Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión

Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión Resumen y Análisis Parte 3: Disciplina, Capítulos I-II

Resumen

Capítulo I: Los cuerpos dóciles

En la segunda parte vimos que los cambios de las penas estaban vinculados a transformaciones en la organización social. En particular, hubo un desplazamiento de una forma más concentrada de poder social, que residía en el rey, a una forma de poder más distribuida o generalizada, que reside en el pueblo. En consecuencia, hubo un desplazamiento: de ser impuesto a los criminales por el rey, el castigo pasó a desarrollarse en normas sociales que previenen el crimen y reformarán a los criminales. Foucault se refiere a esto como "disciplina", es decir, esa forma en que la gente es disciplinada para que alcance un comportamiento correcto. En la tercera parte, Foucault explora los mecanismos a través de los cuales la sociedad disciplina a sus sujetos. Le interesa particularmente cómo fueron diseñadas las instituciones para realizar ese trabajo. Ya hizo una descripción de la institución de la prisión, y regresará a ella. Pero también le interesan otras instituciones, como la fábrica o la escuela, y argumentará que, en cierta medida, también funcionan como una cárcel.

Foucault comienza el primer capítulo de esta parte, "Los cuerpos dóciles", describiendo la rutina de un soldado. El soldado representa la disciplina: sigue órdenes estrictas en un horario y lugar precisos. En particular, es entrenado y observado por sus supervisores en los cuarteles. Foucault argumenta que otras instituciones operan de la misma forma, incluso cuando el trabajo disciplinario no sea tan obvio como en el caso del soldado. En una fábrica, por ejemplo, cada trabajador tiene que cumplir un rol particular en un momento preciso sobre la línea de montaje. Así también una escuela reglamenta y clasifica a los estudiantes en distintos grados y luego organiza sus días para maximizar su educación. En cada institución los cuerpos son "dóciles" porque pueden ser manipulados y controlados. Aprenden a moverse y a actuar de cierta manera, de acuerdo a las necesidades de la institución.

Foucault describe algunos principios que atraviesan estas instituciones. Uno es la clausura: ya sea en el cuartel o en la fábrica, el hospital o la escuela, hay un espacio específico designado específicamente por y para la institución. Luego, la partición o localización elemental: este espacio es dividido de manera que cada individuo tenga su propio lugar. El soldado trabaja aquí; el estudiante se sienta en este escritorio; el paciente yace en aquella cama. Tercero, el espacio tiene "emplazamientos funcionales" (p. 147) que apuntan a cumplir objetivos específicos. La línea de montaje, por ejemplo, produce algún tipo de objeto, y cada individuo desde su lugar contribuye a hacer parte de ese objeto. Finalmente, las instituciones tienen "rangos", o jerarquías. Las escuelas tienen distintos grados; el ejército tiene oficiales de distintas categorías, etcétera. Esto ayuda a organizar el funcionamiento de la institución.

Foucault nos pide que notemos que los espacios son múltiples, lo que significa que son a la vez "reales" e "ideales". Son reales en tanto que componen distintas secciones de una institución, realmente hay distintos escritorios en un aula, de la misma manera que hay diferentes clases dentro de una escuela. Pero también son ideales en tanto que la función de un estudiante o los distintos grados son ideas. Lo que hacen las instituciones como la escuela es combinar lo real con lo ideal, dándole a ideas abstractas como el rango lugares reales en los cuales las personas pueden ver lo que supuestamente deberían hacer o dónde deberían estar.

Capítulo II: Los medios del buen encauzamiento

La última parte es importante: los individuos aprenden lo que se espera de ellos en un tiempo y espacio dados y aprenden, a la vez, lo que la institución necesita para seguir funcionando. Esto no significa que sean meras marionetas. Al contrario, Foucault cree que el surgimiento de estas instituciones disciplinarias marca el desplazamiento de pensar en las personas como máquinas que necesitan ser manejadas a animales que deben ser entrenados. Aprenden a ocupar una posición dentro de una institución y a adaptarse a lo que hacen los demás. Para hacerlo tienen que internalizar las reglas y expectativas del espacio.

