Cómo ser antirracista

Cómo ser antirracista Resumen y Análisis Capítulos 8-12

Resumen

Capítulo 8: Comportamiento

Kendi se hace amigos en Manassas, pero no se convierte en buen alumno. Recuerda sentir culpa por ese motivo: para muchos adultos, la lucha antirracista de grandes líderes debe ser valorada con estudio, trabajo y esfuerzo. En el presente, el autor remarca que un gran problema del racismo es que las personas negras deben ser extraordinarias para apenas sobrevivir. Además, cuando un joven negro comete un error, es criminalizado casi inmediatamente, mientras que los chicos blancos reciben comprensión, empatía y segundas oportunidades. Él es un mal estudiante, pero, por ser negro, es un mal estudiante que funciona como ejemplo paradigmático de su raza: los jóvenes negros no son inteligentes ni se esfuerzan lo suficiente como para recibir buenas calificaciones. Es racista afirmar que un comportamiento es típico de un determinado grupo racial. Los comportamientos deben ser adjudicados a los individuos, no a las razas. Un grupo racial puede compartir una misma cultura, pero eso no significa que todos sus miembros se comporten de la misma manera.

Felizmente, sus padres lo acompañan como individuo y lo estimulan para que entre en el Bachillerato Internacional. Es un programa académico especial y, al principio, lo detesta, se siente un impostor. Al narrar las memorias de sus últimos años escolares, reflexiona sobre las evaluaciones estandarizadas para medir el rendimiento académico en Estados Unidos. Este tipo de exámenes determinan quiénes pueden ir a la universidad (y a qué universidad) y quiénes no. Las personas blancas tienen mejores desempeños, mientras que los chicos negros y latinoamericanos tienen los peores puntajes. Cuando toma clases privadas para preparar el examen Graduate Record Exam (GRE), ve que solo aquellos que acceden a este tipo de apoyos pueden sacar mejores notas. La profesora no enseña contenidos, sino que los instruye para resolver las pruebas con más eficacia. En general las poblaciones racializadas tienen menos dinero y, por lo tanto, menos acceso a este tipo de espacios, lo cual implica que saquen peores notas en los exámenes, que supuestamente son objetivos y neutrales. Es por ello que “El uso de exámenes estandarizados para medir la aptitud y la inteligencia es una de las políticas racistas más efectivas que han sido concebidas para denigrar a las mentes negras y excluir legalmente a los cuerpos negros” (136).

Aceptar la existencia de una “brecha de rendimiento” (136) es una forma de reforzar la idea racista de que las personas negras y otros grupos racializados son inferiores, menos inteligentes. Este tipo de exámenes estandarizados tienen su origen en metodologías de los pioneros de la eugenesia para demostrar que las razas tienen capacidades intelectuales diferentes. De diferentes maneras, las presidencias de Bush, en los noventa, y de Obama, en este mileno, han sostenido la retórica de achicar la “brecha de rendimiento”, lo cual abre las puertas a las ideas racistas. Supone que las razas tienen desempeños académicos diferentes de manera natural, en lugar de analizar la “brecha de oportunidades” (139).

Al final del capítulo recuerda a Angela, una chica negra, compañera de clase, que lo insta a anotarse en el concurso de oratoria Martin Luther King, Jr. mencionado en la introducción. Después de haber ganado el torneo, aunque ahora se arrepiente de sus palabras por considerarlas antinegros, Kendi gana la suficiente confianza en sí mismo para anotarse en la universidad. Elige la Universidad A&M de Florida porque es una de las instituciones negras más prestigiosas del país.

Capítulo 9: Color

Kendi comienza sus estudios en la Universidad A&M de Florida, conocida como la FAMU, y ve por primera vez a la banda universitaria Marching 100, en el entretiempo de un partido de fútbol americano. El espectáculo lo deja anonadado. Se hace amigo de su compañero de habitación, Clarence, un joven negro inteligente y ambicioso. En esta época, Kendi usa lentes de contacto de color miel y sus amigos lo burlan por sus ojos anaranjados. En aquella época cree que se trata de una simple decisión estética, pero ahora entiende que era una forma de parecer más blanco, una forma de blanqueamiento.

