De ratones y hombres

De ratones y hombres Resumen y Análisis del Capítulo Tres

Resumen

El capítulo tres comienza al día siguiente. Después del trabajo, mientras los demás hombres juegan con herraduras afuera, Slim y George regresan a la casa de los peones. Es entonces que el lector se da cuenta de que Slim le ha regalado uno de sus cachorritos a Lennie. Slim felicita a George por su ética profesional, lo que lleva a George a hablar de su pasado con Lennie. Los dos crecieron como vecinos y George tomó a Lennie como su compañero de viaje cuando la tía de Lennie falleció. George dice que cuando comenzó a viajar junto con Lennie a este le gustaba jugarle bromas a Lennie. Un día George le ordeno a Lennie brincar a un rio aunque este no sabía nadar y Lennie le obedeció sin pensarlo dos veces. Después de que George lo rescata, Lennie se sintió realmente agradecido y se le olvido que fue George quien le ordenó brincar al rio en primer lugar. Después de este episodio, George decidió nunca más volver a reírse de Lennie.

Dada la insistencia de Slim, George le cuenta sobre el episodio en Weed que los llevó a huir y buscar trabajo en otra parte. Lennie vio a una mujer con un vestido rojo y llevado por el deseo de sentir la suave tela, estúpidamente tomó a la mujer. La mujer huyó y le dijo a los hombres de Weed que Lennie la había violado. George y Lennie tuvieron que esconderse de una muchedumbre que buscaba lincharlos y salieron a escondidas de Weed durante la noche.

Lennie aparece con su nuevo cachorrito y George le dice a Lennie que le devuelva el cachorrito a su madre por su propia seguridad. Después de que Lennie se marcha, los hombres regresan de jugar con herraduras y aparentemente Crooks ha salido vencedor. Carlson comienza a quejarse del mal olor del perro de Candy. Carlson le pide a Candy sacrificar el animal, pero Candy se niega a hacerlo. Carlson entonces se ofrece a sacrificar al animal él mismo. Despues de que Slim apoya la decisión de sacrificarlo, Candy renuentemente le permite a Carlson llevar el perro afuera con su pistola Luger y una pala. Candy se ahoga en su melancolía y los hombres tratan de iluminar el ambiente con un juego de cartas y charla de artículos de revistas. Justo cuando comienzan el juego de cartas, un disparo marca el comienzo de la noche.

Crooks entra a la casa y habla con Slim acerca de arreglarle la herradura de la pata a una mula. Crooks también menciona que Lennie está jugando con los cachorros en el granero. Slim se va hacia el granero mientras que George y Whit comienzan a hablar de mujeres. Whit menciona que los hombres seguido van a un burdel o dos los fines de semana e invita a George a venir con ellos. Whit también se burla de la dificultad que Curley tiene en mantener vigilada a su mujer, quien parece ansiosa de pasar tiempo con todos los hombres del rancho menos su esposo. De pronto, Curley entra en la casa de los peones y demanda saber dónde se encuentran su esposa y Slim. Después de enterarse de que Slim está en el granero este se marcha. Lennie, al mismo tiempo, regresa del granero ya que le han dicho que debe de dejar con los cachorritos por esa noche.

Mientras se preparan para dormir, Lennie le pide a George que le cuente sobre “los conejos,” y George comienza su monologo sobre su granja– completa con conejos, cerdos, gatos, y un huerto de vegetales. Candy, quien ha estado escuchando, les pregunta cuánto costaría un lugar así. George, aunque primero se siente molesto por la intromisión de Candy, eventualmente le revela que ha visto un pedazo de tierra que cuesta seiscientos dólares. Candy les cuenta que él tiene escondidos trescientos cincuenta dólares y se ofrece a dárselos en cambio de que estos lo dejen vivir en su granja y le permitan trabajar como cuidador. George calcula que pueden hacer un pago inicial para comprar la propiedad después de trabajar por un mes. Los tres hombres se sientan y se maravillan de que su sueño de tener una granja y vivir de ella pudiera convertirse en realidad.

