Sueño de una noche de verano

Sueño de una noche de verano Resumen y Análisis Acto IV

Resumen

Escena I

Titania y Bottom (aún transfigurado en burro) entran en escena seguidos por el séquito de hadas de Titania. Bottom les pide a las hadas que le rasquen la cabeza. Además, tiene ganas de comer heno. Titania, completamente enamorada de él, les ordena a las hadas que le busquen comida. Luego se duermen juntos.

Oberón entra en escena junto a Puck y ve a Titania dormida. Le cuenta a Puck que Titania, enamorada del burro, le devolvió el paje por el cual estaban peleados. Por lo tanto, ya puede quitarle el hechizo. Le ordena a Puck que le saque a Bottom la cabeza de asno, pero antes despierta a Titania, quien, al principio, piensa que su amor por el burro fue un sueño. Oberón entonces le muestra a Bottom, aún dormido junto a ella. Luego, la ayuda a levantarse y le dice que al día siguiente bailarán en la boda de Teseo.

Teseo, Hipólita y Egeo llegan al bosque. Fueron allí a cazar, pero se topan con los jóvenes atenienses, aún dormidos. Teseo los despierta haciendo sonar los cuernos de caza. Ellos, confundidos, le cuentan a Teseo lo que recuerdan de la noche anterior. Lisandro declara su amor por Hermia y Demetrio, por Elena. Teseo, entonces, decide anular el testamento que Egeo armó para casar a Hermia con Demetrio, y también determina que las dos nuevas parejas se casarán junto a él e Hipólita, en la misma ceremonia. Finalmente, todos parten hacia Atenas.

Bottom se despierta y se da cuenta de que los otros artesanos lo dejaron en el bosque. Él también recuerda lo que le sucedió como si fuera un sueño. Luego, regresa a Atenas.

Escena II

Esta escena se sitúa en Atenas. Allí, los artesanos se lamentan porque no podrán representar la obra en la boda de Teseo debido a la ausencia de Bottom, pero precisamente en ese momento, Bottom llega y les dice a los demás que se apresuren a prepararse, ya que todavía hay tiempo suficiente para realizar la obra.

Análisis

En este cuarto acto, la idea de que todo puede ser un sueño aparece de manera recurrente. Primero es Titania quien, al despertar, cree haber soñado que estaba enamorada de un burro. Luego, los jóvenes atenienses también creen haber soñado lo que sucedió por la noche. Lo mismo le pasa a Bottom.

Algo muy interesante es que, al despertar, todo está bien, todo está solucionado. Titania y Oberón se reconcilian. Lisandro y Hermia no solo se reconcilian, sino que ahora no tienen más problemas con la ley de Atenas, ya que Demetrio ama a Elena y, por lo tanto, Egeo no puede obligar a Hermia a casarse con él. Bottom, por su parte, se despierta pensando que su sueño debería ser convertido en una canción.

Gran parte de la crítica coincide en que Sueño de una noche de verano es el revés cómico de Romeo y Julieta, donde dormir no solo no resuelve los conflictos, sino que genera un desenlace trágico: Julieta está dormida pero Romeo cree que está muerta y, por eso, se suicida a su lado. Al despertar, Julieta encuentra muerto a Romeo y se suicida junto a él.

Ahora bien, pese a que al despertar todo está resuelto y, por lo tanto, los personajes pueden salir del bosque y volver a Atenas, les queda una leve inquietud acerca de lo que es verdad, de quiénes son realmente. Esta inquietud se ve claramente en la siguiente cita de Hermia: “Se diría que una ilusión de los ojos me hace ver las cosas dobles” (p.99), y también en la respuesta de Elena: “Tal siento yo también. Y Demetrio me parece como una joya que hubiese encontrado, que es mío y no es mío a la par” (p.99). Tanto Hermia como Elena dudan acerca de que la duplicación entre Lisandro y Demetrio haya desaparecido, de que hayan dejado ser personajes intercambiables y tengan una verdadera identidad que se sostenga en un verdadero amor. Dudan que ellos amen a una u otra realmente. El hecho de que Teseo decida que todos van a casarse en la misma boda, en definitiva, refuerza esta confusión. ¿Hay amores correspondidos de verdad? ¿O cualquiera podría casarse con cualquiera, ya que ninguno tiene una identidad real, que se sostenga? ¿Es el final de Sueño de una noche de verano un final feliz?

Después de esa noche en el bosque, las parejas se reordenan, y cada uno se queda con quien le corresponde. Ahora, los jóvenes han resuelto los conflictos con la ley ateniense y pueden volver a la ciudad para consolidarse como adultos a través del matrimonio. Pero la sucesión de errores, de enamoramientos, de sueños y, finalmente, de bodas, nos obligan a dudar acerca del final feliz. Queda la sensación de que los personajes no saben quiénes son ni a quién aman realmente, sino que deciden rendirse al matrimonio, a la tranquilidad de estar dentro de la ley ateniense, porque durante esa noche advirtieron el riesgo de estar fuera de ella, en el bosque, perdiéndose una y otra vez.

En este sentido, el bosque aparece como el lugar donde todo es ficción o donde, al menos, es muy difícil separar la realidad de la ficción. En la ciudad, en sentido opuesto, la ficción y la realidad están claramente divididas: allí, en el último acto, los personajes se sientan como espectadores ante la representación de la tragedia de Píramo y Tisbe (tragedia que, no casualmente, sucede en el bosque). La ciudad es, entonces, el lugar del orden, donde las fantasías se controlan, donde esa locura que Puck ve en los mortales “desaparece”. Es el lugar de la adultez y la cordura. Ahora bien, ¿realmente desaparece la locura de los jóvenes? ¿Puede desaparecer solo por someterse a la ley y casarse? ¿Les asegura el casamiento a los jóvenes que están con quien aman realmente? La obra sembró estas preguntas hace más de cuatrocientos años, y aún hoy tienen vigencia.