Esperanza Renace

Esperanza Renace Resumen y Análisis - Esperanza Renace, Capítulo 13: Las uvas

Resumen:

Esperanza está desolada por la desaparición de sus ahorros, en especial porque sabe que Miguel era la única persona que conocía su escondite. Lo que más decepciona a Esperanza es saber que no podrá ayudar a Abuelita a viajar a California. Tiempo después, Esperanza se encuentra seleccionando frutas de la cosecha cuando Alfonso insiste en llevarla a la estación de autobuses.

Esperanza y Alfonso ven cómo Miguel se baja de un autobús... acompañado por Abuelita. Esperanza siente una alegría inmensa al reencontrarse con su querida abuela. Abuelita explica que Miguel la rescató sigilosamente, evitando ser descubierto por los secuaces de Tío Luis y Tío Marco. Al llegar al campamento, Esperanza presenta a Abuelita al resto de la familia. Mamá y Abuelita comparten un emocionante momento de reencuentro.

Esperanza le muestra a Abuelita la manta, que ya está casi terminada. Abuelita narra los sucesos del rescate a cargo de Miguel. Luego, Esperanza relata su último año, pensando ya no en meses sino en períodos de cultivo y cosecha.

Poco antes de su cumpleaños número catorce, Esperanza le pide a Miguel que la acompañe al pie de las colinas para contemplar el amanecer. A medida que el sol se asoma por el horizonte, Esperanza también siente que comienza a elevarse. Transita todas las vivencias del último año, sintiéndose renacida como el fénix que emerge de las cenizas. Una vez más, es Miguel quien la trae de regreso a tierra firme. Juntos, lado a lado, escuchan el latir de la tierra, y Esperanza se ve sumida en una enorme paz.

El sonido de voces que cantan despierta a Esperanza la mañana de su cumpleaños. Esperanza está maravillada, a pesar de que la celebración es mucho más humilde que las fiestas que supo tener en México. La novela cierra con Esperanza enseñándole a Isabel cómo tejer, repitiéndole el mismo consejo que Abuelita le daba cuando sus tejidos quedaban torcidos: “Nunca temas empezar de nuevo”.

Análisis:

La novela sigue una estructura cíclica (al igual que las temporadas de cosecha) en la que el final es similar al comienzo. Tanto el primer como el último capítulo transcurren durante la temporada de uvas, mostrando que, tras pasar un año entero en la vida de Esperanza, esta cumplió un complejo ciclo. La salud de Mamá mejora y Abuelita logra escapar de México: la transición que la familia Ortega hace al mudarse a los Estados Unidos se completa.

Asimismo, la profecía de Abuelita se cumple con el reencuentro entre ella y Esperanza. La sabia anciana supo predecir los altibajos que Esperanza transitaría antes de ver nuevamente a su abuela. Abuelita también consigue finalizar la manta que había empezado un año atrás, y que Esperanza siguió tejiendo por un tiempo. Esta imagen sirve como símbolo de que Abuelita está presente solo al principio y al final de la novela. Durante su ausencia, Esperanza debe tomar valor y cuidar de Mamá durante su período de enfermedad.

Esperanza pasa de ser una joven e inocente princesa a una joven mujer de gran madurez. Durante esta transición, Esperanza recibe la ayuda y el apoyo de muchas personas: Mamá, Abuelita, Miguel e Isabel, entre otros. Ahora es ella quien apoya y transmite sus conocimientos a Isabel. Le enseña a Miguel la famosa lección de Papá: escuchar cuidadosamente los latidos del campo. Esperanza aprende de su relación con los demás, y la madurez adquirida la ayuda a invertir la situación: ahora es ella quien protege y apoya a sus seres queridos, tal como lo hizo Mamá antes que ella.

Las enseñanzas de Papá y Abuelita fueron recibidas por Esperanza hace más de un año, pero ella empieza a tener realmente en cuenta estos consejos después de pasar por muchas situaciones de necesidad. Al cumplir sus trece años, Esperanza apenas podía imaginar el concepto del esfuerzo, y lo único que le preocupaba era que llegaran las exóticas frutas para su fiesta, mientras esperaba montones de regalos. En cambio, en su cumpleaños número catorce, sus propias manos están cansadas y llenas de callos por todo el trabajo realizado en los campos, pero finalmente comprende el peso de los consejos de sus mayores.