A pesar de que la gente viene de arriba hacia abajo, o de la sierra a la costa, la novela investiga la combinación de las culturas, lenguas y gente de ambas regiones, en Chimbote: «La cartografía de mercados y circuitos nomádicos en Chimbote propuesta en este artículo ha tenido como objetivo detectar una correspondencia simbiótica generada entre la producción de espacios y la pluralidad de lenguajes concebidos por la novela» (Izquierdo 147).[2]
«A estas imágenes contrapuestas del mercado y del cementerio se añaden otras representaciones urbanas como es la de la ciudad infernal» (Valero Juan 99).[3]