Divina Comedia: Purgatorio

Ante Purgatorio

Pia de' Tolomei (La Pia) en una pintura de Stefano Ussi, Canto 5.Dante y Virgilio se encuentran con Sordello, escultura de Cesare Zocchi, Canto 7.La puerta del Purgatorio, pintura de William Blake, Canto 9.

En las orillas del Purgatorio, Dante y Virgilio encuentran a Catón, un pagano que ha sido nombrado por Dios guardián del pie del monte. En la zona baja de la pendiente (llamada "Antepurgatorio" por los comentadores), ellos llegan a conocer dos clases principales de almas cuya penitente vida cristiana fue retardado o deficiente: Los excomulgados y los arrepentidos de forma tardía. Los Primeros son detenidos aquí por un periodo treinta veces de largo como su periodo de contumacia o terquedad. Los segundos incluyen a los demasiado perezosos o preocupados por su arrepentimiento, y aquellos que se arrepintieron en el último minuto sin haber recibido formalmente la unción de los enfermos, como resultado de muertes violentas. Estas almas serían aceptadas en el Purgatorio gracias a su genuino arrepentimiento, pero tendrían que esperar ahí por un tiempo igual al tiempo que permanecieron en la tierra.

Entre los excomulgados se encuentra Manfredo de Sicilia (Canto III). Entre los perezosos se encuentra Belacqua, con lo que Dante se encuentra aliviado de encontrarlo aquí y no en el infierno(Canto IV):

"... Belacqua, ya más de ti no me conduelo; ..."[10]​

Entre los que no recibieron la última unción se encuentra Pia d'Tolomei de Siena, quien fue asesinada por su esposo, Nello della Pietra de la Maremma (Canto V):

"Quizá recuerdes que soy La Pia; Siena me hizo, y Maremma me deshizo: saberlo tiene quien, cuando casados fuimos, plegaria suya me dio y luego, como alianza nupcial una de sus gemas."[11]​

En esta categoría también está Sordello, quien como Virgilio, era de Mantua. Cuando Sordello descubre la identidad del eminente poeta, llega a inclinarse en honor a él. Esto ayuda a mantener a Virgilio en primer plano dentro del poema, ya que (como residente del Limbo) Virgilio era el menos calificado como guía aquí que como lo era en el infierno.[3]​ Como residente del Purgatorio, Sordello está capacitado para explicar la Regla de la Montaña: que luego de la puesta del sol las almas son literalmente incapaces de seguir escalando más peñas. Alegóricamente, el Sol representa a Dios, significando que el progreso en la penitente vida cristiana solo puede llegar a hacerse mediante la gracia divina[3]​ (del Cantos VI al VII).

Desde que el Sol se pone, Dante y sus compañeros se detienen para pasar la noche en un hermoso valle donde llegan a conocer a personas a quienes sus preocupaciones acerca de sus deberes públicos y personales obstaculizaron su progreso espiritual, especialmente fallecidos monarcas como Rodolfo I, Otakar, Felipe el Calvo, y Enrique III (Cantos VII y VIII).

A medida que se acerca la noche, las almas cantan las Completas Salve Regina y Te lucis ante terminum (otro canto cristiano de aquella época). La hermosa descripción de Dante acerca de la noche en el valle fue la inspiración de similares pasajes en la obra de Lord Byron Don Juan:[12]​

Purgatorio, Canto VIII, 1–6 (Longfellow) Don Juan, Canto 3, CVIII, 1–6

Era ya la hora cuando la nostalgia vuelvea los navegantes y les enternece el corazónel día que a los dulces amigos han dicho adiós;y cuando del mar el nuevo peregrino de amorse acongoja oyendo a lo lejos la esquilacomo si el día llorara que se muere;

Dulce momento! tu que mueves los deseos y derrites el corazónde aquellos que navegan el mar, en el primer díacuando ellos de sus dulces amigos son alejados;O cuando llenas de amor al peregrino en su caminoTal como las campanas vespertinas lo hacen comenzar,Pareciendo que llorara la muerte del día que se va;

Caminando desde un sueño, Dante se da cuenta de que había sido llevado a la puerta correcta del purgatorio. Esta puerta tiene tres caminos: Blanco pulido (reflejando la pecaminosidad del verdadero yo del penitente), Negro (el color del luto, con grietas en forma de Cruz), y Roja (simbolizando la sangre de Cristo y la restauración de la vida plena o verdadera)[13]​[14]​ (Canto IX).

La puerta estaba custodiada por un ángel que usa la hoja de su espada para escribir la letra "p" (significando peccatum, pecado) siete veces en la frente de Dante, ordenándole "Haz que lave, cuando esté dentro, estas llagas."[15]​ El ángel usa dos llaves, de plata (remordimiento) y de oro (reconciliación) para abrir la puerta, siendo ambas necesarias.[13]​


This content is from Wikipedia. GradeSaver is providing this content as a courtesy until we can offer a professionally written study guide by one of our staff editors. We do not consider this content professional or citable. Please use your discretion when relying on it.