La casa de Bernarda Alba

La casa de Bernarda Alba Guía de Estudio

La Casa de Bernarda Alba se reconoce generalmente como una de las mejores tragedias poéticas del siglo XX. Es la última pieza teatral escrita por Federico García Lorca. El dramaturgo termina de escribirla el 19 de Junio de 1936, justo dos meses antes de ser asesinado por el “bando nacional” al comienzo de la Guerra Civil Española.

La obra se subtitula "Drama de mujeres en los pueblos de España". Algunos críticos consideran que esta pieza cierra la trilogía rural del autor, a la que pertenecen también Bodas de sangre y Yerma. Estas tres coinciden en que los temas, personajes y escenarios se sitúan en el campo español.

La casa de Bernarda Alba está fuertemente inspirada en la realidad. La casa era contigua a una propiedad de los padres de Lorca en Valderrubio, Granada, donde el autor pasa parte de su infancia. Allí vivía Francisca Alba Sierra, una viuda que vigilaba inexorable y tiránicamente a sus hijas solteras. Lorca las recuerda como sombras en silencio, siempre vestidas de negro.

El autor ha descrito su obra diciendo: “¡Ni una gota de poesía! ¡Realidad! ¡Realismo puro!”, y al comienzo de la misma escribe: “El poeta advierte que estos tres actos tienen la intención de un documental fotográfico”. Sin embargo, esta pieza tiene un lenguaje altamente poético, colmado de metáforas y elementos simbólicos. El realismo que buscaba Lorca no tenía como objetivo reproducir la vida real, sino utilizarla para explorar los temas que predominan en su obra, como la sexualidad, la represión y la muerte. La intensión de hacer un “documental fotográfico” puede verse en el uso de los colores blanco y negro que dominan la escena, y que remiten a la fotografía de la época. Además, la intención de documentar puede ser entendida en el sentido de que la obra tiene una función de crítica y denuncia social. Sobretodo, encontramos en este drama problemas sociales relacionados con la condición femenina. La obra puede leerse como una denuncia a las situaciones de injusticia padecidas por las mujeres.

Para entender esto, se debe tener en cuenta la función social que Lorca le atribuye al teatro. En una conferencia pronunciada en 1935, el dramaturgo sostiene: "El teatro es una escuela de llanto y de risa y una tribuna libre donde los hombres pueden poner en evidencia morales viejas o equívocas y explicar con ejemplos vivos normas eternas del corazón y del sentimiento del hombre".

Por la unión de realismo y lenguaje poético que posee la obra, algunos críticos definen su estilo como "realismo poético". En el drama lorquiano se unen elementos tradicionales presentes en la serie literaria de los dramas rurales con elementos vanguardistas, como el uso de simbolismos.

Lorca da a conocer su última pieza a algunos de sus amigos en lecturas particulares, pero no llega a ver su puesta en escena. La obra tiene su estreno mundial en el teatro Avenida de Buenos Aires nueve años después de su muerte, el 7 de marzo de 1945. La llevan a escena Margarita Xirgu, amiga del granadino, y su Compañía-Escuela.