo ganastes por las manos" (v.434-438).