Biografía de José María Arguedas

José María Arguedas nace el 18 de enero de 1911 en Andahuaylas, en el departamento de Apurímac, Perú. Reconocido principalmente por su prosa, es uno de los escritores peruanos más célebres del siglo XX y uno de los grandes referentes de la literatura indigenista en América Latina. De todas maneras, se distingue de otros escritores y antropólogos indigenistas y discute con ellos.

Huérfano de madre desde los dos años, sufre durante su infancia temprana la ausencia de su padre, abogado, y tiene una mala relación con su madrastra, que lo desprecia. A su vez, encuentra consuelo y cuidados en la cocina de la casa de la madrastra, donde pasa su tiempo rodeado de los sirvientes andinos que trabajan en la estancia. Pasa sus días, come y duerme en la cocina. Allí se adentra, desde la niñez, en el quechua (su primera lengua) y las costumbres andinas, y también conoce el fuerte desprecio de los blancos por lo andino.

En la adolescencia, Arguedas se reencuentra con su padre, que, ya alejado de la madrastra, lo lleva de pueblo en pueblo por las sierras andinas. El hombre es abogado y peregrina buscando clientes por diferentes localidades. Estos viajes nutren la mirada del aún joven José María y serán material para varias de sus novelas más reconocidas como Los ríos profundos, Todas las sangres y El zorro de arriba y el zorro de abajo. Recorren más de doscientos pueblos por Cuzco, Arequipa, Huamanga, Ayacucho y Abancay; a veces los habitantes locales los reciben bien, otras veces los rechazan.

A los 15 años, Arguedas comienza a estudiar en el colegio San Luis Gonzaga, donde se destaca como alumno. Allí se encuentra con una gran discriminación hacia los indios y los serranos. Descubre que, en su ignorancia violenta, los blancos creen que "indio" y "serrano" son sinónimos. A los 20 años se muda a Lima, donde entra en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en 1931. Contrariamente a sus expectativas negativas con respecto a la relación de la capital con lo andino, entabla amistad con un buen número de compañeros limeños. Entre ellos se encuentran Luis Felipe Alarco y Carlos Cueto Fernandini, que serán filósofos importantes, y poetas como Emilio Adolfo Westphalen, a quien incluso le dedica su última obra. Con ellos es detenido por la policía y encarcelado durante un año luego de haber impedido, en protestas estudiantiles, el ingreso a la Universidad del general italiano fascista Camarotta, jefe de una misión policial enviada por Mussolini a Perú. Con una de sus amigas, Celia Bustamante, contrae matrimonio en 1939.

En el año 1941 publica su novela Yawar fiesta, nutrida con recuerdos de la infancia y un gran conocimiento de la cultura andina. A partir de esta novela y hasta el fin de sus días, el autor aborda el problema de la lengua, “la lucha infernal con el idioma”, en sus propias palabras. Se pregunta, principalmente, cómo puede valerse del español para describir lo andino. El idioma español se le hace a Arguedas, en diversas ocasiones, inadecuado para este fin. Entonces, inicia un proceso al que se refiere como “quechuizar” el español. Los especialistas suelen decir que Arguedas es un escritor que vive y escribe "entre dos mundos".

Desde ese año y hasta 1942, Arguedas participa de la reforma de los programas de educación secundaria del Ministerio de Educación de Perú. Su mirada siempre se encuentra depositada en el problema del indio y el de la lengua. Demuestra un interés y una sensibilidad particulares por la música de los pueblos originarios y la musicalidad de sus lenguas. También observa con detenimiento las danzas andinas. La lectura de Carlos Mariátegui representa un anclaje teórico para muchos dilemas culturales peruanos ya intuidos desde la infancia por Arguedas. En estos años, el autor también trabaja en diversas recopilaciones de cuentos tradicionales de la cultura andina y en su novela Diamantes y pedernales, que se publica en 1954.

