Rebeldes

Rebeldes Resumen y Análisis del Capítulo 5

Resumen

Ponyboy se despierta en la iglesia abandonada y por un momento piensa que ha soñado todo lo sucedido. Finge por un momento estar de vuelta en casa, pasando una mañana de fin de semana normal. Cuando deja de fingir, se da cuenta de que Johnny se ha ido, dejando una nota en el suelo en la que dice que se fue a buscar abastecimientos.

Ponyboy deambula afuera para tomar un trago de la bomba de agua detrás de la iglesia. Se siente agobiado, tratando de medir cuánto tiempo ha pasado desde la noche anterior. Johnny regresa, y Ponyboy está tan feliz de verlo que se tropieza y cae por las escaleras. Entran a la iglesia y Johnny revela que compró comida (toda una semana de comida chatarra) y una copia de la novela Lo que el viento se llevó para Ponyboy, recordando que Ponyboy tenía ganas de leerla.

Johnny ha comprado peróxido, y revela su plan de cortarse el pelo y blanquearle el pelo a Ponyboy para disfrazarse. Ponyboy está horrorizado ya que está orgulloso de su cabello. Después de que todo estuviera hecho, Ponyboy se mira en el espejo y piensa que se ve "más joven y asustado", y ajeno a sí mismo. Entonces Johnny se quita la grasa de su cabello, y Ponyboy se lo corta. Ponyboy se enoja por perder el pelo pero Johnny se muestra optimista y dice: "no es más que pelo".

Los chicos hablan sobre la pequeña tienda donde Johnny compró los productos, y de cuán fácil hubiera sido para Two-bit robarlo todo porque estaban ahí nomás al alcance. Sin embargo, pensar en Two-bit los hace echar de menos a la pandilla, y cuando Ponyboy comienza a hablar sobre la noche anterior, Johnny le dice: "¡Basta!" y comienza a llorar. Ponyboy lo consuela, pero comienza a llorar solo. Pronto se quedan dormidos y cuando se despiertan, deciden que “ya hemos llorado más que de sobra. Ya nos hemos hecho la idea. A partir de ahora las cosas van a ir bien”.

Durante los siguientes cuatro o cinco días, Ponyboy y Johnny pasan el tiempo jugando a las cartas y leyendo Lo que el viento se llevó. A Johnny le interesa la idea de los caballeros galantes del sur, y dice que cree que Dally es el más parecido a ellos. Ponyboy está conmocionado pero se da cuenta por primera vez de "lo mucho que Johnny adoraba a su héroe Dally Winston". Se quedan en la parte posterior de la iglesia para no ser vistos por los deconocidos que pasan.

Una mañana, Ponyboy se despierta temprano y va a sentarse afuera y a fumar. Mira el amanecer, y pronto Johnny viene a su lado, comentando la belleza del amanecer y diciendo que es "una pena que no pueda estar ahí todo el tiempo ". Eso le recuerda a Ponyboy el poema "Nada dorado puede permanecer", de Robert Frost, y lo recita para Johnny. Ambos están desconcertados por el poema y ​​Ponyboy admite: "nunca entendí lo que quería decir con eso". Johnny menciona a la familia de Ponyboy y deciden que los dos son diferentes del resto de la pandilla.

El quinto día, Ponyboy está harto de comer comida chatarra y también de tanto fumar, y justo cuando se acurruca para quedarse dormido, oye un silbido. Es Dally, y Ponyboy lo ve como el representante de "una cosa: el contacto con el mundo exterior”. Le da a Ponyboy una carta de Sodapop que sospecha que Dally sabe dónde están escondidos los muchachos y le pide que le lleve la carta a Ponyboy. Dice que Darry se siente mal por los acontecimientos de la noche en que la que huyeron.

Dally les cuenta cómo lo llevaron a la estación de policía porque "me detienen por cualquier cosa que ocurra en nuestra parcela" y cómo engañó a la policía haciéndoles creer que los muchachos huyeron a Texas. Él se burla de Ponyboy por su nuevo corte de pelo y el color. Luego se suben al auto y conducen hasta Dairy Queen, donde "se hacen con sándwiches de barbacoa y banana splits", ya que se han estado muriendo de hambre y están cansados ​​de una dieta poco sana.

Dally los actualiza diciendo que “los socs y nosotros estamos en guerra por toda la ciudad" ya que Bob tenía muchos amigos y ahora quieren vengarse de los greasers. Dally ha comenzado a llevar un arma, aunque dice que no está cargada. También les dice que Cherry Valance los está espiando.

Análisis

Ponyboy sigue fingiendo, al comienzo de este capítulo, como manera de lidiar con la situación aterradora en la que se encuentra. Cuando no reconoce su entorno al despertar, se imagina que está en la cama y que sus hermanos ya se han despertado. En su fantasía, desayunan y luego salen a jugar al fútbol.

Cortarse y teñirse el pelo es un cambio importante para los chicos, especialmente para Ponyboy que se ha dejado crecer el cabello deliberadamente como el de Soda. Cuando Johnny revela su plan para cortárselo, Ponyboy narra: "Era mi orgullo ... el pelo era también una etiqueta para los greasers; era como nuestra marca. Estábamos orgullosos de él. Quizá no tuviéramos Corvairs o camisas de algodón fino, pero teníamos el pelo". Cortarlo provoca un tipo de crisis de identidad, una transformación similar a la de Sansón.

Lo que el viento se llevó también se presenta en este capítulo como un indicador importante de las diferentes perspectivas de los dos niños. Los dos están interesados ​​en la idea del caballero galante del sur norteamericano, pero tienen diferentes ideas de quién de su pandilla es el más valiente. Johnny piensa que es Dally pero Ponyboy piensa en Soda, en Two-bit, e incluso en Darry, que tiene más "cualidades que Superman".

El poema "Nada dorado puede permanecer" sirve como un reflejo de la vida de los chicos, aunque Ponyboy admite que el significado se le escapa. Nosotros, como lectores, podemos entender el mensaje melancólico de que su juventud es oro, pero está pasando; la vida de Johnny es oro, pero pasará al final de la historia.

Relacionado con el poema "Nada de oro puede quedarse" está el tema de los atardeceres, que reaparece en este capítulo como la representación de lo intangible que hace que Ponyboy, Johnny y Cherry Valance sean "diferentes". Johnny confiesa que nunca notó "colores, nubes y cosas" hasta que Ponyboy se los señaló. El hecho de que Ponyboy no pueda ver el atardecer desde la parte posterior de la iglesia representa lo desconectado que se siente de la realidad y de su propia identidad. En este sentido, las puestas de sol separan a las personas en varios Estados, mientras que en otras partes de la novela las conectan; de este modo, Hinton insinúa cómo podemos imbuir las ocurrencias y los objetos cotidianos con nuestras propias esperanzas, deseos y emociones. Al igual que el otro gran expresionista norteamericano de la rebelión juvenil, el cineasta Nicholas Ray (Rebelde sin causa, 1955), Hinton pinta un mundo teñido por los sueños de sus habitantes menores de edad.