Esperanza Renace

Esperanza Renace Temas

La perseverancia

Esperanza Renace es la crónica de un año entero en la vida de Esperanza. A lo largo de la historia, la joven adolescente transita muchos desafíos. Pierde a su padre y su hogar junto con todo lo que le es familiar. Sin embargo, Esperanza sigue el ejemplo de su madre y su abuela, y logra adaptarse exitosamente a todos los cambios que le plantea su nueva realidad. Esperanza se arma de perseverancia para superar los momentos en los que solo piensa en rendirse: el deseo de mantener unida a su familia y brindar ayuda a quienes más la necesitan le da dirección a su vida.

Volver a Empezar

Esperanza y Mamá lo pierden todo: primero a Papá, luego su hogar y ,con él, su posición social. Cuando llegan a los Estados Unidos, deben rearmar su vida como parte de una clase social mucho más baja. Antes de abandonar México, Abuelita habla con su nieta acerca del proceso de volver a empezar, y le pide que lo acepte con sus defectos y virtudes. En varias ocasiones, Esperanza tiene la oportunidad de revisar sus errores, especialmente aquellos relacionados con su actitud frente a personas más pobres que ella. En el transcurso de la novela, Esperanza no solo vuelve a empezar su vida de cero, económica y socialmente, sino que logra también un gran crecimiento personal como parte del proceso.

Las clases sociales

La novela está totalmente atravesada por la tensión que surge entre las diferentes clases sociales, y por las expectativas que se tienen acerca de determinados actores sociales. Previo a la muerte de Papá, Esperanza hace una clara distinción entre su propio estatus social y el de Miguel: usa una metáfora en la que ellos dos se encuentra en orillas opuestas de un río que nunca podrán cruzar. En esta época las clases sociales en México estaban regidas por una jerarquía tanto de riqueza como de color de piel. Pero al llegar a California, Esperanza nota que todos los residentes del campamento de inmigrantes son pobres. Las únicas distinciones que se hacen son entre mexicanos, japoneses y trabajadores de otros sectores de Estados Unidos, como Oklahoma. En su lucha por adaptarse a este nuevo entorno, Esperanza inicialmente se rehúsa a compartir sus pertenencias, lo que la lleva a discutir con Miguel. Si bien la mayoría de inmigrantes mexicanos del campamento se mudan a los Estados Unidos en busca de una vida más próspera, Esperanza siente todo lo contrario: en California es mucho más pobre de lo que nunca hubiera imaginado ser cuando vivía en México. Pero ella eventualmente acepta su posición a medida que crece y madura.

La familia

La familia de Esperanza cumple un papel central en su crecimiento y en la relación con su trabajo. Luego de perder a Papá y verse obligada a dejar a Abuelita en México, la idea de reunir y cuidar de su familia pasa a ser la principal motivación de Esperanza a la hora de trabajar duro. Más allá de no ser parientes directos, Esperanza también piensa en Hortensia, Alfonso, Miguel, Juan, Josefina e Isabel como parte de su familia. Todos ellos se cuidan entre sí, ya que se necesitan el uno al otro.

La movilidad social y el Sueño Americano

Luego de la Revolución mexicana de 1910, los Estados Unidos ofrecieron posibilidades de movilidad social vertical (ascenso de clase) para muchos inmigrantes mexicanos. La descripción que Miguel hace de los Estados Unidos al comienzo de la novela es un claro ejemplo del tipo de ascenso social al que muchos inmigrantes aspiraban. No obstante, como Esperanza descubre al final del libro, no es nada fácil trepar la escalera social sin dinero. Incluso los inmigrantes que en su país natal eran terratenientes y tenían una educación respetable pasan a formar parte de una identidad mexicana generalizada dentro de los Estados Unidos. Aunque todos en el campamento tienen la esperanza de poder cumplir con el Sueño Americano, la posibilidad de concretarlo pareciera no llegar nunca.

La esperanza

Más allá de todos los percances que Esperanza y su familia deben enfrentar, la novela tiene un tono esperanzador. Nuestra protagonista comprende que, al trabajar con diligencia, se puede concretar la posibilidad de superar las expectativas de los demás y brindar una mejor vida a su familia. Incluso en los momentos de mayor oscuridad, Esperanza encuentra en su propia "esperanza" el empujón necesario para accionar.

El prejuicio

En la novela se dan varias instancias de prejuicio. La imagen que Esperanza tiene de Miguel cambia cuando ella descubre que es de una clase más baja. Más tarde, Marta ningunea a Esperanza por haber pertenecido a una familia adinerada. Al principio, Esperanza ignora el gran prejuicio hacia los mexicanos que prevalece en los Estados Unidos, ya que está aislada en el campamento de inmigrantes, conviviendo con sus compatriotas. Luego, ella y Miguel deben recorrer un largo camino para comprar en la tienda del señor Yakota, el único vendedor de la zona que trata respetuosamente a los mexicanos. Esperanza reconoce que el prejuicio existe incluso dentro del campamento cuando ve que los trabajadores de Oklahoma reciben una alberca. Los residentes mexicanos del campamento solo están autorizados a usar la piscina el día anterior a la limpieza semanal, debido a la creencia de que los mexicanos son más sucios.