Esta memoria lo lleva a reflexionar sobre el “colorismo” concepto acuñado por la escritora Alice Walker en 1983. El colorismo examina que las personas afrodescendientes de piel más clara y las de piel más oscura son racializadas de modos diferentes. Las políticas racistas las afectan de modos distintos. Otra manifestación del colorismo es la búsqueda de algunas personas negras de asimilarse al cuerpo blanco. El colorismo antinegro vincula el color de la piel con el comportamiento y las características de la persona. Las personas de piel más oscura sufren penas más extensas en las prisiones, se las considera menos atractivas, sacan peores notas en la escuela. Los inmigrantes de piel oscura viven en peores condiciones que los inmigrantes de piel clara.

El autor recuerda que salía con una chica negra de piel clara, y todos sus amigos la consideraban excepcionalmente bella, al tiempo que hacían comentarios negativos sobre las chicas de piel oscura. Esto le generó mucha incomodidad y se decidió a salir únicamente con mujeres de piel oscura. En el presente, cree que su actitud ha sido racista e hipócrita. La jerarquía de color es dañina para todos: las personas de piel clara sufren porque no son lo suficientemente negras y se sienten obligadas a probar su negritud, mientras que las personas de piel oscura tienen menos privilegios y envidian la piel clara. Ser antirracistas, explica Kendi, “es eliminar cualquier estándar de belleza basado en el color de la piel y los ojos, la textura del cabello, las características faciales y corporales compartidas por los grupos” (152).

Capítulo 10: Blanco

Kendi se apresura a encontrar a Clarence y le dice que ha tenido una revelación y ha entendido finalmente a las personas blancas: cree que son extraterrestres. Ante la sorpresa de Clarence, explaya su argumentación. El amigo lo refuta preguntándole por qué es posible la reproducción entre personas blancas y negras si son de especies diferentes, de planetas diferentes. Kendi no logra responder, pero sigue pensando mucho en el tema. Comienza a escribir sobre cuestiones raciales en el periódico universitario y realiza sus prácticas en un periódico local, el Tallahassee Democrat.

En este capítulo, recuerda la organización racista del recuento de votos que define la elección presidencial en el año 2000 a favor de Bush. También comenta la historia de Malcolm X, un destacado activista negro antirracista, de mediados del siglo XX, en Estados Unidos. Kendi reflexiona sobre la afirmación de Malcolm X de que las personas negras pueden ser racistas contra las personas blancas. Dado que se trata de una idea que sorprende a los lectores, la explica con detenimiento. Afirmar que las personas blancas, como raza, son inferiores o malas en términos biológicos, culturales o intelectuales es racista. Esto no significa que deban ignorarse las grandes atrocidades cometidas por las personas blancas a lo largo de la historia de la humanidad. Simplemente, es necesario subrayar que no existen los genes blancos: los individuos son responsables de sus comportamientos sin importar a qué raza pertenecen. Además, las personas blancas no son lo mismo que el poder racista y las políticas racistas, aunque estos últimos las privilegien. El poder racista logra que las personas blancas se sientan amenazadas por la idea de igualarse a otros grupos raciales, pero lo cierto es que las riquezas y el poder están hiperconcentrados en unos pocos hombres blancos. Las políticas antirracistas, por eso, muchas veces son presentadas como políticas antiblancos.

Kendi traza un recorrido por la historia de Estados Unidos en lo que se refiere a los conceptos de “racismo antiblanco” y de “discriminación inversa”, que en realidad no existen como tales, sino que son fantasías de los racistas blancos para victimizarse. En la actualidad, se manifiestan en consignas como “All Lives Matter” contrapuestas a “Black Lives Matter”. Kendi señala que atacar a las personas blancas en vez de a las políticas racistas no solo es errado, sino también contraproducente, porque los supremacistas blancos aprovechan esos ataques para oprimir más a las personas negras.

Capítulo 11: Negro

El capítulo comienza con una reunión entre Kendi y su editor, Mizell Stewart, que lo ha convocado por un artículo muy polémico que publicó en el periódico de la universidad. Stewart es un hombre negro alto, delgado y con una energía tensa. Además, critica mucho el artículo de Kendi. Sorprendido, este comienza a defenderse, pero luego se queda callado. El editor le dice que odia ser confundido con “esos negros” (180-181): con las personas negras de clases bajas o menos escolarizadas. De hecho, es el comediante negro Chris Rock quien ha popularizado la idea peyorativa de “esos negros” en un programa de televisión; se trata de personas negras que encajan con los estereotipos raciales por ser son muy ruidosas, groseras, negligentes e ignorantes.