Curley regresa junto con Whit, Carlson, y Slim. Curley acusa a Slim de ponerle el ojo a su mujer, una acusación que hace reír a todos los demás. Lennie, quien todavía está pensando en los conejos, también sonríe, lo que lleva a Curley a confrontarlo agresivamente. Curley golpea a Lennie en la cara. Lennie no se defiende inmediatamente, sino que comienza a llorar y a pedir ayuda a George. Cuando Curley no deja de golpear a Lennie, George le da permiso a Lennie de defenderse . Lennie atrapa el puño de Curley con su enorme mano y la aprieta fuertemente, casi quebrándola. George le ordena a Lennie soltar a Curley, pero Lennie entra en pánico y la aprieta más fuerte. Curley se retuerce como un pez. Para cuando Lennie finalmente lo deja ir, la mano de Curley está completamente arruinada. Antes de ir al hospital, Curley accede a pretender que sufrió un accidente en una máquina. Lennie tiene miedo de haber hecho algo malo, pero George le asegura de que no es así antes de concluir el capítulo.

Análisis

Una vez más, todos los eventos del capítulo ocurren en la casa de los peones mientras los personajes entran y salen. Steinebeck cuidadosamente controla estos eventos, tejiendo el más mínimo detalle a la historia completa. El ambiente sigue siendo desalentador mientras el relato progresa desde el recuento de cómo Lennie y George fueron casi linchados, el sacrificio del perro de Candy, hasta la pelea de Curley y Lennie – solamente con la excepción del monologo de George sobre “los conejos” y la oferta de Candy de financiar el sueño de estos dos.

Tomando en cuenta los acontecimientos, el intento de linchamiento en Weed provee otra prueba del peligro que generan las mujeres. Una vez más, Steinbeck da voz a una actitud sexista. Steinebeck ya ha dado muestras de lo cierta que es la mala reputación de la mujer de Curley; Aquí, este muestra ejemplos del peligro y malentendidos que provienen del sexo. La mujer del vestido rojo en Weed (cuyo vestido rojo “provoca” a Lennie actuar de forma indebida) claramente representa la mujer de Curley, quien se viste provocadoramente. George habla también de Andy Cushman, quien está encerrado en la cárcel de San Quentin después de sucumbir a una cualquiera. Las mujeres son sinónimo de peligro en el dramático mundo masculino de Slim.

Las únicas mujeres realmente buenas, sugiere George, son aquellas cuyos motivos sexuales son bien conocidos– ya sea porque estas no son asociadas con un papel sexual, como la tía Clara, o porque están totalmente sexualizadas como las prostitutas en los burdeles de Susy y Clara. En efecto, Steinbeck utiliza el uso del nombre de la tía de Lennie para sugerir la transparencia de estos dos tipos de mujeres– aquellas asociadas con un instinto maternal y aquellas del lado opuesto, la prostitución. Figuras como la mujer del vestido rojo, o la mujer de Curley, quienes parecen pertenecer entre estos dos extremos, son al mismo tiempo disponibles y también se encuentran fuera de limite. Estas son pintadas como peligrosas, especialmente para un hombre que es poderoso pero inexperto en el ámbito sexual como Lennie. Lennie es tan peligroso para estas mujeres como estas lo son para él– son como los ratoncillos y conejos que Lennie adora hasta morir, suaves y fácilmente destructibles. Los lectores pueden encontrar la representación de la mujer en la obra de Steinebeck problemática, pero el papel de estas como la causa principal de problemas en la novela está muy claro.

La muerte del perro de Candy dibuja un paralelo entre el viejo peón y George y Lennie. En efecto, Candy y su perro parecen ser una versión vieja del dúo más joven. Lennie es un trabajador excelente de la misma forma en la que una vez fuese el perro de Candy (“este perro era el mejor ovejero que he visto nunca”(24)). Y de la misma forma en la que los demás hombres no logran comprender el lazo entre un hombre tan astuto y hábil como George y alguien tan infantil y pesado como Lennie, de igual manera tampoco pueden comprender el lazo entre Candy y su ahora oloroso y decrepito perro. Steinbeck refuerza este lazo paralelo de compañerismo con seguidas conexiones que hablan de Lennie y los perros– Lennie obedece las ordenes de George sin pensar dos veces, al igual que un perro obedece a su dueño; y las ordenes que George le da a Lennie muchas veces se parecen a las órdenes que se le dan a un perro, como cuando George le manda a Lennie defenderse de Curley.