En 1958 publica Los ríos profundos, su obra cumbre, que le merece el Premio Nacional de Fomento a la Cultura “Ricardo Palma”. En ese tiempo trabaja en la Universidad de San Marcos y luego en la Universidad Nacional Agraria La Molina como catedrático de etnología. Se mueve por la antropología y la literatura, la cultura y la política, la lingüística y la pedagogía. Algunos años más tarde se desempeña como Director de la Casa de la Cultura (1963-1964) y como Director del Museo Nacional de Historia (1964-1966).

El Sexto, novela por la cual vuelve a ganar el premio nacional “Ricardo Palma”, se publica en 1961. En esa obra plasma la experiencia de haber pasado un año en la cárcel durante su juventud. En el año 1964 publica Todas las sangres. Es la novela más ambiciosa de su proyecto literario porque busca exhibir la gran variedad de tipos humanos que conviven en Perú. Sin embargo, y a pesar de que es una novela valorada en cuanto a sus recursos literarios, es muy criticada por sus pares, sobre todo por el Instituto de Estudios Peruanos y en especial por el escritor Salazar Bondy, uno de sus mayores detractores. La crítica principal consiste en que la novela distorsiona la realidad. Arguedas, que ya sufre desde hace años de una fuerte depresión, acentúa con esto su cuadro depresivo. La sensación que arrastra desde joven es la de una fuerte crisis de identidad, al sentirse un blanco entre los indios y un indio entre los blancos. Esto vuelve a repetirse años después en un debate similar con el escritor argentino Julio Cortázar.

Aun así, Arguedas sigue recibiendo durante toda su vida numerosos reconocimientos, no solo por su literatura sino también por su gran labor docente e intelectual. A pesar de que el movimiento indigenista peruano ha cambiado durante las décadas y él ha formado parte de una primera aproximación a la cuestión del indio (superada por las nuevas generaciones), sus aportes siempre son considerados vitales para la literatura peruana. Se destaca porque a diferencia de los indigenistas típicos (blancos que buscan aproximarse a lo indígena), él ha sido criado por la cultura indígena y no precisa esforzarse por comprenderla; su proyecto es abrir comunicaciones hacia lo occidental. Como reconocimiento, en 1968 le otorgan el premio Inca Garcilaso de la Vega por sus contribuciones al arte peruano. El discurso que pronuncia para aceptar ese reconocimiento se titula "No soy un aculturado" y refleja las ideas teóricas de Arguedas sobre identidad, cultura y mestizaje en América Latina, específicamente en Perú.

En 1965, ya divorciado de Celia y vuelto a casar con una joven llamada Sybila Arredondo, publica, en edición bilingüe, El sueño del pongo. Al año siguiente, Arguedas intenta suicidarse (algunos indican que en 1944 se produce un primer intento de suicidio). Este hecho cambia para siempre su vida: renuncia a todos sus cargos públicos y, bajo recomendación psiquiátrica, se dedica sencillamente a escribir. Publica en 1967 Amor mundo y comienza a trabajar en El zorro de arriba y el zorro de abajo, obra que se publica de forma póstuma.

El 2 de diciembre de 1969, en el baño de la Universidad Agraria de La Molina, Arguedas se quita la vida de un disparo en la sien. Deja tras de sí una obra voluminosa: novelas, cuentos, poesía, estudios etnográficos, folclóricos, antropológicos y literarios, tanto en idioma quechua como en español. Deja, además, una carta para Sybila, una para su editor, otra para sus alumnos, palabras para ser leídas en su funeral y una lista de instrucciones para su despedida. Esos textos, íntimos, potentes y conmovedores se incluyen, a pedido del autor, como epílogo de El zorro de arriba y el zorro de abajo.


Guías de Estudio sobre Obras de José María Arguedas

Los ríos profundos es la tercera novela de José María Arguedas. Algo de su trama y, sobre todo, su personaje principal y narrador Ernesto, ya estaban esbozados en un cuento escrito en 1935: "Warma kuyay". Publicada por la editorial Losada en 1958,...