Sueño de una noche de verano

Sueño de una noche de verano Resumen y Análisis Acto I

Resumen

Escena I

Al comienzo de la obra vemos a Teseo, el duque de Atenas, preparando un gran festival con motivo de su inminente boda con Hipólita. Los preparativos son interrumpidos por Egeo, un noble, que entra a escena acompañado de Hermia, su hija; Lisandro, el hombre que ella ama; y Demetrio, que ama a Hermia, pero no es correspondido por ella. Egeo pretende que su hija se case con Demetrio y no con Lisandro, tal como ella quiere. Entonces, le ruega a Teseo que haga valer la ley de Atenas que impone que los padres tienen la potestad de casar a sus hijas de acuerdo a sus designios.

El duque le da la razón a Egeo y le ofrece tres opciones a Hermia: o se casa con Demetrio, tal como su padre lo desea, o se somete a la castidad para siempre, o sufre la pena de muerte. Luego, Teseo sale de escena con Demetrio, Egeo e Hipólita, dejando solos a Hermia y Lisandro. Entonces, Lisandro convence rápidamente a Hermia de escapar al bosque durante la noche y casarse allí, donde la ley de Atenas no puede alcanzarlos. Ella acepta el plan.

Elena entra en escena, lamentándose de que Demetrio solamente tenga ojos para Hermia, a pesar de que ella lo ama mucho más de lo que su amiga podría hacerlo. Lisandro le dice que no se preocupe, ya que él y Hermia escaparán esa noche. Elena afirma, en un soliloquio, que le contará a Demetrio los planes de Lisandro y Hermia, confiando en que eso ayude a que Demetrio la ame.

Escena II

Diferentes artesanos se reúnen para planificar la obra que van a representar en la boda del duque. Quincio distribuye el papel que le corresponde a cada uno. La obra representará la historia mítica de Píramo y Tisbe. Los artesanos pretenden que sea una tragedia y una comedia al mismo tiempo. Uno de los actores, Bottom, teme que si hacen que el león de la obra sea demasiado realista, puedan asustar a las mujeres y, finalmente, los cuelguen a ellos. Todos acuerdan reunirse en el bosque la noche siguiente para comenzar a ensayar.

Análisis

El dominio del hombre sobre las mujeres y el conflicto intergeneracional, dos temas que aparecen en muchas de las obras de Shakespeare, son fundamentales en Sueño de una noche de verano y, en el primer acto, aparecen con total claridad. En principio, lo vemos cuando Teseo le dice a Hipólita: “Hipólita, te gané con mi espada, y por la violencia conquisté tu amor” (pp.19-20), haciendo referencia al mito griego que narra cómo Teseo, en una expedición junto a Heracles, secuestró a Hipólita y la llevó consigo para hacerla su esposa.

En segundo lugar, observamos la preeminencia de estos temas en la intención de Egeo de casar a su hija con quien él desea casarla, sin importar lo que la joven desea, y en el derecho que le otorga Teseo a aquel amparándose en la ley de Atenas. Además, Lisandro y Demetrio compiten entre sí por ella: cada uno expone cuán noble es, demostrando así su poderío económico y alcurnia, con el objetivo de conquistar a Hermia.

Hay que destacar que, en el siglo XVI, las mujeres estaban profundamente atadas al mandato social de casarse con quien se lo indicaban. La particularidad que vemos aquí en la actitud de Hermia, como en otras obras de Shakespeare (como Romeo y Julieta), es que la mujer se rebela ante dicho mandato, desatando así el conflicto de la pieza. Shakespeare tiene la virtud de darle profundidad, humanidad y, sobre todo, poder a sus personajes femeninos, algo que prácticamente no sucedía en las obras de la época.

En este sentido, es importante destacar la figura histórica de Isabel I, reina de Inglaterra durante el periodo en el que Shakespeare escribe sus obras. Isabel I fue una líder inteligente y sumamente respetada, una mujer excepcional que, según parte de la crítica, pudo haber influido en el modo de construir personajes femeninos de Shakespeare.

Ahora bien, el enfrentamiento aquí no es solamente entre hombre y mujer, sino entre dos generaciones. Tanto en esta obra como en El Rey Lear, Romeo y Julieta o Hamlet, entre otras, Shakespeare enfrenta a la generación de los padres, que encarnan el respeto por las costumbres, la ley y la estabilidad, con la generación de sus hijos, los jóvenes que encuentran en esas costumbres y leyes un impedimento para poder vivir con libertad y disfrutar sus pasiones, sobre todo, la pasión amorosa. En definitiva, el enfrentamiento intergeneracional, en Shakespeare, es el enfrentamiento entre el orden y la libertad, entre los mandatos sociales y los deseos personales. Los héroes de Shakespeare son, precisamente, los jóvenes que intentan vivir a su manera, sin quedar atados a las restricciones de sus padres. Aquí, eso lo vemos en el personaje de Hermia, quien desafía a su padre y al duque, o sea a la ley de Atenas, en pos de poder estar junto a quien ama.