Kendi no discute con el hombre porque necesita mantener su pasantía para graduarse como periodista. Aunque el comentario del editor le provoca rechazo, debe asumir que le sirve como espejo para mirarse a sí mismo. Hasta ese momento, no había creído que las personas negras puedan ser racistas, debido a que no tienen ningún poder. Ahora ve que esta perspectiva solo protege a las personas negras poderosas convirtiéndolas automáticamente en antirracistas, lo cual no es necesariamente cierto. Además, le quita toda posibilidad de tener y ejercer poder a las personas negras, lo cual tampoco es correcto. En suma, es una forma de subestimar a las personas negras y sobrestimar a las personas blancas. El poder de las personas negras es limitado, pero existe. Las personas blancas no son dioses ni concentran todo el poder. En sintonía, considera a algunos funcionarios negros de distintos gobiernos, incluyendo el de Donald Trump.

Kendi termina renunciando a su trabajo en el periódico universitario para proteger su pasantía. El episodio lo cambia para siempre: aquí comienza su lucha para construir el antirracismo, y decide dedicarse a los estudios afroamericanos.

Capítulo 12: Clase

Kendi comienza su doctorado en Estudios Afroamericanos en la Universidad de Temple, Filadelfia, y se muda al barrio negro de la ciudad, conocido como el “gueto”. Desde los años sesenta se usa ese término en Estados Unidos para descalificar a los barrios con mayoría de población negra; barrios que suelen caracterizarse, también, por su pobreza. Kendi desarrolla una definición de lo que llama “racismo de clase”, concepto que le sirve para explicar la realidad de estos grupos sociales en los que se percibe una intersección entre la opresión de raza y de clase. Una manifestación del racismo de clase es la idea de que los estadounidenses blancos pobres son “basura blanca” (white trash). Esto se debe a que son considerados inferiores a través de un término tan denigrante como “basura”, pero, al mismo tiempo, se destaca su blanquitud, por la cual gozan de cierto estatus superior a las personas de color. De este modo, las políticas antirracistas deben luchar para combatir la desigualdad de condiciones económicas que afectan a estos sectores sociales.

Se analizan también las relaciones entre el racismo de clase y una serie de comportamientos considerados patológicos. Muchas personas negras de la élite económica también discriminan a las personas negras pobres y reproducen estereotipos sobre ellas, como, por ejemplo, que son holgazanas. Por otra parte, de acuerdo con W.E.B. Du Bois, las personas blancas pobres gozan de un cierto estatus por su blanquitud, del cual carecen las personas pobres negras.

En un primer momento, el autor no se proponía una crítica al capitalismo, sino que se concentraba únicamente en el racismo. En Cómo ser antirracista, sin embargo, sostiene que el racismo y el capitalismo están completamente entrelazados, y que debe lucharse contra ambos. Para ser verdaderamente antirracistas, también hay que ser anticapitalistas. Para ser verdaderamente anticapitalistas, hay que ser antirracistas. Kendi presenta al racismo y al capitalismo como “gemelos unidos” (205) que nacieron y crecieron al mismo tiempo desde el comercio de personas esclavizadas. Las desigualdades económicas entre blancos y negros en Estados Unidos son, de acuerdo con el autor, causadas tanto por el racismo como por el capitalismo. Además, anuncia que prefiere hablar de anticapitalismo y no de socialismo o de comunismo, porque cree que esas formas de organización económica no son necesariamente antirracistas. A su vez, Kendi denuesta a los defensores del capitalismo y los califica de hipócritas.

Análisis

En “Color”, Kendi explica las experiencias de vida diferenciadas de las personas afrodescendientes de piel clara y piel oscura para ejemplificar el concepto de “colorismo” de Alice Walker. Como en toda la obra, entrelaza sus memorias personales con las reflexiones críticas que va construyendo el ensayo. Así, por ejemplo, conecta la época en que usaba lentes de contacto color miel con la percepción del propio color que tienen las personas negras. En general, los tonos más claros son privilegiados porque se asimilan a la blanquitud, mientras que los tonos más oscuros parecen simbolizar todos los estereotipos negativos en su máxima expresión.