Es entonces que Candy resulta ser el otro personaje en la casa de peones que comparte la preferencia de George y Lennie por el compañerismo en vez de un individualismo aislado. Su enlace temático hace razonable el hecho de que Candy quiera unirse a George y Lennie en su meta por comprar una granja. Candy, al contrario de los demás, muestra un interés por los demás y comparte su esperanza para el futuro. Su naturaleza simpática sobresale a pesar de haber permitido que sacrificaran a su perro. Candy solo acepta que sacrifiquen a su perro cuando usan de argumento el sufrimiento del animal, y aun así le es difícil aceptar esta decisión.

Aun así, Candy acepta sacrificar a su perro, porque aunque este tenga muchas similitudes con George y Lennie, Candy es naturalmente un hombre pasivo. Este cede ante las decisiones de los demás y es incapaz de defender sus propias creencias. Candy le permite a otro hombre dispararle a su perro, a pesar de su insistencia de querer quedarse con el perro. (La muerte del perro por un disparo en la cabeza – una maniobra supuestamente indolora– presagia un evento futuro en la historia.

El trágico final del perro de Candy nos recuerda que el resto de la sociedad representada por los hombres en la casa de peones– incluyendo a Slim– no puede comprender o tolerar el apego sentimental hacia una criatura débil. Este no es mundo para el perro de Candy, y al parecer tampoco para Lennie. Steinbeck sutilmente sugiere que el mismo sueño de George y Lennie de poder tener una granja propia, un sueño que ahora parece poder convertirse en realidad, es muy bueno para ser verdad en un mundo tan triste y cruel. Cuando Candy decide apoyar a George y a Lennie con su idea de poder tener su propia granja, su sueño se vuelve muy tangible y ninguno de los hombres saben cómo reaccionar. George y Lennie utilizan su sueño como una distracción para poder escapar de las penas de cada día y no lo ven como una meta realista.

Al final de este capítulo durante la pelea de Curley y Lennie podemos ver la capacidad de ser violento encontrada en el usualmente dócil Lennie. Esta violencia es muchas veces casual e involuntaria – como el matar ratones accidentalmente en su bolsillo– y a veces esta violencia toma la forma de explosiones de ira , como cuando este destruye la mano de Curley. Parece que Lennie está dispuesto a matar para proteger todo aquello a lo que él ama, ya sea George o conejos o alguien que te atrapa. Su violencia es similar a la de un niño– o a la de un perro: una muestra inesperada de ferocidad proveniente de una criatura normalmente dulce. Su decisión de matar a cualquier gato que intente comerse a los conejos en su granja es alarmante– pero aun así sabemos que Lennie es capaz de hacer esto y más.

Cuando George le da permiso a Lennie de defenderse de Curley, Lennie no sabe medir su fuerza. Lennie solo suelta la mano de Curley cuando George le da una orden directa– esto lleva a uno a pensar cual sería el desenlace de una situación similar si George no estuviera allí para controlarlo. La pelea entre Curley y Lennie cumple la presagiada confrontación entre estos personajes, pero esta no resuelve la situación. Sabemos que alguien como Curley no cumplirá su palabra de pretender que el incidente nunca ocurrió– y fingir que se ha lastimado con una máquina.

Por cierto, el aplastamiento de la mano de Curley– una forma muy inusual de pelear– es muy significativo. Ya hemos visto como la mano de Curley representa su sexualidad– este mantiene una mano suave para su esposa. Es entones que entendemos que el daño a su mano parece representar físicamente su inseguridad sobre su destreza sexual. Metafóricamente hablando, Lennie ha destruido más que la mano de un hombre– este también ha destruido su hombría. Lennie no puede comprender el significado de su acción para con Curley, pero los otros– o por lo menos el lector– si pueden. Lennie inconscientemente ha robado la virilidad de un hombre e indirectamente ha establecido su superioridad física (y también sexual). Es entonces que Steinbeck provee la base para un conflicto que directamente envolverá a Curley, Lennie, y al objeto sexual de Curley, su esposa.