Este enfrentamiento intergeneracional, tema principal en varias obras de Shakespeare, hay que enmarcarlo dentro de su periodo histórico: el Renacimiento. Este periodo, posterior a la Edad Media, se destaca por desprenderse de los mandatos religiosos que regían la sociedad, para profundizar en el conocimiento del alma humana, sus sentimientos, sus propios deseos. Puede decirse, en este sentido, que los jóvenes de Shakespeare representan el espíritu del Renacimiento, en oposición a sus padres, quienes encarnan el espíritu conservador, tradicional, típico del Medioevo.

En esta búsqueda de la esencia humana, más allá de Dios, el Renacimiento retorna al pensamiento clásico greco-latino y a sus obras mitológicas, en las que los personajes son arrastrados por sus pasiones, por sus defectos. Esto explica que en Sueño de una noche de verano aparezcan Teseo e Hipólita, personajes que ya tienen una historia previa en la mitología griega, como también el hecho de que la obra que representan los artesanos se base en la historia de Píramo y Tisbe, otra tragedia grecolatina.

Otro punto fundamental de Sueño de una noche de verano, que ya aparece en este primer acto, es que dentro de la obra se representa otra obra (al igual que en Hamlet y La tempestad). Shakespeare se destaca por ser uno de los primeros autores en utilizar el recurso de la metaficción, que consiste en poner en escena una ficción dentro de otra, borroneando así los límites entre la realidad y la obra. Si los espectadores están mirando una obra donde los personajes, a la vez, también miran una obra, ¿dónde está el límite entre la ficción y lo real? ¿Dónde, en definitiva, termina la obra? Este recurso, inquietante, puede hacerle sentir al espectador que él también forma parte de la ficción.

La metaficción se vuelve central en la época renacentista, teniendo a Shakespeare como máximo exponente. La inquietante idea de que la realidad puede no ser real surge junto a la duda acerca de la existencia de Dios, impensable en la época medieval. Esta inquietud atraviesa toda la obra del autor, anticipando lo que sucederá durante el periodo barroco, un siglo después, durante el cual se concebirá la realidad, directamente, como un sueño o una representación. La vida es sueño, de Calderón de la Barca, lo demuestra desde su título.

En Sueño de una noche de verano, la metaficción pondrá en escena este conflicto entre representación y realidad con claridad. Temeroso de que el león asuste a las mujeres (y que los actores sean colgados por ello), Bottom decide que deberán avisarle a la audiencia que el león, en realidad, es un actor disfrazado de león. Lo mismo sucede con el suicidio: los actores eligen informarle a los espectadores que el suicidio que verán en la obra no será real sino una representación. El hecho de que los espectadores de la obra dentro de la obra puedan confundir la realidad y la ficción interpela a los espectadores reales, de carne y hueso. Incluso, en el final, Puck les dice a los espectadores que, si no les gustó la obra, pueden pensar que solamente fue un sueño. Es decir, ellos también pueden confundir la realidad con la ficción.

Por otro lado, la historia trágica de Píramo y Tisbe funciona como un paralelismo con la de Hermia y Lisandro. En esta historia, proveniente de la mitología griega, Píramo y Tisbe se aman pese a la prohibición de sus padres. Un día deciden huir sin ser vistos y encontrarse a las afueras de la ciudad. Tisbe llega antes que Píramo, pero se encuentra con un león y huye, dejando caer su velo. El león juega con esta prenda y la deja manchada de sangre. Cuando llega Píramo y ve el velo cree que el león se comió a Tisbe y se suicida. Esta, al descubrir que su amado se suicidó, hace lo mismo. Este paralelismo da cuenta de que la historia de Hermia y Lisandro también podría haber acabado en tragedia por culpa de las prohibiciones. Sueño de verano, en esencia una comedia, resuelve el conflicto de los amantes sin muertes. Ahora bien, si pensamos en Romeo y Julieta, el espejo trágico de esta obra, el paralelismo con la historia de Píramo y Tisbe es aún más claro: como Píramo, Romeo se suicida al creer erróneamente que su amada está muerta, y Julieta, como Tisbe, también se quita la vida al encontrar el cuerpo de su amante.