Cabe mencionar que, una vez más, retoma una propuesta teórica de otro referente intelectual afrodescendiente para construir su propio planteo. El hecho de que su libro use trabajos de personas negras estadounidenses, como bases teóricas y críticas principales, también es una forma de acción política, ya que las voces negras suelen ser silenciadas o ignoradas en los estudios académicos. En una entrevista con el periódico Democracy Now, Kendi comenta que las personas negras han aprendido e internalizado una idea racista, que los afrodescendientes de piel clara son más cercanos a los blancos y, por lo tanto, superiores a los de piel oscura. Además, existen políticas que favorecen a las personas de piel más clara (2020).

El siguiente capítulo se titula “Blanco” y, junto con el capítulo posterior, titulado “Negro”, permite observar cómo el autor juega con pares de conceptos opuestos a lo largo de la obra: negro y blanco, racista y antirracista, capitalista y anticapitalista, entre otros. Esto no significa que reduzca su análisis a un contraste maniqueo entre buenos y malos. Por el contrario, en este capítulo retoma a Malcolm X para proponer una afirmación que, en principio, puede llegar a sorprendernos: las personas negras pueden ser racistas en su relación con otras personas blancas. En última instancia, cualquier afirmación de superioridad o inferioridad sobre un grupo racial determinado es una forma del racismo. Como se ha mencionado, esto no implica olvidar que las personas blancas han liderado múltiples acciones violentas contra otras razas a lo largo de la historia, pero es necesario tener en cuenta que no lo han hecho por la composición genética de sus identidades blancas.

Otro de sus argumentos es que las personas negras que manifiestan ideas antiblancos siguen reproduciendo el racismo. En otra entrevista, para Yes Magazine, afirma lo siguiente:

Cuando uno, como persona negra, cree que hay algo genética o fundamentalmente malo en las personas blancas y que en esencia son nuestros enemigos, deja de ver que el problema fundamental son las políticas racistas y sus creadores. Porque para uno, esa pobre persona blanca y Donald Trump son lo mismo. Y entonces uno no dirige su activismo hacia los racistas que determinan las políticas. Y cada vez que perdemos el foco en la verdadera fuente de la violencia contra las personas negras, que son las políticas racistas y sus creadores, terminamos por permitir que esa violencia siga reproduciéndose. Por eso digo que odiar a las personas blancas nos lleva al odio contra las personas negras. Debemos comprender que las personas en sí mismas, en este caso las personas blancas, no son el problema, sino las políticas (2020).

El capítulo final de esta sección permite empezar a vislumbrar la perspectiva interseccional del autor; perspectiva que cobra una mayor amplitud en la sección siguiente al sumar categorías de análisis relacionadas con el género y la sexualidad. Como siempre, se vale en este caso de sus memorias y experiencias personales para adentrarse en la cuestión. Aquí se encarga de analizar el entrelazamiento del racismo y el clasismo, y explora el concepto de racismo de clase, sumando el relato histórico de los orígenes de este sistema de organización social y económica. Para hacerlo, usa una metáfora y propone que el racismo y el capitalismo son “gemelos unidos”; es decir, dos entidades diferentes, pero intrínsecamente conectadas. De acuerdo con su propuesta, han nacido al mismo tiempo, consecuencia de la esclavización de personas negras por parte de los europeos. En la misma línea interseccional y metafórica, afirma que “Estos recién nacidos miraban con ojos tiernos a sus antiguos hermanos: sexismo, imperialismo, etnocentrismo y homofobia” (205). Algunos problemas específicos del capitalismo (que no pueden explicarse desde el análisis de la raza únicamente) son la explotación de los trabajadores y la destrucción del medioambiente.

En su entrevista con Democracy Now, el autor se extiende sobre la metáfora de los “gemelos unidos”, de un modo que no deja lugar a dudas respecto a la relación entre ambas formas de opresión:

Los orígenes del racismo no pueden separarse de los orígenes del capitalismo. Los orígenes del capitalismo no pueden separarse de los orígenes del racismo. La vida del racismo no puede separarse de la vida del capitalismo, y viceversa. Cuando pensamos, por ejemplo, en la trata de esclavos, que fue crítica para la acumulación de riquezas en Europa, se trató fundamentalmente de un conjunto de políticas racistas. El colonialismo, o incluso la esclavitud, son fundamentalmente relaciones entre el racismo y el capitalismo, que fue esencial para su emergencia. Por eso creo que para ser verdaderamente antirracistas, debemos ser anticapitalistas, como escribo en el libro. Y para ser verdaderos anticapitalistas, tenemos que ser antirracistas, porque ambos están interrelacionados (2020).