El Corazón de las Tinieblas

El Corazón de las Tinieblas Símbolos, Alegoría y Motivos

Las tinieblas (Símbolo)

La oscuridad como sensación visual domina desde la primera hasta la última escena. África se presenta como el refugio de las tinieblas. Las tinieblas definen estos lugares desesperanzados, sombríos e impenetrables. Por supuesto, estas tinieblas no se circunscriben al paisaje exterior, sino que ilustran, de alguna manera, el paisaje interior de cada uno de los personajes. Esta jungla oscura por la que transita la novela funciona como espejo de las emociones más profundas de los personajes. África es la jungla donde late el corazón de las tinieblas. O quizás es, simplemente, el contexto para que Marlow y Kurtz escuchen los verdaderos latidos de sus corazones. Las tinieblas simbolizan justamente esas emociones profundas y oscuras de los personajes, aunque también se pueden relacionar con los horrores que han provocado los excesos de la colonización.

La luz como continuación de la oscuridad (Símbolo)

En la percepción tradicional, la luz es el concepto opuesto a la oscuridad. Así y todo, para Conrad la luz es más bien la continuación de la oscuridad. El autor no le da a la luz el significado tradicional como oposición a oscuridad. La luz en la historia es despiadada, cegadora, tenue, y está concebida tan negativamente como la oscuridad. Mientras más lejos penetre Marlow en el continente, más cautivo de África y de sus emociones estará. Las tinieblas suelen ser densas y oscuras. En la obra de Conrad, también la luz contribuye a darle espesura a esas tinieblas. De alguna forma, la luz también simboliza esas emociones profundas de los personajes, aunque en este caso se hacen visibles en hechos concretos como pueden ser los síntomas de locura de Kurtz o el ruso; la ambición desmedida del director y su tío; o la obsesión de Marlow por Kurtz. La luz le da cuerpo a esas tinieblas que llevan consigo los personajes y las vuelve distinguibles.

La naturaleza (Símbolo)

La mayoría de las obras de Conrad se desarrollan en un contexto natural y caótico. Por lo general es el mar. Y este mar, o las profundidades de África y el río en El corazón de las tinieblas, funciona en Conrad como una especie de teatro cósmico, una plataforma de prueba en la que una persona, voluntariamente o no, está poniendo a prueba su capacidad de resistencia frente a lo adverso. Conrad hace que sus personajes tengan sentimientos de soledad y abandono, de miedo a lo desconocido, en esta naturaleza. Pero, por otro lado, la naturaleza también es una fuerza muy real, que cada personaje lleva consigo, y que los induce a recurrir a sus propias profundidades, a esas "tinieblas" íntimas, para experimentar un juicio fundamental sobre sí mismo. La naturaleza en este sentido simboliza los deseos más instintivos de los personajes; aquellos que, por lo general, la ¨civilización¨ reprime.

El viaje por el río (Alegoría)

La imagen del río (vapores tenebrosos, plantas depredadoras, terribles gritos nocturnos de animales) da cuenta del mal derramado en el mundo. El río es, además, la condición de existencia de ese viaje que realiza Marlow hacia Kurtz. Como sucede con textos clásicos de viaje, como la Odisea de Homero, el viaje no se circunscribe al descubrimiento de un paisaje o de un territorio, sino que también implica aventurarse en las profundidades de las miserias de los personajes. El viaje está presente en toda la novela. De hecho, Marlow narra su historia en un barco anclado en el río Támesis. Durante toda la narración, Marlow está yendo hacia un lugar, buscando algo. Su travesía por el río y su interacción con África lo transforman. Ese viaje hacia el corazón de las tinieblas es, también, un viaje introspectivo. El viaje por el río es una alegoría del tránsito por la vida, que es una experiencia transformadora y en la que hay que enfrentar muchas adversidades, entre ellas, las tinieblas propias.