Foucault dice que esta manera de organizar la sociedad, a través de normas en lugar de penas, abrió el cuerpo a nuevos tipos de análisis y estudio. Para descubrir la mejor manera de entrenar a las personas, lo mejor es que internalicen las normas. ¿Cómo se producen las normas? ¿Y cómo se hace para que los individuos operen dentro de ellas? Para Foucault, la respuesta está en la naturaleza jerárquica de las instituciones. Si los sujetos se sienten observados constantemente por alguien superior, actuarán como se espera que actúen. La vigilancia, entonces, se vuelve una clave para mantener el funcionamiento institucional. Mientras se sientan vigiladas, las personas se comportarán bien.

Es por eso que las instituciones se llenaron de instancias de evaluación. El caso de la escuela es obvio, los estudiantes rinden exámenes. Pero Foucault se refiere a la evaluación en un sentido más amplio también. Pensemos en cómo revisa un médico a sus pacientes en un hospital. O en cómo son examinados los uniformes de los soldados en relación con la limpieza y el orden. El punto es que los individuos que son disciplinados están siempre siendo evaluados. Y eso significa también que están en la intersección entre el poder y el saber. Al ser examinado, uno está bajo el poder de alguien más, mientras se vuelve a la vez una fuente de conocimiento para el evaluador. Y esto se convierte en un ciclo continuo: el conocimiento producido por el cuerpo será usado para disciplinarlo. La autodisciplina se convierte en un caso de estudio para el disciplinamiento social.

Análisis

En este capítulo Foucault se dedica al análisis de muchos temas importantes para el libro. Uno es la relación entre poder y saber, que se cristaliza en la función del "control". Foucault cree que el poder y el saber están íntimamente vinculados, de manera que el poder produce nuevas formas de saber mientras opera a través del mismo saber. La comprensión del funcionamiento informa los mecanismos de control, mientras que lo controlado puede ser evaluado para comprenderlo mejor. Esta dinámica es central a la comprensión del libro entero de Foucault.

El vínculo entre el poder y el saber es también la razón por la cual el poder no puede estar concentrado en un punto particular. Si el poder trata de comprender el funcionamiento de las cosas, está en todos lados, y no en un solo individuo, como el rey. Las sociedades se organizan en torno a la clasificación de distintos tipos de personas y distintos tipos de funciones. Y esta organización sucede sin un decreto monárquico, es decir, opera a través de normas sociales y del sentido común. Los presupuestos tácitos estructuran a la sociedad tanto como las leyes y la policía.

Otro tema es la importancia de las instituciones para comprender cómo funciona la sociedad. Como dijimos, no tiene sentido ubicar el poder en la figura de un rey. Pero tampoco tiene sentido decir que el poder pertenece a algún otro gran concepto como el Estado o la ley. Más bien, vemos que muchas instituciones median entre el Estado y el individuo, y le dan forma a su vida diaria. Estas instituciones incluyen a la iglesia, la escuela y los cuarteles. Como estas instituciones son más pequeñas y más inmediatamente cercanas a las personas, tienen un impacto mayor en darle forma a los comportamientos que a las leyes, que son más abstractas.

Podría resultar sorprendente leer a Foucault diciendo que las instituciones son similares. Un cuartel, una escuela y una prisión parecerían tener distintas funciones en una sociedad, y albergan a personas diferentes. Pero Foucault reconoce la similitud porque es un estructuralista: alguien que ve cómo distintas cosas pueden tener la misma forma. Estas instituciones son todas similares por las formas en las cuales recluyen y disciplinan a sus miembros. A Foucault le interesan más los patrones que involucran distintos lugares y cosas, que los detalles de cualquier cosa en particular.

Otros teóricos también han apuntado a la importancia de las instituciones, en particular la escuela, para generar adherencia a los valores sociales. Louis Althusser, un filósofo marxista francés que fue maestro de Foucault al comienzo de su carrera y luego su amigo, sostuvo que las sociedades pueden sostener la desigualdad social por la ideología, que convence a los oprimidos de aceptar su posición en la sociedad como si fuera algo natural. Él desarrolló el concepto de "aparatos ideológicos del Estado" para estudiar instituciones como la escuela, donde los individuos aprenden las normas sociales y se someten a la autoridad. Esta es una resonancia entre Althusser y Foucault. Pero Foucault va un paso más allá, como veremos en el capítulo siguiente, y señala que esa conminación a conformarse proviene de todos lados, no solo de la escuela o de los aparatos ideológicos.