Cómo ser antirracista

Cómo ser antirracista Metáforas y Símiles

“Mi giro hacia la derecha, por una carretera de diez carriles del racismo antinegro -una carretera en la que, curiosamente, no hay policía y la gasolina es gratis-, y el desvío por la cerretera de dos carriles del racismo anti-blanco, donde la gasolina es escasa y hay policía por todas partes” (Kendi, 25) (Metáforas)

Al comienzo del libro, Kendi usa esta metáfora para explicar cómo se han formado y sostenido en él las ideas racistas que va identificando a lo largo de sus memorias. Como se ha mencionado, este libro nos muestra el camino hacia el antirracismo y, para hacerlo, parte del recuerdo de episodios donde el autor se reconoce como racista, primero con ideas antinegros y luego con ideas antiblancos. En la cita demuestra metafóricamente que esas dos formas del racismo son estimuladas con distintos niveles de intensidad por el poder racista. Así, el racismo antinegro es una carretera de muchos carriles, sin control policial y con gasolina gratis, es decir que el camino está allanado, es muy fácil avanzar por ahí. Por el contrario, el racismo antiblancos es una carretera de dos carriles, sin gasolina y con una excesiva presencia policial, es decir que es un camino con muchos obstáculos, difícil de recorrer. El autor cree que ambas formas del racismo son negativas, pero también muestra que una es celebrada y la otra reprimida.

“Después de clase, los alumnos del John Bowne se apretaban en los autobuses públicos como sardinas en lata” (Kendi, 95-96) (Símil)

Mediante este símil, que compara a los estudiantes secundarios en el autobús de regreso a casa con sardinas enlatadas, el autor presenta el escenario de las memorias relacionadas con Smurf. Se trata de un chico negro con comportamientos violentos que suele atacar a otros. El hecho de que el autobús esté repleto habla de las malas condiciones del transporte de estos estudiantes, por un lado, y también ayuda a crear el escenario perfecto para que Smurf ataque a otros chicos, ya que el conductor no puede intervenir para evitarlo.

“Evitaba mantener contacto visual, como si mis compañeros fueran lobos” (Kendi, 98) (Símil)

Gracias a esta comparación, el autor pone de manifiesto su sensación respecto de los otros cuerpos negros durante la adolescencia. Ha internalizado ideas racistas que estereotipan a las personas negras como violentas y peligrosas, por lo cual, a pesar de ser negro, siente miedo del cuerpo negro ajeno. Por eso ve a sus compañeros como si “fueran lobos” (98), es decir, animales amenazantes que pueden hacerle daño. De hecho, afirma lo siguiente: “Creía que la violencia me estaba acechando -pero, en realidad, eran las ideas racistas las que lo hacían dentro de mi propia cabeza-” (99).

“El Portugal del príncipe Enrique dio a luz gemelos unidos -capitalismo y racismo- cuando inició el comercio transatlántico de esclavos del pueblo africano” (Kendi, 205) (Metáfora)

Kendi se propone elaborar un análisis desde la interseccionalidad y, por lo tanto, establece conexiones entre la raza y la clase. Así, llega a determinar que el racismo y el capitalismo son dos problemáticas diferentes, pero sumamente entrelazadas. Tanto es así que los llama “gemelos unidos”. La metáfora sirve para explicar que estos dos fenómenos históricos nacen y se desarrollan juntos a partir de la esclavización de personas negras africanas por parte de los europeos.

“Nuestro mundo sufre de cáncer metastásico. Estadio 4. El racismo se ha extendido a casi todas las partes del cuerpo político” (Kendi, 301) (Metáfora)

A través de una metáfora, el racismo es presentado como una enfermedad, particularmente como el cáncer, en los capítulos finales de la obra. Primero cree que el racismo es un órgano del cuerpo de Estados Unidos, pero luego se da cuenta de que esa metáfora tiene un problema central: un órgano no puede ser eliminado sin afectar la vida de ese cuerpo. En cambio, la metáfora del racismo como un cáncer permite mantener viva la esperanza, fundamental para la lucha antirracista. Entonces lo define como “una enfermedad letal viviente, reconocible y mortal de las células cancerosas que podemos identificar, tratar y matar” (284-285). Esto permite subrayar su peligrosidad y, al mismo tiempo, dejar abierta la posibilidad de eliminar el racismo. La metáfora también sirve para unir las reflexiones intelectuales del autor con sus experiencias personales, ya que, como narra en los últimos capítulos, tanto él mismo como su esposa y su madre deben enfrentar el cáncer en el transcurso de unos pocos años.